lunes, 25 de mayo de 2015

Se me antoja quererte SEGUNDA TEMPORADA Capítulo 1

Domingo, cinco y treinta de la mañana Alonso y Amado aún dormían, pero Alonso tenía ganas de sexo y se quitó el interior, buscó lubricante y volvió a acercarse a Amado y así en la misma posición, de lado, le abrió las nalgas y comenzó a penetrarlo.

Aunque Amado ya estaba despierto se quedó quieto mientras era penetrado. Una vez todo el pene dentro de Amado, este comenzó a gemir apretando el esfínter haciendo que Alonso lo abrazara con fuerza. Terminó de voltearlo hasta ponerlo boca abajo y le abrió de nuevo las nalgas para terminar de entrar por completo.
Amado apretaba la almohada con fuerza mientras Alonso iba hundiéndose en su novio.
–Sigue, sigue–se escuchaba vagamente en la voz de Amado, pero Alonso no aguantaba más y se corrió y, aunque quería hacerlo fuera, no alcanzó y derramó todo el semen dentro.

Se quedaron unos segundos quietos, en la posición que estaban, uno encima del otro hasta que Alonso se incorporó y lentamente retiró su pene ya flácido. Al levantarse, Amado soltó una fuerte flatulencia, algo que hizo reir a Alonso.
Con la pena reflejada en lo rojo de su cara le pidió que no se burlara. –Te pusiste rojo chico, pareces un carajito–Amado se volteó–No te burles, esas cosas me incomodan–.
–Es normal mi amor, eso pasa, tienes gases y yo te llené de aire también no te sientas mal por eso, pero me dio risa, más bien discúlpame tú a mi, me vine enseguida.
–Ay ni me fijé en eso, me lo disfruté, tranquilo.
–Ya no tengo edad para estar una hora tirando.
–Ni yo quiero que tardes tanto mi oso, yo tampoco tengo la edad de aguantar mucho je, je, je.
–¿De verdad lo disfrutas? ¿Te gusta hacerlo conmigo?
–Me encanta y me gustan esas sorpresas mañaneras.

Se levantaron y se fueron a duchar. Como Amado no había acabado, Alonso se agachó en la ducha y comenzó a hacerle sexo oral, luego de unos minutos de jugar con el pene, lamerlo y tragarlo todo, Amado se vino en la boca de Alonso, que se tragó todo el líquido.
–¿Ves?, yo tampoco duro mucho, ni siquiera se me paró y me vine.
–Tu leche es deliciosa.
–No sé como te puede gustar eso, me da asco. Je, je, je.

Se sentaron a desayunar, ambos desnudos en la terraza, tenían de vista la montaña así que no había preocupación de que alguien los viera. Comenzaron a hablar de su relación.

_¿Qué será de nosotros dentro de 10 años?  Tú tendrás 75 y yo 60 mi amor.
–No lo sé, tengo miedo…miedo de que me dejes por alguien más joven, ya no querrás hacer el amor con un vejestorio.
–No digas eso por favor. Habrán otras cosas en las que compartir, además aún tenemos ganas, eso podemos seguir teniéndolo si trabajamos en eso.
–Ay mi oso, yo quiero estar contigo hasta que yo no pueda caminar y tu al lado mio.
–Pero eso depende de ti, sigues con tu esposa…y yo vivo solo.
–Quiero dejarla, pero me da pena por ella, que se quede sola y sufra, tenemos 20 años juntos, si le digo a Daira que me quiero divorciar se muere.
–¿Cómo sabes eso? A lo mejor ella también quiere divorciarse y no sabe como decírtelo.
–No chico ¿tú estas loco? Esa mujer me ama.
–Pero tú a ella no, me amas a mí, bueno, eso creo. –Amado se levantó de la silla y se acercó a Alonso para darle un beso en la boca –Te amo y mucho–.
–Divórciate.
–No es fácil mi oso, no es fácil.
–Tú lo estás haciendo difícil y si pasan los años será peor. Yo estoy planeando un viaje a Europa y quiero hacerlo contigo. ¿Cómo hacemos? No quiero ir solo.
–Lo haremos pero déjame arreglar la situación, Déjame ver que le invento a Daira.
–¿Cómo que qué le inventas? Vas a seguir engañándola, seguir estirando la arruga? ¿Cada viaje que hagamos será un invento?
–De momento si mi oso.
–De momento…–Alonso se levantó de la mesa y se fue al cuarto–Creo que va siendo hora que te vistas y te vayas a casa con tu esposa.

Amado terminó de vestirse, recogió su bolso y se fue a despedir de Alonso per este le puso el cachete antes de que le diera el beso en la boca.
–Nos vemos el jueves que viene.
–No creo que sea buena idea Amado.
–¿Por qué mi oso? Siempre lo hacemos.
–Este jueves no, no vengas, quiero quedarme solo y pensar.

Amado se montó en su carro, colocó un cd de Agustín Lara y comenzó su viaje. Cada canción que escuchaba lo hacía llorar, no era un llanto, simplemente las lágrimas salían solas y recorrían sus mejillas. Sólo pensaba en la posibilidad de poder perder el amor de Alonso y no lo soportaba.

Cinco horas después llegaba a su casa pero no quería entrar, apoyó la cabeza en el volante y ahí se quedó un buen rato hasta que apareció Daira para despertarlo.
–Amor, entra, estás cansado, ven para que comas y duermas, ya no puedes estar viajando tanto, tienes los ojos rojos.
–No es nada mujer, es la brisa, algo se me metió en los ojos. Me quiero duchar y acostarme.
–Dame un beso y ve a ducharte para calentarte la comida.
Amado la besó en la frente, Daira cerró los ojos y tragó saliva, era la primera vez que la besaba en la frente y no en la boca como cada vez que regresaba de viaje.

Amado se duchó y no comió. Se acostó en la cama hasta el día siguiente.

1 comentario:

  1. Cómo me vuelvan a dar un beso en la frente lo pensaré bastante...

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