lunes, 12 de septiembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES. Cuarta Temporada. Capíulo uno


Sin medir las consecuencias.



Luego de terminar con el vigilante se levantó y se sacudió las piernas, su pene aún escurría semen, lo sacudió y se puso el interior. Arrastró el cuerpo hasta un bosque, cuando lo lanzó ahí se dio cuenta que era un barranco en el momente que el cuerpo desapareció de su vista y escuchó la caída.



Estaba lleno de tierra y su cuerpo le temblaba, tenía taquicardia, había matado a otra persona. Buscó su carro, metió la pala y el pico en la maleta, le entregó otra parte del dinero al obrero.

–¿Lo vio alguien o usté vio a alguien?

–No, no, todo bien, todo en orden.



Llegó a su casa y fue directo a ducharse. Tenía fiebre y escalofríos. Salió de la ducha envuelto en la toalla y fue a buscar unos analgésicos, se los tomó y se recostó un rato en la cama, hasta que lo llamaron por el celular.



–<Necesitamos que llegue pronto doctor, llegó un cadáver, es una miss asesinada y se maneja con carácter de urgencia>.

–<Voy para allá>.

Aún tenía fiebre pero se sentía mejor, se vistió y salió.



Al llegar a la Morgue, entró directamente al cuarto donde se hacen los estudios forenses a los cadáveres que ingresan. Ahí estaba el cuerpo, semidesnudo, con varios golpes en el cuerpo, sangre en la cabeza y una pierna fracturada, igualmente su mandíbula.

–No tiene mucho tiempo de muerta. Su pene comenzaba a lubricar, no había mucho tiempo y se desvistió montándose en el mesón de autopsias. Separó las piernas y penetró el cuerpo. Carmelo temblaba de la emoción, dándole besos en la frente a la muchacha que tenía los ojos abiertos y vidriosos. Se movía, le costaba penetrarla pues el cuerpo se endurecía.



Se acostó completamente. Se corrió dentro de la miss. Se bajó, se limpió y volvió a vestirse. Le quitó la ropa al cadáver, lo acomodó y salió.

–El cuerpo está listo para la autopsia, hoy se encargarán ustedes muchachos, yo estaré en mi oficina. Cualquier duda me avisan. Quiero ver que tanto han aprendido, este caso es importantísimo, no se les escape ningún detalle, cualquier anomalía, anoten, alguna cosa inusual resgístrenlo, antes de cerrar el cuerpo indaguen y hagan pruebas de todo.



Carmelo se fue a su oficina para luego irse a desayunar, sus manos olían a muerto y sangre, fue a lavarse bien las manos para salir.





 –Fue golpeada con un hierro, una tubería, mira la curva aquí y hay restos de óxido adheridos y creo que la fractura de la pierna también fue con el tubo.

–Miren lo que hay aquí en la vagina, miren, esto parece ser semen.

–Mmmm ¿están pensando lo mismo que yo?

–¿Violación postmortem?

–Si, el semen está en la entrada, es extraño eso, pero hay que revisar bien, analiza la muestra de semen a ver si tenemos registros de adn de esa persona.



Luego de analizar el semen, aislarlo e introducir los datos en la computadora localizar coincidencias en los archivos de la policía, apareció en pantalla con un 87% de efectividad, un nombre.



–¿El doctor Carmelo? Ya va, esto debe ser un error. ¿Montaste bien la secuencia, hiciste bien la cadena?

–Si, si claro. Llevo rato confirmando los datos y analizando cada cadena.

–Hay algo extraño.

–¿Estás pensando que el doctor la mató?

–No chico, eso ni pensarlo, debe haber una información en el sistema que cruzó los análisis.

–Hablemos con el doctor.

–No, voy a ir yo, no hables con nadie de esto. No envíes esta información al archivo todavía, déjame hablar con él y que venga a revisar.



La médico residente fue hasta la oficina de Carmelo.

–Disculpe doctor por interrumpir.

–¿Pasó algo con el cuerpo? Me acaba de llamar el ministro a preguntarme que ha pasado.

–Si, es algo extraño, el cuerpo tiene semen en su vagina, al parecer, es lo más seguro, que la violaron después de muerta, pero ese no es el problema. Los resultados del semen arrojan que es de usted ese semen, entonces…

–¿Qué? –Carmelo abrió la gaveta de su escritorio y con cuidado sacó una jeringa con una sustancia. –Siéntese y me explica como es eso.

–Bueno, es que no se, supongo que es un error informático, se cruzó la información interna con la externa.

Carmelo estaba detrás de ella, preparó la jeringa y la joven volteó y él bajó la mano.

–Iremos a averiguar eso.

–Ay doctor me da pena con usted, yo sería incapaz de pensar algo malo de usted, es el mejor doctor que he conocido. -La muchacha se levantó y se volteó. –Quiero que venga con…

Carmelo le clavó la jeringa y le vació en el cuello el líquido. La muchacha cayó en el piso.



Carmelo haló el cuerpo hasta su baño y la encerró. De nuevo la taquicardia y su cuerpo temblando.

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