Amadeo y Andrés
Amadeo salía de la Universidad y le quería dar una sorpresa
a Andrés y se iba a acercar a su trabajo para almorzar juntos aprovechando que
salía temprano.
–Buenas tardes, ¿se encuentra el señor Andrés?
–¿Quién lo busca?–Amadeo.
La recepcionista le pasó el teléfono a Amadeo.
–<<Chico pero que sorpresa, ¿cómo estás?, espérame ahí
ya salgo>>
–<<Ok>>
Cuando llegó Andrés venía con una sonrisa, Amadeo al verlo
también sonrió.
–Bueno vine a buscarte para almorzar.
–Me gusta la idea y estás de suerte o bueno, yo, no
trabajamos en la tarde pues vienen a fumigar las oficinas.–Ah que bien, bueno pa luego es tarde vámonos a almorzar.
Como Amadeo iba a invitar el almuerzo, quizo ir a un local
de comida rápida algo que a Andrés no le hacía mucha gracia pero aceptó.
Llegaron al sitio y Amadeo escogió lo que iban a comer, Andrés sólo se reía y
le recordaba que esa comida era una basura.
–Tengo que aprovechar que soy joven y tú también, para poder
comer esto, además hacemos ejercicios, dentro de unos años no haremos esto con
tanta frecuencia.
–Eso espero no me voy a calar que me traigas aquí por los próximos años.
Un silencio se apoderó del momento.
–Ay chinazo.–Disculpa...no debí decir eso.
–No vale tranquilo
–Su pedido señor, buen provecho.
–Gracias, vamos a sentarnos allá, al fondo.
Andrés le estaba contando los casos en los que estaba
trabajando sin darle muchos detalles pues era informción confidencial. Amadeo
le hablaba de sus clases hasta que apareció el tema álgido. Le preguntó que
había pensado con lo de ser escort.
–Bueno, acepté…todavía no he empezado
pero ya dije que sí.
Otro silencio los envolvió, Andrés le dio un mordisco a su hamburguesa
y tomó un poco de su bebida para luego hablar.
–Ten cuidado Amadeo, yo no soy quién para decirte que tienes
que hacer y que no, pero ten cuidado, eso tampoco es tan sencillo como lo
pintan.–Tranquilo, yo me cuidaré –Le dio un mordisco grande a su hamburguesa.
–Cuidado y te atragantas.
–Ja, ja, ja estoy practicando cuando mame guevo.
–¡Oye que bonito eso!
–Disculpa, no debí decir eso...
–Gajes del nuevo oficio.
Terminaron de comer las hamburguesas y luego de
conversar de temas irrelevantes, Amadeo
le dijo algo a Andrés.
–Quiero hacer el amor contigo, hoy, ahora.–¿Ah sí?...mmm bueno, yo también quiero, pero para eso hace falta dos cosas.
–¿Qué?
–Dinero para el hotel y condones.
–Lo segundo te lo tengo, lo otro no.
–Esta vez lo pago yo.
Salieron del local y se fueron a la estación de metro
cercana para irse al hotel.
–Como yo voy a pagar el hotel, yo lo voy a escoger, mi
primera vez contigo no va a ser en un hotelucho de alta rotación. Vamos que tú
me vas a guiar.
–¿A que hotel vamos?–al hotel Cayena.
–Coño...
–Baja las cejas y disfruta hoy que esto no será todos los días.
Llegaron al hotel y pidió una habitación matrimonial. La
recepcionista sonreía pero hizo la reserva, no dejaba de ver a Amadeo.
–Esta caraja no me quita la mirada –Le dijo al oído a Andrés–.
–Aquí tienes Andrés, disfruten la estadía. Ya les llevarán
una botella de champaña a la habitación.
Caminaron hacia la piscina para que la conociera Amadeo
mientras subían la botella al cuarto.
–¿Así que aquí te traes a todos los culos? La tipa te conoce
y se sonreía
–El bufete trabaj con este hotel y por eso me conocen y
tenemos descuento.
Ya en la habitación, se encontraron con la botella de
champaña fría, Amadeo la abrió y sirvió en las dos copas. Brindaron por ambos
por lo nuevo que viene y porque sigan juntos sea de la manera que sea.
Amadeo dejó la copa y cogió por la cintura a Andrés y lo
trajo hacia él. Lo besó y comenzó a quitarle la ropa mientras lo besaba por
todos lados.
–Ya va, yava, ya va, cálmate que no nos tenemos que ir tan
rápido, vamos despacio, ven acá, cierra los ojos, acuérdate del día en el
parque.
Cerró los ojos y,
mientras Andrés estaba a centímetros de él, comenzó a besarlo en la cara,
pasando por la mejilla y bajando por detrás de la oreja y seguir por el cuello.
Sus manos debajo de su franela rozaban la espalda y abdómen.
Lentamente le quitó la franela para luego bajar poco a poco e ir soplando suavemente la piel
de su pecho recorriendo un leve camino de vellos que se desaparecían al borde del jean. Amadeo
tenía la piel erizada, Andrés desabrochaba el cinturón y dejaba caer el
pantalón. Su barbilla rozaba el interior mientras respiraba sobre el pene que
ya delataba la erección. Bajó el interior, sus manos buscaron las nalgas
mientras su boca recorría la ingle soplando.
Ahora su barbilla rozaba el prepucio que dejaba ver el glande
lubricado, la lengua limpió el fluído que caía en un hilo. Se retiró de ahí
para recorrer las piernas mientras una mano tocaba el pene de Amadeo que latía
y se ponía más duro.
Volvió a subir y su boca se detuvo en los testículos, su
lengua los recorrió mientras un hilo de aquél líquido caía en la mejilla de
Andrés. Sus manos tocaban las nalgas suavemente y, cuando su boca se abrió para
introducir el pene, Amadeo no aguantó y se corrió en la boca de Andrrés que no
desaprovechó el momento para comenzar la felación mientras el pene seguía
descargándose. Amadeo se estremecía con cada eyaculación.
Andrés se levantó y aún con el semene en su boca le dio un
beso a Amadeo, que sorprendido se echó hacia atrás pero luego respondió al beso
recibiendo en su boca su propio líquido.
Se tumbaron en la cama. A pesar de que no hubo más nada,
Amadeo estaba exhausto.
–Wao…que experiencia tan rica,
me dejaste loco pana, que excitación tan arrecha y sin tocarme me vine.
–¿Viste? No hay que llegar a la penetración para disfrutar
del sexo.–Me sorprendió lo del beso con esa cosa en la boca, nunca lo había hecho, me agarraste desprevenido je, je, pero me gustó mucho, que morbo Dios. Pero tú no acabaste.
–Ya llegará el momento de que ocurra eso, no te preocupes. Yo también disfruté hacerte eso.
Unos minutos más tarde suena el celular de Amadeo. Era
Aníbal.
–<<Aló>>
–<<Acomódate que tienes trabajo, tú primer
cliente>>–<<Coño ¿Ya, ahora?>>
–<<Te dije que tenías que estar listo en cualquier momento>>
–<<Ok, ok, ya salgo>>
–<<Te mando por mensaje la dirección, nombre y numero de la persona, no me falles que es buen cliente>>
–Me tengo que ir.
–¿Ya comienza el trabajo?–Si...disculpa...no pensé que fuera...hoy.
–Tranquilo...te vas con buen sabor de boca y con mi aroma en tu piel y eso no se te va a ir tan fácil. Pásalo bien, yo me quedo disfrutando de la habitación, te perderás el desayuno.
–Nooooo, tú me esperas que yo regreso.
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