Esa mañana no fui a trabajar, llamé dando una excusa, igual a los gemelos, que tenía que darles clases. Otra vez la muerte la tenía cerca y estaba de alguna manera involucrado Jack.
Me fui a casa a esperar noticias de Jack
que se estaba encargando del entierro de su abuelo. A las 2 de la tarde recibo
un mensaje.
–<Agrégame a skype y conéctate en
media hora. -Me dio su usuario.
A la media hora me conecté, por fin le
iba a ver la cara a Jack, era el momento, llegó el día.
Se activa una llamada, era Jack, la
contesto y se abre la pantalla donde aparece su rostro, ninguna novedad, un
pasamontaña que sólo dejaba ver sus ojos, nariz y boca. Me sentí hablando con un
guerrillero.
Sin saludarme habló gritándome,
preguntando que hacía yo en casa de su abuelo. Le dije que yo lo conocía desde
hace varios años, en la plaza cuando yo iba a leer ahí.
–No te pregunté eso, responde lo que te
pregunté. -Me dijo. Le dije que Antonio me invitó a su casa a tomar un café.
Jack seguía sin creerme, no entendía que hacía tan temprano ahí. Le dije que
ese día me provocó salir temprano de casa y leer.
–En el cuarto había un pote de crema
abierto y esa misma crema la tenía mi abuelo en el ano. No tengo que decirte
más nada, quiero que tú me lo digas mirándome a la cara.
Tenía la cara agachada mirando el
teclado, la levanté y le dije lo que ocurrió. Se pasó la mano por la cabeza
sacudiendo el pasamontaña.
–François tu no puedes ser más puta. No
te basta con tirarte a media ciudad, ahora lo haces con ancianos, ¿Pero qué
coño hay en tu mente?
–Jack, tu abuelo me lo pidió, me contó
una historia y luego me propuso eso…bueno, no me negué, perdón, disculpa,
tampoco lo maté. –Le conté lo que me había dicho la noche anterior “puedo morir
tranquilo y feliz”, Le dije que recogí la casa un poco pues estaba desordenada
y sucia. Me quedé callado y Jack comenzó a llorar. Cerró la comunicación.
Unos minutos después, me vuelve a llamar.
–Mi abuelo era después de mi mamá el
único que me apoyaba, pero igual yo me fui de mi casa y perdí contacto con él y
con todos.
–¿Y qué pasó con ellos? ¿Contigo?
–No quiero seguir hablando de eso. Hoy me
removiste todo lo que estaba asentado, quieto en mi vida. Tú piensas que yo te
he volteado la vida pero tú me has movido mucho François.
–Sabes lo que siento por ti, bueno ni yo
sé que es lo que siento por ti, miedo, temor, angustia, deseo, amor.
–Comienzo a arrepentirme de haber
aceptado protegerte, yo insistí en eso.
–No me digas eso Jack, saber que no estás
ahí me da miedo, aunque tenerte cerca también.
–Cuídate mucho François, estaré cerca.
Gracias por hacer feliz a mi abuelo en sus últimas horas. Chao. -Cerrada la
comunicación.
2 días después de aquella extraña mañana
recibo un mensaje de los chicos de la película para vernos el viernes e ir a
COPA’S un bar sexodiverso en El Rosal. También iría Ernesto. Lo pasé buscando
por su casa a las11:30 de la noche para irnos al local y conseguirnos con el
resto.
Llegamos y había una colita como de 8
personas pero el grupete no estaba ahí, quizás estaban adentro. Logramos entrar,
había gente pero no estaba full, lo suficiente como para encontrarme con Tomás.
Perfecto.
Estaba con un tipo que yo no conocía, bailando
y besándose, más beso que baile. Me fui a la barra a pedir los tragos de
Ernesto y mío, le pasé por un lado y ni me vio. Al regresarme, le dejo el trago
a Ernesto y me acerco aprovechando que ya no bailan.
Tomás ya estaba con unos tragos de más y
no era ni la 1 de la mañana.
–Epa, estás muy entretenido que ni me
miraste.
–Pero si es la puta de la ciudad,
¿Viniste a ver a quien te tiras? ¿O ya te los tiraste?
–Voy a obviar ese comentario para no
darte un coñazo, ¿Qué haces borracho? Tú no bebes y además tienes que cuidar tu
salud.
–Aaaay no me vengas con lecciones, yo
hago con mi vida lo que me da la gana y tiraré con quien me de la gana. -Llegó
el tipo con quien bailó y le dio un beso en la boca y se fue de nuevo.
–¿Le dijiste que tienes vih?
–No y ya tiramos en el baño.
–¿Te protegiste Tomás?
–Vete pal coño, ve con Ernesto. –Alzó el
brazo y lo saludó a lo lejos. Ernesto respondió el saludo. Me regresé con
Ernesto que ya estaba con los muchachos, llegaron 4.
–Y pensar que todos ellos ya te cogieron.
–Guevón, eso fue trabajo.
–Ay que lindo, o sea que si te dice uno
de ellos pa tirar hoy le dices que no, que no te llevas trabajo a casa.
–Ve a tirar y déjame en paz.
Uno de los carajos me sacó a bailar y nos
pusimos a hablar en la pista.
–Desde que te vi en el estudio me
gustaste y tengo unas ganas de cogerte que no sabes.
–Bueno, pero eso es falta de confianza.
–Modo puta activándose en 3, 2, 1… Nos caímos a besos durísimo en la pista.
Cuando me separé vi a Tomás besándose con otro carajo.
–Quiero que me mames el guevo. –Me dijo
–¿Dónde, en el baño?
–Si. –Nos fuimos al baño, todavía no
había gente y nos metimos en un cubículo. Un guebo circunciso y pálido, con una
cabeza rosada casi roja. Grueso y lampiño. Aquello olía a perfume, a limpio,
daba gusto mamarlo. Recorrí con mi lengua todo el tallo, él sujetaba mi cabeza
para que no saliera de esa zona. Luego me lo tragaba completo, dejándolo húmedo
hasta las bolas.
–¿Quieres que acabe o seguimos?
–Seguimos en mi carro. –Le dije
Nos quitamos toda la ropa y comenzamos a
besarnos, el calor se incrementaba y con el, las ganas. Le di un condón y no
hizo falta lubricación, el sudor hizo el resto. Acostado boca arriba en el
asiento trasero, comenzó a penetrarme. Su guebo se deslizó como cuchillo en
mantequilla. Nuestros cuerpos sudados brillando con la poca luz que entraba al
carro y él, Rodolfo, me sujetaba las piernas mientras sacaba y metía su guebo, me
soltó las piernas y tomó mi verga y comenzó a masturbarme mientras seguía
embistiéndome. Llevó mis piernas hacia mi cabeza y se montó sobre mí.
–¡Me tienes a punto cabrón, que rico culo
tienes!
–Avísame cuando te vengas para acabar
juntos.
Rodolfo se estaba agitando y apretaba los
ojos cuando los cerraba. –Voy, voy, voy AAAAAH AHHHH AHHHHA AHHHH, AAAAAAHJ
AAAAAAHJ –Aquellos gritos precedieron un fuerte estremecimiento, parecían
espasmos que se repitieron 2 veces más al momento. Yo acabé sobre mi pecho.
Nos limpiamos con unas toallitas húmedas
que tenía en el carro, nos volvimos a vestir.
–Bueno ya empavé el carro, lo estrené
contigo.
–Jajajajaja. Que divino tienes ese culo, espero
que me pongan a cogerte en la próxima película.
Salimos del carro riéndonos, estábamos
aún sudando y volvimos a entrar al local. Ernesto bailaba con uno de los
muchachos y Tomás con otro de ellos, que se fueron a un rincón donde le estaban
metiendo mano.
–El Yorman no pierde tiempo y con el que
está es un bichito, antes se estaba besando con otro.
–Y antes con otro. -Le dije.
–¿Lo conoces?
–Si, estudió conmigo la carrera, es un
buen amigo o no sé si decir era.
–¿Estás celoso? Tienes una cara de pocos
amigos.
–No vale –mentí– es que me da rabia, él
no es así, más bien es serio.
–Se nota, se nota.
Luego de tomarme mi tercer trago, se
acerca Yorman para presentarnos a su levante.
–Le dije a Tomás si se quería venir con
nosotros y seguir la rumba en casa de
Rodolfo. -Todos estuvieron de acuerdo, yo no abrí la boca, Ernesto menos y me
miró poniendo cara de resignación.
Yorman se fue en mi carro con Tomás –y
pensar que donde se están besando ellos ahora, me cogieron a mi hace un rato-No
paraban de besarse pero unos besos que parecían hambrientos.
–Tomás está un poco borracho y
desinhibido, ¿no?-Me dijo en voz baja Ernesto.
–Si…está viviendo literalmente la vida
loca y me preocupa.
Llegamos a casa de Rodolfo, primero
llegamos nosotros, cuando nos bajábamos del carro, llegaban ellos que se
trajeron a otro tipo, era con quien Tomás se dio los besos cuando yo bailaba.
Subimos al apartamento y Rodolfo se puso
a preparar unos tragos. Tomás se fue al balcón a tomar aire y tras él el tipo.
Unos segundos después se estaban besando.
–Mira Yorman te están soplando el
bisteck.
Ernesto me miró, yo estaba con la mirada
clavada en Tomás.
–¿A ti te gusta Tomás? Tienes una cara de
arrechera, que le partirías la cara al tipito ese.
–No me gusta Tomás coño, tú sabes que Tomás
no se comporta así, él no bebe, no sale a bares y no está de puta por ahí y
míralo.
–Deja los ceeeeelos. –Me dijo Rodolfo
mientras me entregaba un mojito y me daba un beso en la boca.
Mientras estábamos en la sala riendo y
hablando, en el balcón seguía la parejita, sólo se veía las siluetas negras. De
pronto Tomás se agacha en cuclillas y se pone a mamarle guebo.
–Maaaaarico, mira eso, el muchacho no se
corta.–Dijo Rodolfo que se reía de la gracia, pero a mi me voló los tapones y
me levanté para ir al balcón.
–¿Ustedes no respetan? Están en una casa
ajena, ¿se pueden comportar?
–Mira quien fue a hablar no joda que te
tiraste a unos menores de edad, al papá y a mi médico. Si ese guebón que ves
ahí se tiró a mi médico.
–¿Y tú estás enfermo?
Yo estaba con una arrechera y lancé lo
primero que se me vino a la mente.
–Tiene vih, te lo digo porsia tienes
pensado cogértelo sin condón
–¡Mamaguevo! –Me lanzó un golpe que traté
de esquivar pero igual me dio.
–HEY HEY HEY Tranquilos, tranquilos, está bien que hagan
sus cosas ahí pero no se peleen. –Dijo Rodolfo, yo entré a la sala.
–Definitivamente te gusta Tomás.
–Deja de hablar pistoladas y anda a
cogerte a uno de ellos.
–Sabes que tengo razón.
Luego de un par de horas cuando ya todos
estábamos en la sala hablando mientras escuchábamos música, nos fuimos a
acostar, ya eran casi las 6 de la mañana.
Tomás se estaba besando con Yorman y el
otro tipo, iban a dormir los 3 en la sala.
Yo dormiría con Rodolfo. Un hora después
de acostarnos me levanto y voy a la sala. Yorman se estaba cogiendo a Tomás
mientras el otro se dejaba mamar el guebo. En el silencio de las 7 de la mañana
se escuchaba el gemido de mi amigo, que cuando dejó de mamar levantó la mirada
y me vio.
–¿Qué haces ahí? ¿me estás espiando?
–Vine por agua, sigan en lo suyo. -De
regreso me agaché y le hablé al oído a Tomás. –Sigue ese camino Tomás y vas a
terminar muy mal, muy mal.
–Chamo, vete a dormir y déjanos disfrutar
de este culo ¿si? –Miré a Yorman y luego a Tomás. Me fui.
–Chamo, ¿Tomás fue tu pareja? Si es así
verga mi pana disculpa, no sabía y lo dejo así, no sigo con este pana.
–Tranquilo, disfruta de ese culo. Tomás
dejó de ser algo en mi vida.
Entré y Rodolfo me esperaba para cogerme.
Lo hizo pero yo no participé, solo fui en ese momento un saco de desahogo.
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