No pude dormir así que las 8 de la mañana
levanté a Ernesto a ver si se quería venir conmigo y me dijo que sí, tardamos
20 minutos en conseguir las llaves de la casa de Rodolfo. Mientras las buscaba
veía en la sala a Tomás desnudo con los otros 2 en las mismas condiciones.
Estaban borrachos y dormidos.
–Me siento terrible y eso que no bebí
mucho, creo que fueron los mojitos que me reventaron la pea.
–Yo si bebí y me duele la cabeza.
–Vente a mi casa, nos duchamos tomamos
algo para el malestar y nos acostamos de nuevo.
–Si va, necesito un baño caliente. ¿Tú
anoche tiraste?.
–Si, con Rodolfo.
–Bueno el con quién no me cabe duda
jajaja.
–¿Y tú?.
–Con Antonio, pero sólo se lo mamé, pero
no le hizo mucha gracia la mamada, será que soy un novato todavía.
–Si, eres buen pasivo, ya lo vimos en tus
escenas, pero de lo otro tienes que practicar más jejejeje.
–Por eso es que era mala cama según las
mujeres, tengo que ponerme las pilas en el mundo gay.
Nos montamos en el carro y fuimos rumbo a mi
casa, en el trayecto se me cerraban los ojos, a pesar que Ernesto no paraba de
hablar me estaba durmiendo.
Cerré los ojos por milésimas de segundos
y escucho un grito –¡MARICO FRENA! -Frené pero le di un golpe al carro de adelante.
–MIERDA, LO QUE FALTABA.
Me bajé del carro y del otro se baja una
mujer, histérica.
–¿PERO TÚ NO SABES CUÁL ES EL FRENO?,
ANIMAL, MIRA LO QUE HICISTE.
–Disculpa mi amor, me distraje unos segundos,
pero tampoco fue tanto, además eso lo paga el seguro
–Claro, como tú si tienes seguro no te
importa pero yo no tengo.
En eso se baja el copiloto, le veo la
espalda y parece un campo de fútbol y unos brazos como mandarrias, me asusté.
Es el novio y me va dar una coñaza. Una franela 2 tallas menos, pegada al
cuerpo marcando los abdominales y los pectorales, cargaba unos lentes de sol.
Se voltea y se quita los lentes. Cejas
delineadas abrió la boca y se me pasó el susto.
–Ay marica, pero te abollaron el parachoque
y está rayado, que horror. –Se puso los lentes en la cabeza. Una loca de marca
mayor, la mujer parecía el macho.
–Y ENCIMA ESTAS AMANECIDO, HUELES A
ALCOHOL QUE ASCO. –Llegó la policía justo cuando decía eso. Un policía de
Chacao, nada menos.
–Llegó el poli. Oficial este señor nos
chocó y al parecer está bebido. –Dijo la loca que abrió las plumas de pavo real
para llamar la atención del policía, que por cierto no sé de donde lo sacaron
pero estaba buenísimo.
Una nalgas redondas, duras y paradas
metidas en un pantalón desafiando la tensión, que hacía que se le marcara el
paquete.
Nos pidió los documentos del carro y la
cédula a los 4. Luego de verificar las cédulas procedió a medir. Cuando ese
hombre se agachó y aquella tela del pantalón se estiró por la parte de atrás,
me puse nervioso.
–Marica pero este poli esta buenísimo,
ponte perra a ver si arreglamos esto, o me pongo yo.
–Deja la estupidez, ese tipo no es
marico.
El policía habló con las dos mujeres
aparte y luego se acercó a mi con el alcoholímetro.
–TE VA A CAER UNA MULTA BELLA MI AMOR
PARA QUE SIGAS MANEJANDO COMO UN TROGLODITA. -Me gritó la loca.
–Ciudadano, la joven dice que usted y su
compañero han bebido alcohol, necesito hacerles las pruebas.
–No hay problema. ¿Qué le dijo el
muchacho? Que estaba moviendo las manos y me veía?
–Exagerando el choque, pero me tenía
atormentado, no puedo con su voz y sus gestos. –Bajó su mano y se acomodó el
paquete y me miró.
–No todos somos como él.
–Que bueno escuchar eso. -Dejó de
escribir, levantó la mirada, me vio y se sonrió.
–Soplen ambos aquí, primero tú.
Chequeó el test de ambos. –Efectivamente
están por encima de lo normal, no es grave pero voy a tener que sancionarlos.
Con 10 Unidades Tributarias.
–¿10? Pero eso es un realero
–Voy a decirles a ellos que se vayan y
termino de hablar con ustedes.
–Por fa pídele sus datos completos para
que mi seguro le pague.
El policía anotó los datos para dármelos
y regresó.
–El seguro no te va a pagar por estar por
arriba del 0.5 de alcohol.
–Coño no me eches esa vaina vale, además
fue una tontería. -Ernesto estaba con una sonrisa viendo la escenita de
flirteo.
El policía se me quedó viendo, volvió a
tocarse allá abajo. Rompió la boleta y en otro papel se puso a escribir.
–Eres muy guapo y lo sabes, aquí tienes
mi número, cuando tengas un chance, me llamas y cuadramos para que me pagues el
favor. Libro lunes y martes.
–Gracias, tenlo por seguro que te
llamaré, Agustín.
–François el día que nos veamos ve
preparado porque a mi me gusta hacer de todo. Y si tu amigo quiere unirse, pues
también le doy.
–Yo prefiero que la primera vez seamos tú
y yo.
–Así será entonces.
Agustín se montó en la moto y arrancó.
Cuando me iba a montar en el carro una moto enorme se detiene a mi lado a
escasos centímetros, se baja el hombre y se quita el casco. Era Jack.
Me empujó hacia el carro, Ernesto iba a
dar la vuelta para enfrentarlo pero Jack le sacó un arma.
–Entra al carro Ernesto y no hagas
ninguna tontería. –Le dijo Jack.
Me agarró por el cuello apretándome
fuerte.
–Cada vez que te veo sacándole fiesta a
un tipo me dan ganas de caerte a coñazos hasta matarte. -apretó más, sus ojos
se clavaron en los míos y me soltó el cuello. –Pero no lo hago porque…–No
terminó la frase y me clavó un beso en la boca. Me soltó. –Porque me amas,
dilo. –Arrancó y se fue.
Me metí en el carro, el cuerpo me
temblaba y apoyé la cabeza en el volante.
–¿Estás bien? ¿Quién es ese tipo? ¿Por
qué me conoce?
–Es Jack, por alguna razón me protege,
apareció de la nada luego del peo de la boda, yo te conté.
–Si, si es verdad. ¿Pero que te hizo
ahora?
–Me besó.
–Marico te orinaste encima. –Hasta que me
lo dijo no me había fijado lo que había pasado. Jack tiene la facilidad de
descontrolarme cuando lo tengo cerca.
Llegamos a casa, nos duchamos, comimos
algo y nos acostamos en mi cama, antes de dormir le escribí al policía, me
dormí esperando su mensaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario