lunes, 6 de julio de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 6

Amado y Alonso
 
La tormenta arreciaba, la lluvia era constante y no se veía nada por el parabrisas. Alonso manejaba muy tenso pero no quería detenerse, quería llegar.
Los limpiaparabrisas no se daban abasto, llevaba las luces altas encendidas.

A ratos bajaba la intensidad pero volvía a incrementarse la lluvia, el celular de Alonso repicaba pero no podía atender, necesitaba concentración. Era Amado.

En la pequeña clínica donde tenían ingresada a Daira se había ido la luz y la planta no cubría el 100% de operatividad pero terminó por colapsar y quedar a oscuras, sólo las luces de emergencia iluminaban ciertos sectores.
Daira necesitaba asistencia o habría que trasladarla a una clínica mejor equipada. La monitoreaban con los médicos al lado de ella y dándole oxígeno manualmente. Amado estaba preocupado, Alonso no respondía y las últimas veces caía la contestadora al primer repique.

Alonso seguía en la carretera y lo acompañaba la lluvia que no cesaba, su cuerpo seguía tenso. La carretera era un río y el carro estaba inestable, había poco agarre entre los cauchos y el asfalto.
Amado seguía llamando. La única respuesta era la contestadora en el celular de Alonso pero se quedó sin batería y seguían sin luz.

La tormenta parecía que no iba a parar nunca, Alonso nervioso no quería detenerse, aunque no se veía la carretera por la lluvia y la oscuridad, sabía que estaba cerca. De repente, una sacudida del lado derecho hace que pierda control del carro. El caucho derecho cayó en un hueco y el vehículo derrapó, dio medio giro y al golpear la rueda trasera con el brocal de la calle el carro se sale de control y se voltea saliendo de la carretera y rodando por el monte lateral.

Amado vuelve a entrar donde está Daira que en ese momento tiene una crisis y cae en coma. Los doctores tratan de solventar el problema con lo que tienen pero es inútil, hay que trasladarla de inmediato.
Luego de que el vehículo se desliza unos metros y se detiene, Alonso abre los ojos y no ve nada, todo está oscuro, intenta quitarse el cinturón pero tiene un fuerte dolor en el brazo izquierdo y en la cabeza una herida.

Se desabrochó el cinturón y comenzó a salir por la ventana despacio pues el brazo le dolía. Se puso de pie, estaba un poco mareado, ya no llovía, el cielo estaba despejado. Ahora tenía que ubicarse donde estaba y pedir ayuda pero había muy poco tránsito. Regresó al carro a buscar su celular.
Luego de estar agachado soportando el dolor del brazo por unos minutos. Lo ubicó, le faltaba la tapa que guarda la batería pero estaba intacto. Llamó a Amado y le salió la contestadora.

Llamó al 911, unos segundos más tarde lo atienden y les da las coordenadas de donde se ubica mirando alrededor y dando alguna referencia. Al terminar la llamada se va al carro a esperar ahí, sentado del otro lado para que nadie lo viera.

Treinta minutos después llega una ambulancia y una grúa de plataforma. Montan el carro y comienza el regreso a la capital. En la ambulancia le dan los primeros auxilios, que, aunque no son de gravedad, igual lo llevarían una clínica para un chequeo. El brazo izquierdo se le dislocó y lograron colocárselo de nuevo e inmovilizarlo, en la cabeza le tomaron cinco puntos.

El carro de Alonso se lo llevaron a un estacionamiento, al día siguiente el seguro lo buscaría para que lo viera el perito y luego de la evaluación decidir si repararlo o darle pérdida total. De esos trámites se encargaría el corredor de Alonso,  él iría directo a la clínica.

Al llegar a la clínica volvió a llamar a Amado y este contestó.

–<<¿Dónde estas?>>
–<<Ay Amado, disculpa, me pasó de todo, tuve un accidente yendo a la playa, había mucha lluvia>>
–<<¿Pero tú estás bien?>>
–<<Si, si, estoy bien, fue más el susto, estoy en emergencia esperando que me atiendan>>
–<<Ya te estoy viendo, Dios mío, voy para allá>>

Al acercarse Amado abrazó a Alonso y ambos se pusieron a llorar, fue en ese momento en que Alonso cayó en cuenta de lo que había sucedido. Amado le contó a Alonso que Daira estaba en coma, en el pueblo se había ido la luz y todo se complicó, pero ya la estaban atendiendo y estaba estable, había salido del coma hace unos minutos.

–El médico me dijo que no cree que quede bien, estuvo mucho tiempo sin oxígeno desde que la saqué del agua y la atendieron en la clínica. Es probable que algunas funciones motoras estén comprometidas.
Hubo un silencio de varios segundos. –Aaay Amado, ¿Cómo no llegué antes? ¿No podrá caminar o hablar?
–Hablar y lo de caminar lo sabremos después. Me siento mal mi amor, te necesito.
Otro silencio invadió el espacio entre ellos a pesar del ruido normal de un área de emergencia.
–No te atormentes con eso oso, tranquilo, todo va a salir bien.

Se volvieron a abrazar y Amado se fue un momento a la habitación de su esposa. Alonso llamó a su hijo Adriano para avisarle.
–<<Tranquilo Adriano yo estoy bien, ya voy a salir de la clínica no te vengas, yo te aviso y vienes a casa>>.
–<<¿Y el carro?>>
–<<Me toca esperar>>
–<<¿Pero necesitas algo?, yo pido permiso>>
–<<Tranquilo papi, estoy bien, luego nos vemos>>

A Alonso lo revisaron le hicieron unas placas, luego de esperar los resultados estaba todo bien, a pesar de lo contundente del accidente. Se acercó a la habitación donde estaba Amado y su esposa.
Daira abrió los ojos y vio a su esposo hablando con Alonso. Comenzó a hacer sonidos sin poder gritar y comenzó a correr una lágrima de su ojo izquierdo.
–Creo que Daira está nerviosa, como agitada.
–Déjame buscar a la enfermera.

Amado se quedó solo con ella, Daira se puso tensa, él puso su mano en la cama, Daira se la tomó con fuerza y lo veía a los ojos.

–No me reclames a mi Daira, yo no soy el culpable de esto, estás en esta cama por tus acciones y por las de Amado, me estás haciendo daño –Se zafó de la mano moviéndose haciendo un giro. Llegó Amado con la enfermera.

–Bueno Amado me tengo que ir, es tarde y tengo muchas cosas que hacer, más tarde vengo o mañana, cualquier cosa me llamas.

Alonso salió de la clínica para buscar un taxi e irse a casa, mientras esperaba sonó su celular. Era de su oficina.

–¿Otra vez? Ya les dije que estaba en pleno peo en la clínica, que vaina.
–<<Aló>>
–<<Alonso, disculpa que te llame pero…es que apareció en tu muro de Facebook…fotos de tu hijo desnudo y otras teniendo sexo…es muy fuerte y lo ha visto toda la agencia. Estás etiquetado en todas las fotos>>
–<<¿QUÉÉÉ? ¿De Adriano? No entiendo nada, espera que me meto en el perfil.

Se montó en el taxi y entró en su perfil.
–No puede ser, no puede ser, no puede ser. ¡Adriano COÑO!
El taxista lo veía por el retrovisor. Alonso llamó a su hijo.

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