martes, 4 de diciembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulos finales

-Vuelves a la mala costumbre de traerme gente que no conoces para que la cure y de gratis.
-Doctor Vásquez no es un desconocido es mi hermano, es Diego.
-Papá no te hagas el que no sabes.
-Claro que sé, sigues con Arévalo que se acostó con su padre, a pesar de eso siguen juntos.
-Papá ya, deja la estupidez.
-Estupidez, rodeado de maricos e incestuosos y yo soy el estúpido.
Arévalo apretó el puño y cerró los ojos, respiró y hablo. -¿Suegro que le han dicho de Diego?
-Diego tiene VIH y está inmunodeprimido, tiene deshidratación y ha bajado mucho de peso, eso sin contar la droga que hay en su cuerpo. ¿Ustedes saben que este carajo lo busca la policía por la muerte de su tío? ¿Dónde está tu papá para que pague el ingreso y lo que gaste aquí dentro?
-Ya le avisamos, debe estar por llegar.

Diego llegaba corriendo por el pasillo y Edgar detrás de él.
Vio a Arévalo ahí y su cara cambió, se alegró por estar ahí ayudando a su hermano.
-Epa bicho ¿Qué más? Hola papá.
-Arévalo, ¿cómo estás? -Vio a su hijo en short de correr y no pudo evitar excitarse, se le marcaba el bulto en la suave tela. -¿Cómo está Diego, como lo consiguieron?
-Lo vimos tirado en la cota mil, en el borde del cerro, está mal papá.
Diego padre se puso a hablar con los dos Orlando. Arévalo se quedó con Edgar.

-Coño ya llevas un buen rato con Diego...con mi papá, qué bien ¿no?
-Bueno si, pero quiere que estudie y me puso a trabajar en su empresa ya sabes, me ladilla que me controle.
-Marico te paga todo y te da lo que pides, lo menos que puedes hacer es retribuirle eso. Estudia chamo, aprovéchate en el buen sentido, no solo es salir a comer a restaurantes caros y ropa de marca.
-Me está dando ladilla cogérmelo pero mama muy bien, me lo cojo, a veces lo hago un ratico pero él es feliz así.
-Con una piedra en lo dientes te deberías dar marico. Tienes la oportunidad de hacer cosas, el viejo se muere ¿y tú qué vas a hacer?.
-Me abrió una cuenta en dólares.
-No joda guevóóón, deja de quejarte.
Edgar se quedó callado y luego habló.
-En las noches mientras duerme te nombra, el pana se excita, suda y hasta acaba diciendo tu nombre, yo a veces me voy al otro cuarto pa no oírlo, me da arrechera. Me lo cojo yo y se excita contigo. A veces quiero volver a trabajar en lo mío, de hecho a veces me escapo y lo hago, cobro pero no puedo siempre.
Arévalo se puso rojo de la pena y le puso la mano en el hombro. -Tienes una oportunidad muy valiosa con mi viejo, no la desaproveches, estudia marico, esfuérzate en el trabajo.
Edgar lo vio a los ojos y sonrió. 
-No quiero que nos visites en el apartamento. Cada vez que vienes el viejo cambia y ese día no quiere tirar. Sueña contigo y se viene solito sin tocarse. Pero en el trabajo me pone a trabajar.
-No es lo mismo marico, en el trabajo es otro peo, él se pasa el suiche en su oficina.


-Aquí vamos a estabilizarlo pero hay que meterlo en rehabilitación y que comience un tratamiento para el VIH.
-¿Y que va a pasar con lo de... su tío?. -Preguntó Orlando preocupado.
-Voy a poner a mis abogados a trabajar con eso si llega a pasar algo. Por cierto ese apartamento permanece cerrado desde aquel suceso. Qué terrible.
-Bueno, ya saben que hay que hacer, cualquier otra cosa hablen con el médico que lo atiende, yo tengo miles de vainas que hacer. Diego pasa por administración.
-Tranquilo, ya resuelvo eso, gracias Orlando.
Orlando padre se fue y se quedaron parados ahí el chico y su suegro.
-Tu papá es una vaina.
-La clínica es su negocio, no va a perder dinero, con lo de mi mamá dijo que perdió mucha plata. Lo suyo es generar dinero cada minuto. Por eso es que tiene que jode y es tacaño, bueno, no, hay que reconocer que tiene algo de bondad muy en el fondo.
-¿Sigues viviendo con Arévalo? Él no me habla mucho de ustedes, mi hijo es reservado, bueno reservado a su modo pero no me habla de ti.
-Si, seguimos juntos nos va bien. Estamos contentos.
-Yo sigo pensando en él no como hijo, aunque estoy con Edgar, en mi mente está Arévalo.
-¿Por qué me dice eso? ¿Para qué?
-No pierdo la esperanza de estar con él de nuevo. Lo siento muchacho, pero yo amo a Arévalo.
-Es su hijo y eso no va a cambiar.
-Mi hijo porque lo dice un examen pero es el hombre que amo.
-Yo no voy a seguir discutiendo esto con usted, hoy el tema es su otro hijo Diego, hay que ayudarlo.
-Tu sigues enamorado de Diego, vuelve con él, yo dejo a Edgar y me quedo con Arévalo.
Orlando se rió pasando sus manos por el cabello. -Mire suegro, Arévalo y yo nos amamos y vamos a seguir juntos, asuma que es su hijo y quédese con Edgar o con quien usted quiera. Permiso.
-Si lo que quieras, pero Arévalo volverá a mi cama.
-No sea enfermo.
-No seas tan ingenuo carajito. 
Orlando se alejó y llegó donde estaba Arévalo y Edgar.
Orlando, molesto vio a Arévalo a los ojos.
-¿Te pasa algo? Marico tienes una cara de pocos amigos.
-Tu papá sigue con ganas de que te lo cojas y está segurísimo que va a ocurrir.
-Si habla guevonadas.
-No parece que hablara guevonadas.
-Edgar me dijo que el viejo sueña conmigo y acaba dormido.
-Esto era lo que faltaba para terminar de arrecharme. ¿a ti te gusta la vaina? Estarías feliz si te lo vuelves a coger.
Arévalo cerró los ojos y resopló. Agarró a Orlando por la franela y le dió un beso.
-Vuelves a decirme eso y te voy a caer a coñazos, yo no quiero nada con mi papá, más allá de tenerlo de padre, del padre que no tuve. Marico estoy viviendo contigo y ha sido brutal, creo que te he demostrado que te amo.
Orlando lo vio a los ojos. -Discúlpame, hablar con tu papá me descolocó. Ver a Diego así.
-¿Ves? Tú también tienes tú rabo e paja marico, quieres con Diego pero yo me lo guardo, me trago mi arrechera y sigo. Quiero que mi hermano salga de esto, pero igual le tengo arrechera.
-Ya, dejeemos esta conversación hasta aquí, vamos a terminar peleando y no queremos eso. -Se abrazaron.
-Yo no voy a tirarme al viejo, marico y no quiero que con esto que le pasa a Diego se te pase por la cabeza volver con él, sería un dolor muy arrecho aquí en el pecho que no soportaría.
-Yo te amo a ti mi policía malandro, a más nadie. 
-Y yo a ti muchacho gafo.

2 comentarios: