lunes, 18 de abril de 2016

MALAS INFLUENCIAS 7. Papá y papá.


Yo seguía en shock y David me hablaba de unos médicos que conoce que practican abortos pero costaba mucho dinero y me preguntó si podía ayudarlo con la mitad del costo. Yo me levanté del sofá y me puse a caminar. Estuve así varios segundos.


–Necesito que me des una respuesta François, no puedo esperar mucho tiempo, estoy en el límite para un aborto seguro. –Me volteé  y lo miré a los ojos mientras me volvía a sentar.

–Es tu cuerpo, son tus ganas de ser hombre, es tu vida, pero quiero pedirte que no lo hagas, no abortes.

–François ¿Tú me estás viendo? Soy un hombre, estoy embarazado, seré un fenómeno de circo, ¿Qué va a decir la gente? ¿Qué le voy a decir a ese bebe cuando sea grande?

–¿Te importa lo que la gente diga? Lo de decirle al niño o niña, deja la angustia, todavía no ha nacido.

–Es muy duro.

–Si, es muy duro, pero es mi hijo también y yo no quiero ser el culpable de interrumpir una vida.

–Yo no quiero asumir una paternidad.

–Hubieras pensado mejor las cosas cuando dejaste que te cogiera. Somos responsables ambos por no cuidarnos. -Lo agarré por los hombros, lo vi fijamente a los ojos y le volví a decir. –No lo hagas David, por favor, ten a ese niño, yo te voy a ayudar, yo voy a correr con los gastos pero no interrumpas el embarazo.

–¿Puedo pensarlo?

–Te doy 48 horas.

–La decisión que tome quiero que la respetes.

–Hay una sola respuesta que quiero escuchar David, ¡marico coño voy a ser padre!



David se abrazó a mi y se puso a llorar. ­–Yo no quería esto François, no lo tenía planteado siquiera. -Se separó de mi. –Me voy, te llamo.



David se fue, yo tenía una migraña que me estaba matando y lo único que pensé fue en beber y abrí una botella de whisky. Busqué un vaso corto con hielo y lo llené hasta arriba, me tiré en el sofá y comencé a beber y beber y beber.



Me había bebido casi toda la botella y llegaba Guillermo del trabajo.



–Hola muñeco, ¿cómo estás? En la oficina preguntaron que te había pasado que no fuiste hoy.

–Me salió un tire con un policía que no iba a desaprovechar, me cogió UUUUUf que cogida me echó y en la tarde vino un pana que es transexual, era mujer pero ahora es un tipo y todavía tiene cuca MARICO TIENE CUCAAAAA, ME LA COGÍ POR LA CUCA.

–Uy, yo me cogía a mi esposa, que Dios la tenga en la gloria, pero con asquito. ¿Tú estás tomado?

–ESTOY BORRACHO MARICO, BORRACHO PAL COÑO Y TE QUIERO COGER. –No había terminado de decir eso y Guillermo ya estaba desnudo y sacándome el guebo por entre el pantalón y se puso a mamar.

–Guillermo, epa mírame a los ojos mamaguebo cuando te hable. –Tenía el guebo metido en su boca y me veía. –Voy a ser papá. -Se lo sacó de la boca.

–¿CÓMO? ¿A que tipa te cogiste?.

–¿Tú no me paraste bola cuando te hablé ahorita?. Me cogí a mi amigo que tiene cuca, la preñé no jodaaa. El pana está hormonado y con tratamiento y era imposible quedarse embarazado y PUM lo preñé, es que mis espermatozoides son arrechos, me cojo un muñeco inflable y lo preño.



Guillermo se levantó del suelo. –Ya va, ¿ya te habías cogido al carajo antes?

–De bolas guebón, no lo voy a dejar embarazado hoy, pareces pendejo, sigue mamando anda.



Agarré un condón que tenía en la mesa de al lado del sofá que lo usaría con David y volteé a Guillermo y empecé a cogérmelo. Mi cuerpo y mi verga estaban cogiéndose a mi roommate pero mi mente estaba volando imaginándome con una niña, agarrados de la mano, llevándola al colegio. Agachándome para darle un beso y despedirme de ella, cuidándola de la fiebre.



–Muñeco, se te bajó el guebo, se salió. –Guillermo me sacó del trance, lo vi y me separé, cuando él se levantó, me miró. –¿Estás bien?. –Me le fui encima a abrazarlo y me puse a llorar.

­Voy a ser papá marico y con un transexual, verga como si ya no me hubiesen pasado vainas locas, ahora esto.

–¿Pero la caraja lo va a tener? Perdón, el carajo.

–Quiere abortar pero yo no quiero, yo quiero a ese bebé.

–Ay Dios mío François me vas a hacer llorar  ahora tú, ¡que bello eres!. –Me abrazó.



Yo me solté diciéndole que quería estar solo y me fui a mi cuarto para ducharme y seguir bebiendo. Cuando me quité la ropa en el cuarto entró Guillermo para decirme que si necesitaba hablar que lo llamara  a la hora que fuera, algo que le agradecí.



Salí de la ducha, me sequé y así desnudo bajé a la cocina para buscar hielo. Me serví otro trago y agarré la laptop y mi celular.



–<Hola, ¿puedes conectarte a Skype? Necesito contarte algo>

–<Hola, ahora no puedo, dame un par de horas y me conecto. ¿Qué pasó?>

­–<Por teléfono no quiero contarte>

–<¿Es algo malo?

–<No es malo, tampoco puedo decir que es bueno, no sé>

–<Coño dime que es>

–<Voy a ser papá> -No recibí más mensajes de Jack hasta que 20 minutos después me escribió.

–<Baja, vamos a dar una vuelta>

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