Icoa estaba ganando mucho dinero, era la reina del mejor
local de prostitutas de Sarrebruck.
Llamaba más la atención de los hombres el saber que era hombre aunque ya estaba
operada. Sus compañeras, aunque también hermosas, tenían esa desventaja, sumado
a que Icoa era afroamericana algo exótico en esas tierras. Solo una de ellas
era su verdadera amiga, de las otras tenía que cuidarse.
Asuán, estaba en
el local las veces que no tenía trabajo con sus jefes y así cuidaba de Icoa que
nadie se propasar con ella. Aunque le hervía la sangre saber que estaba en
brazos de muchos hombres, sabía que era por trabajo. Cairo a veces lo
acompañaba, esa noche estaban juntos en el local.
En un momento de
la jornada Asuán tuvo que ausentarse, no sin antes despedirse de su amada.
Cairo se quedó solo y tenía planes de sexo para esa noche. Cuadró todo con el
administrador para que el esperara a la prostituta en el cuarto. –No quiero que
sepa quien soy hasta que haya terminado de cogérmela, así que quiero el cuarto
oscuro, voy a pagarte bien así que no quiero reclamos de la tipita–“Vas a ser mía putica no solo Asuán va a
comer de ahí, yo también te voy a disfrutar”– pensaba Cairo.
–Quiero el cuarto
22–Sabes que ese cuarto es reservado de Asuán e Icoa– le dijo el
administrador–Lo sé pero es un cuarto de uso para los clientes también y además
Asuán no creo que venga en unas cuantas horas, está en comisión así que dame
las llaves y me mandas a la negra en 20 minutos–.
Se fue a la
habitación y esperó a Icoa en la cama desnudo, había muy poca luz, la
suficiente para no distinguir con quien se acostaba ella. Y ella entró. –Estas
son mis condiciones, quiero el cuarto con poca luz y que ella entre ya desnuda
sin hablar, se monte en la cama y haga lo que sabe que tiene que hacer: que me
lo mame,se deje coger por el culo, por la cuca y listo, se acaba el asunto y se
va del cuarto–. Y así fue, Icoa se montó en la cama y así en la penumbra tomó
el pene de Cairo, grueso y largo, un prepucio prominente que a Icoa le daba
repulsión pero igual se lo introdujo en la boca.
–Mama viene ese
guevo, trágatelo todo que tú eres bien perra y sabes hacerlo–Le decía mientras
le empujaba la cabeza hacia abajo para que le entrara todo en la boca. Estuvo
un rato haciendo el sexo oral hasta que tomó de la mesita d enoche un
preservativo –No, no no no, sin capucha, pagué bastante plata por ti y no
quiero capucha quiero sentir esa cuca construída, móntate que esto va a rin
pela’o.– La voz le resultaba familiar pero lo atribuyó a algún cliente asiduo
con el que ya había estado.
Se montó sobre él
y con bastante destreza introdujo completamente el pene dentro de su vagina y
comenzó a moverse. Se agitaba, sacudía las caderas haciendo que Cairo
enloqueciera de placer mientras le estrujaba las tetas.
–Epa Carache,
¿dónde está Icoa? ¿Con uno de estos babosos? Jejeje–Saludaba Asuán que había
regresado.–Eh si si, está con un cliente ahora–Bueno dile que la espero en la
22–No creo que sea posible…eeh está ocupada…hay mucha gente–¿Cómo que ocupada?
Te dije que no la ocuparas a menos que fuera necesario– Lo agarró por la camisa
levantándolo a centímetros del piso.–Ese cuarto es de Icoa y mío, ¿Quién está
ahí ahora?– Es un pesado Asuán–¿Quién es y con que muchacha está?– Asuán, ya
va, ya va…es Icoa la que está adentro, pero ella no abe con quien está metida
ahí–¿Con quien coño esta tirando mi mujer ahí dentro? Dime¡¡¡_ soltó a Carache
y se fue directo al cuarto.
Cairo la estaba penetrando por el ano cuando ya estaba a
punto de venirse. –ya me vengo volteate que quiero echarte la leche en tu cara
maldita negra– Ella se volteó y recibió su semen complete en la cara. La puerta
se abrió de golpe con una patada de Asuán. Encendió la luz. Cairo volteó. Los
ojos de Asuán se llenaron de furia, Icoa estaba impactada, se acababa de
enterar que tuvo sexo con el mejor amigo de su amante.
Asuán se le lanzó encima, Icoa se apartó de un brinco de la
cama. Comenzaron a pelear y Cairo recibió varios golpes en la cara hasta que no
se movía más. Terminó de golpearlo y comenzó a llorar. –¿Por qué lo hiciste,
por qué si tú eres mia, por qué con él por qué?– Mi amor yo no sabía que se
trataba de Cairo, eso fue una de las condiciones que puso, que estuviese
oscuro, yo entrara desnuda y de una vez comenzara a hacer lo mio…te juro, te
juro que np sabía que era Cairo, te lo juro mi amor– Icoa comenzó a llorar y se
abrazaron. Ambos lloraron por un rato, sacaron a Cairo del cuarto y lo dejaron
inconsciente en el pasillo. Ambos se desnudaron y se acostaron abrazados y así
amanecieron, esa noche no hicieron el amor pero se seguían amando.
Él tuvo que salir temprano y ella se iba a hacer unas
diligencias cercanas al negocio. Asuán arrancó primero, a los minutos salió
ella. Cairo ya no estaba en el local.
Cairo llegaba a su apartamento, solo cargaba los interiores
puestos y así llamó a la casera para pedirle una copia de sus llaves y poder
entrar. Abrió la puerta, entró y se fue directo a su cuarto con la intención de
darse un baño y salir a trabajar pero no estaba solo. –La traición se paga con
sangre Cairo, eras mi hermano del alma y te metiste con alguien sagrado para
mi– Un tiro certero en la frente acabó con Cairo, no hubo tiempo de hablar, de
perdonar ni de volver a discutir. Gracias señora por el favor– Le dió 50 euros
a la casera para que lo dejara entrar en el apartamento.
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