miércoles, 13 de mayo de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 8


Asdrúbal y Asier

Cinco de la tarde, Asdrúbal tenía el celular en la mano. Le faltaban escasos minutos para salir de la oficina y estaba pensando si llamar a Asier o no.



Estaba en su escritorio archivando unos documentos del día y enviando por correo el informe diario de las operaciones. Miraba el reloj y volvía a pensar si llamaba.

Pero si no lo veo igual me lo tropiezo un día de estos en el metro o a lo mejor ya no se monta en el metro sino que pide en la calle, pero bueno también puedes quedar con él y que te explique lo que haceestá chévere no se puede negar, ¿pero si es un estafador y lo que quiere es estorcionarme? No, no, no, que loco ya me hubiera dicho algo al mediodía. ¿Y si le digo para vernos? ¿dónde? Tiene que ser un lugar con gente que no le de chance de nada, que coño estoy pensando, yo como que me voy a mi casa, total, no lo conozco



Ya tenía todo listo para irse, tomó su vianda de la comida, su morral y apagó la computadora. Tomó el ascensor y volvió a sacar el celular, cuando llegó a planta baja sonó. Era su mamá preguntándole si ya venía a casa, le respondió que no que aún se quedaría en la oficina un rato más ordenando unos documentos. Colgó.



Buscó en los contactos y marcó el número de Asier.

–<<Aló>>

–<<Hola, soy yo Asdrúbal el del mediodía, me diste tú número>>

–<<¿Cómo estás? Estoy en el café diagonal a tu torre, te espero>>

–<<Te estaba llamando era para decirte que no puedo verte hoy ando full en la oficina>>

–<<Aunque te sueno loco lo que te voy a decir, no me gusta la mentira, estas con el morral y tu vianda parado en la acera de la torre. No seas tonto es un rato nada más lo que quiero es conversar contigo>>

–<<okvoy para allá>>Asdrúbal se puso rojo de la pena, se guardó el celular y cruzó la calle.



Asier Sucre, un joven de 27 años, empresario, trabaja en el negocio familiar desde que estaba adolescente. Su familia es dueña de una empresa centenaria de productos alimenticios; Cremas de arroz, Maizina, bebidas lácteas, chicha, bebidas achocolatadas, yogures, etc. Soltero, gay, vive solo en un pent house en el este de la ciudad, tiene dos hermanos.



Asdrúbal llegó al café, vio a Asier y le dio un brinco el corazón. Se dieron la mano y se sentó. Asier se levantó y fue a buscarle un café.



–Aquí está tu café, disfrútalo, te compré un dulce, no te pregunté que te gusta pero bueno pruébalo. Me imagino que debes estar preguntándote de todo; cómo este carajo, tiene esta pinta y pide plata en el metro todo sucio y enfermo, debe ser un ladrón, estafador  bla, bla, bla

–Buenoimaginas bien, no entiendo nada, pero igual no sé que hago aquí.

–Estás aquí porque te pica la curiodidad y porque te gusto, porque cada vez que nos vemos en el metro te quedas mirándome aunque este sucio y oliendo mal me observas. Quieres saber de mi y te voy a contar.



La empresa de la familia Sucre, Agustín Sucre & C. se fundó hace 100 años, una empresa pequeña que con el tiempo fue creciendo, las riendas de la compañía recayeron en las manos del papá de Asier, el señor Agustín. Cuando la empresa cumplió 80 años no estaba en su mejor momento, la crisis financiera y algunos proyectos que no dieron resultados puso a Agustín Sucre & C. a punto de la quiebra.

A pesar que ellos tenían dinero para vivir, la empresa no y necesitaban inyectar mucho dinero. Los bancos no estaban dando créditos y la imagen de la empresa estaba de capa caída. El padre de Asier no quería vender el legado de su abuelo.



La madre de Asier se le ocurrió una descabellada y estúpida idea, que su esposo aprobó de inmediato: Poner a la familia a pedir dinero en la calle. Serían los cinco miembros de la familia que saldrían a la calle a buscar dinero, sea como sea. Y así hicieron, pedían plata en las esquinas, en los autobuses, en el metro, en los parques, vendían cualquier cosa, se robaban las propinas en las areperas y restaurantes, robaban productos en los supermercados y farmacias y las vendían, todo, todo para reunir dinero.



Las ganancias de los primeros meses fueron para cubrir gastos personales y del hogar pero poco a poco y gracias a la bondad de la gente cada semana tenían más dinero y así por 20 años, volvieron a reflotar la empresa y aún siguen pidiendo dinero en la calle.



–¿Y tú piensas que yo te voy a creer esa historia?

–Sí, de hecho te la creíste –Era cierto, Asdrúbal estaba fascinado con la historia, quería saber más–.

–Pero¿no te parece un poco deshonesto haber hecho eso? Quitarle el dinero a la gente para beneficio de una familia y una empresa. No es muy honrado eso.

–No, no es muy honrado pero tampoco asaltamos a nadie ni robamos a punta de pistola. No me estoy justificando, pero crecí viviendo de esa manera, yo tenía 6 años, pero con eso pagaron mis estudios y fui a la universidad por un año, luego me retiré para trabajar a tiempo completo en la empresa.

–¿Pero cómo conseguían tanto dinero? Eran apenas cinco personas.

–Trabajabamos 12 horas, a veces hasta 18 horas seguidas, durmiendo a ratos, fueron tiempos duros pero luego nos acstumbramos y nos turnábamos.

–¿Y cuánto recolectaban diario?

–No sé, pero lo suficiente para pagar deudas pequeñas, poco a poco ibamos ahorrando para solventar problemas financieros de la empresa.

–¿Y ahora? Para que sigues pidiendo plata?

–Me gusta, me divierto y seguimos sacando bastante dinero.

–No puedo creer lo caradura que eres, es increíble ¿y tú piensas que voy a seguir hablando contigo?  Han levantado una familia y una empresa a costillas de los demás pero de la forma más descarada

–No te quito razón

Asier le explicó que su padre creó una fundación para ayuda a la infancia y promover el deporte, como una forma de retribuir todo lo malo que pudieron haber hecho en esos 20 años y que aún hacen. Su empresa tiene convenios con empresas Caruao para juntos fomentar el deporte en los barrios.



–No me vengas con ese discurso que están ayudando a los niños para justificar lo que han hecho. Ahora ¿para qué me contaste eso? Si no nos conocemos, puedo salir ahora y contar todo esto a todo el mundo.

–Es tu palabra contra la mía. ¿Quién te va a creer? Y te lo conté porque tú también me gustas y de hace tiempo.



Asdrúbal se levantó para irse pero Asier lo detuvo, pagó los cafés y el postre y le pidió que lo acompañara al carro, hasta le ofreció la cola.

Llegaron al estacionamiento. Un carro del año, Asdrúbal lo vio y le entró una total indignación.

–¿Sabes qué? Vamos a dejarlo hasta aquí, esto me parece una locura.

Asier agarró del brazo a Asdrubal, lo acercó a él y lo besó en la boca. Unos segundos después se separan.

–¿Esto también te parece una locura?–Lo invitó a subirse al carro para darle la cola a su casa pero Asdrúbal se negó prefirió irse en el metro.

–Como quieras, espero tu llamada para almorzar juntos.

–Anda pal coño–Asdrúbal se dio media vuelta y comenzó a caminar–.

Asier se sonrió y se montó en su carro, le pasó por un lado a Asdrúbal.

–Mañana martes no puedo al mediodía, yo te paso buscando por la torre y te invito a cenar, eso sí, llámame para confirmar.–Asdrúbal no volteó, Asier aceleró y salió del estacionamiento.



–Imbécil y además sobrao con su carrote que se lo compró con los reales de nosotros porque yo también le di dinero varias veces.

2 comentarios:

  1. Sentimientos encontrados. Quién ganará? La moral, rectitud, honestidad o sólo nuestra necesidad de sentirnos amados y necesitados, sin importar lo demás.

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