Asdrúbal y Asier
Se acercaba la hora del almuerzo. Asdrúbal tenía el papel
que le había dado el detective Rubén.
–¿Será que lo llamo? Pero
es que seguro vamos a tirar y luego no va a hacer su trabajo, pero a lo mejor
yo me estoy montando una historia en la cabeza y de verdad el carajo es
profesional. ¿Pero para que ir a su apartamento? Le voy a decir que mejor en un
restaurante o en su oficina mañana. Verga pero está buenísimo. ¿Y si voy y me
lo tiro y ya? No averiguo nada de este carajo y me quedo tranquilo. No, pero
quiero saber que hay detrás de todo este peo. Yo lo voy a llamar y que pase lo
que tenga que pasar. –Asdrúbal tenía un nido en la cabeza y no sabía que
hacer–.
Fue hasta el puesto de Ramón para invitarlo a almorzar.
–Yo traje almuerzo.
–Pero yo te invito anda, guárdala en la nevera y te la comes
mañana.–Es que…
–Anda coño, quiero contarte algo.
–Cuéntame aquí y comemos en la oficina.
–No…aquí no se puede, todo el mundo escucha.
–Ooookeeey dame cinco minutos y salgo.
Se fueron a un restaurant cercano al trabajo donde no va
mucha gente y menos de la oficina.
–¿Que tanto misterio?
¿Para que vinimos acá? ¿qué me vas a contar?
–Quiero estar cómodo sin que nadie nos interrumpa.–¿A ver qué pasó?
Asdrúbal le contó lo que hizo en la oficina del detective,
que luego lo transfirieron a otro que sospechaba que era gay. Lo invitó a su
casa y que llevara todos los documentos, pruebas y cualquier otra cosa para
comenzar la investigación.
–¿Tú que crees? El tipo va pendiente de otra cosa?
–Va pendiente de cogerte, eso está claro. No te va a invitar
a unos vinos a su casa para hablar más cómodos –Hizo un gesto con los dedos
haciendo comillas al aire–.–¿Pero voy a su casa? O sea, yo sé que quiere sexo, pero ¿será serio el pana, Son detectives profesionales?.
–Bueno tengo entendido que sí, esa gente trabajó en la policiá científica. ¿Pero tú andas pendiente de que te coja ¿.
Asdrúbal se quedó callado.
–No joda me haces venir para acá para contarme que te vas a
tirar al detective que va a averiguar sobre tu noviecito estafador que también
te coge.–Eres mi amigo necesitaba contárselo a alguien.
–Yo también te quiero coger a ti, pero por otras razones, tú me gustas que jode pero no me paras porque estás pendiente de un bichito con malas mañas como toda la familia y encima quieres tirarte al detective. Eres bien puta Asdrúbal.
–Coño gracias, parece que me he tirado a media oficina para que me digas así, que arrecho eres tú.
–Disculpa...es que me da rabia que estés empepao con un tipo que está metido en estafas y robos y quien sabe si de verdad está enamorado …
–Buenas , buenas –Interrumpieron la conversación, al levantar la vista era Asier –¿Cómo estás?.
–Hola...bien, te presento a un compañero, Ramón.
–Un placer, mucho gusto Asier, ¿me puedo sentar? –Y se sentó– y así no como solo–.
A Ramón se le desenacajó la cara y no se le movía ni un
músculo. –Bueno, yo los dejo solos para que conversen–.
–No Ramón pero no has terminado.
–Tranquilo, tengo cosas que hacer, gracias por la
invitación.
Asdrúbal se sintió mal por lo incómodo de la situación y
también quería irse.
–Ese pana le gustas, pero se le nota a leguas. Mosca que con
lo mio nadie se mete.
–Deja la guevonada. ¿qué haces aquí?–Quería verte y decirte que esta noche te quedes conmigo, yo te busco en la tarde por aquí y nos vamos al apartamento.
–Es que al salir de aquí tengo un compromiso y no se a que hora me desocupe.
–¿Un compromiso de que?
–Con mis papás.
–Ah bueno, yo te espero y te llevo en la tarde a tu casa.
–No, tranquilo que yo no sé a que hora salga, no quiero que esperes por mi.
–No me importa yo te espero.
–Que no vale, no tengo hora de salida pero tengo el compromiso.
Asier notaba raro a Asdrúbal, no le creyó mucho lo del
compromiso y encima no dejar que lo llevara a casa, pero no le quiso dar más
importancia. Terminaron de comer y lo acompañó al edificio.
–Tú estás muy raro ultimamamente. Algo te pasa, estás
distante, esquivo, no sé, no sé pero lo voy a descubrir.
–Verga pero tú si hablas tonterías, dame un abrazo.
Se abrazaron en la entrada del edificio y así estuvieron
varios segundos que para Asdrúbal parecieron eternos.
–Te quiero mucho chamo, no te olvide de eso y mosca con ese
Ramón que no se atreva a soplarme el bistec.
–Tranquilo, esta noche te aviso si no es muy tarde y nos
vemos.–Ok.
Asdrúbal subió a la oficina y se fue directo al puesto de
Ramón.
–Qué carajito eres, ¿Por qué te fuiste?
–¿Para qué me iba a quedar? ¿A ver como se hacían arrumacos?–Pendejo, no pasó nada, además ya sabes lo que quiero hacer, investigar que hay detrás de su empresa.
–Si guevón...lo que quieres es que todo sea mentira y quedarte con el pana.
–Hablamos otro día, contigo no se puede.
–Anda a cagar.
Regresó a su oficina
y se sentó. Antes de empezar a atender a la gente volvió a coger el papel. Marcó
el número.
–<<Buenas
tardes Rubén, es Asdrúbal, estuve en tu oficina ayer>>
––<<Hola Asdrúbal ¿cómo estás? ¿ que se te
ofrece?>>–<<Todo bien, no, bueno, era para saber a que hora paso por tu casa para conversar sobre el caso que hablamos en tu oficina>>.
–<<¿Te parece bien a las ocho de la noche?>>
–<<Perfecto, ahí estaré>>
–<<Trae algo para picar y una caja de condones>>
–<<¿Perdón?>>
–<<Que traigas algo para picar y una caja de alfajores, yo te los pago aquí>>
–Dios pero estoy obsesionado con que voy a tirar, ¿estaré quesúo?–<<Dale tranquilo, yo llevo eso>>.
–<<¿Tienes problema con quedarte a dormir? Es probable que se haga tarde>>
Asdrúbal se quedó callado un instante –<<No, no hay
problema, no sé, ¿se puede?>>
–<<Si claro, bueno, te espero allá, tengo que colgar
que hay trabajo>>
–Me va a coger este
pana me va a coger, yo igual llevo condones.
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