martes, 3 de noviembre de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 7 Temporada final. #SMAQ


Amadeo y Andrés.

En la terraza de un restaurante estaba sentado Adrián esperando a su hijo Amadeo para conversar con él. Estaba un poco nervioso y ya había desecho con sus manos un par de servilletas. Estaba tomando una cerveza.

Amadeo llegaba, estaba algo serio pero también nervioso, no se veían desde el funeral de Adriano, ya habían pasado dos semanas.

–Hola papá –Adrián se levantó de la silla y lo abrazó, Amadeo se sintió extraño, tenía meses que su padre no lo abrazaba de manera cariñosa.

–Hola hijo, gracias por venir, me alegro verte, ¿cómo estás?

–Bien papá, estudiando full y trabajando ¿y tus cosas?

–Todo bien, trabajando también aunque han estado flojas las ventas. Tú mamá bien.

–Lo sé, siempre hablo con ella, o yo la llamo o ella me llama –Adrián bajó la mirada.

–Me he portado muy mal contigo...no debí echarte de casa –una pausa de varios segundos –se que te estás cuidando y haciendo tus cosas y que tienes novio y se preocupa por ti...y bueno, viven juntos.

–Creo que mamá te tiene al día de mis cosas.

Otra pausa y lo vio a los ojos –Siempre le pregunto por ti, desde que te fuiste.

–¿Y por qué no me llamas y me lo preguntas a mi?

–Por orgullo, por no dar mi brazo a torcer, por estúpido.

–¿Y que te hizo cambiar de opinión? Creo que es por eso que estamos aquí hoy.

–Sí...me voy a divorciar de tu mamá

–¿QUÉÉÉ? ¿Qué pasó, por qué?

–Ya tenemos mucho tiempo mal...incluso desde antes que te fueras de casa.

–Me botaras.

–Bueno, si, desde antes de eso ya estábamos mal.

–¿Y no hay nada que pueda revertir eso?

Adrián se quedó callado unos segundos y comenzó a llorar. Tapó su cara con sus manos.

–¿Qué pasa papá? ¿te pasa algo?

–Me da mucha vergüenza hablarte de esto

Amadeo abrió los ojos mientras su papá levantaba la cabeza y se limpiaba los ojos. Respiró hondo y soltó un suspiro.

–No sé si...creo que me gustan...Estoy hecho un lío.

–¿No sabes si eres gay? -Amadeo soltó la pregunta con ganas de recorgerla, se imaginó que era eso pero se arrepintió de adelantarse a su padre.

–Sí –Amadeo quedó sorprendido y un frío le recorrió el cuerpo y echando la película hacia atrás recordaba como su padre lo botaba de su casa justamente por ser gay.

–A ver, si no sabes si eres gay, osea que tienes dudas, es porque te pasó algo, ¿tuviste sexo con un hombre?

–NO, no, no, comencé a sentir atracción, curiosidad, en un baño, el gimnasio, en la calle ver al los hombres. Lo último fue cuando estuve con el muchacho este que murió, cuando fuimos a su casa y al verlo ahí en la cama indefenso, me entraron unas ganas de protegerlo...besarlo, estar con él, no sé.

–¿Y se lo dijiste a mi mamá? Papá tú necesitas ayuda, ir a terapia, de verdad.

–Tu mamá no sabe nada, nuestra separación es por el desgaste, pero lo que me pasa ha acelerado la situación.

–¿Y quieres experimentar con hombres? –Adrián volvió agachar la cabeza y afirmó con la cabeza. Amadeo suspiró y le puso una mano en el hombro.

–Ay papá...¿qué quieres que te diga?

–Estoy saliendo con una persona...sólo salir, lo conocí en la funeraria, no hemos tenido más nada.

–Lo único que te puedo decir, es que vivas tu vida, la que te hace feliz, no la que te dicen los demás. En este momento te sientes confundido y perdido pero necesitas buscar el norte y necesitas ayuda, busca ayuda. Yo salí de casa, si, pero ahora soy feliz y con el hombre que amo y lo vivimos a plenitud. Haz lo mismo papá, es el consejo que te doy yo que apenas

tengo 22 años. Yo te voy a apoyar en todo y ayudarte hasta donde me alcance.

Hablaron un rato más y luego se fueron cada uno por su lado.



Amadeo se fue al apartamento donde lo esperaba Andrés con una noticia.

Luego de contarle lo de su papá y Andrés quedara impactado, le dijo que se sentara a su lado en el sofá.

–Caramba la cosa es seria, me sentaré y escucharé. –Andrés abrió su maletín y sacó un

sobre blanco y se lo entregó a Amadeo.

–¿Qué es esto?

–Ah pues, ábrelo para que sepas.

Abrió el sobre, habían dos boletos de avión, revisó uno. Buenos aires.

–¿Nos vamos de viaje?

–Que manera de deducir las cosas chico je, je, je sí, pero no es un viaje de placer cualquiera.

–¿Ah no? ¿Nos vamos a vivir allá?

–Mmmmmm bueno, no de momento, vamos a hacer otra cosa.

–Dios pero que misterio.

–Busca adentro un papel amarillo y ábrelo. –Sacó el papel y lo abrió.



<<Te voy a llevar a Buenos aires para que te cases conmigo>>

Amadeo le comenzó a latir el corazón muy rápido y la mano que sostenía el papel le temblaba y comenzó a llorar.

–¿Pero, pero esto es verdad? Digo, ¿nos vamos a casar? Pero esto es la semana que viene y yo no he arreglado nada y, y, y yo creo que tengo el pasaporte vencido.

–Tranquilo, ya tenemos todos los papeles arreglados y los pasaportes al día, me encargué de hacer todo eso.

Vino una  pausa en la que Amadeo aprovechó y le dio un beso en la boca a su novio.

–Lo único que tienes que hacer es la maleta, el resto me encargo yo.

–Pero yo tenía otros planes.

–Aaaah pero yo me adelanté. Y hay algo más, tu madre nos va a acompañar.

Amadeo se limitó a mirarlo y quedarse ahí, boquiabierto. Andrés le dijo que la cerrara.

–Tú me tienes engañado y si ves, sino no me explico.



Ocho días después estaban en una jefatura en Buenos aires vestidos de smoking negro casándose, de testigos unos amigos que vivían en la ciudad. La mamá de Amadeo no paraba de llorar, él tampoco.

Al momento de ponerse los anillos, Amadeo se volvió lío, estaba nervioso y llorando, la mano le temblaba pero logró ponérselo a Andrés.

La juez los declaró maridos oficialmente y se besaron, los testigos no paraban de tomar fotos del acontecimiento. La mamá de Amadeo seguía llorando.

Un par de días después, la mamá de Amadeo se había ido. Los recién casados estaban en la habitación del hotel.

Andrés estaba en el balcón de la habitación, en interiores y con una taza de café en su mano. Eran las ocho de la mañana y ya pegaba fresco pero no sentía frío. Amadeo se levantó, estaba desnudo, se le acercó por detrás y lo abrazó quitándole la taza y tomando

un sorbo de café.

–Que asco, sin azúcar.

–Así lo tomo, lo sabes, Buenos días mi amor.

–Buenos días esposo. Si vieras la vista que estoy viendo estarías emocionado, que belleza.

–Llevo media hora aquí en el balcón, lo tengo en mi mente lo que hay frente a mi.

Ambos se quedaron un rato ahí mismo abrazados. A Amadeo sentía como su pene se erectaba nuevamente.

–Estoy sintiendo algo ahí atrás

–Si, eso es algo que vas a sentir pero adentro en un rato. –Andrés se rió y Amadeo siguió hablando.

–Mi amor, ¿este matrimnio durará para toda la vida? No quiero pasar por lo que están pasando mis padres.

–No te angusties por el tiempo, preocúpate porque ese tiempo que dure sea lo mejor para tu vida, para la mía y para la nuestra.

–No me quiero ir de aquí.

–Vamos a trabajar en eso para vivir en este país, ¿te parece?

–Me parece muy bien esposo mío. Acompáñame a la cama que quiero follarte de nuevo.

Volvieron a besarse y Amadeo cargó a su esposo para llevarlo a la cama.

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