martes, 5 de abril de 2016

MALAS INFLUENCIAS. Después de la resaca, una agradable sorpresa.

No pude dormir así que las 8 de la mañana levanté a Ernesto a ver si se quería venir conmigo y me dijo que sí, tardamos 20 minutos en conseguir las llaves de la casa de Rodolfo. Mientras las buscaba veía en la sala a Tomás desnudo con los otros 2 en las mismas condiciones. Estaban borrachos y dormidos.


­–Me siento terrible y eso que no bebí mucho, creo que fueron los mojitos que me reventaron la pea.

–Yo si bebí y me duele la cabeza.

–Vente a mi casa, nos duchamos tomamos algo para el malestar y nos acostamos de nuevo.

–Si va, necesito un baño caliente. ¿Tú anoche tiraste?.

–Si, con Rodolfo.

–Bueno el con quién no me cabe duda jajaja.

–¿Y tú?.

–Con Antonio, pero sólo se lo mamé, pero no le hizo mucha gracia la mamada, será que soy un novato todavía.

–Si, eres buen pasivo, ya lo vimos en tus escenas, pero de lo otro tienes que practicar más jejejeje.

–Por eso es que era mala cama según las mujeres, tengo que ponerme las pilas en el mundo gay.

 Nos montamos en el carro y fuimos rumbo a mi casa, en el trayecto se me cerraban los ojos, a pesar que Ernesto no paraba de hablar me estaba durmiendo.

Cerré los ojos por milésimas de segundos y escucho un grito –¡MARICO FRENA! -Frené pero le di un golpe al carro de adelante. –MIERDA, LO QUE FALTABA.



Me bajé del carro y del otro se baja una mujer, histérica.

–¿PERO TÚ NO SABES CUÁL ES EL FRENO?, ANIMAL, MIRA LO QUE HICISTE.

–Disculpa mi amor, me distraje unos segundos, pero tampoco fue tanto, además eso lo paga el seguro

–Claro, como tú si tienes seguro no te importa pero yo no tengo.

En eso se baja el copiloto, le veo la espalda y parece un campo de fútbol y unos brazos como mandarrias, me asusté. Es el novio y me va dar una coñaza. Una franela 2 tallas menos, pegada al cuerpo marcando los abdominales y los pectorales, cargaba unos lentes de sol.

Se voltea y se quita los lentes. Cejas delineadas abrió la boca y se me pasó el susto.



–Ay marica, pero te abollaron el parachoque y está rayado, que horror. –Se puso los lentes en la cabeza. Una loca de marca mayor, la mujer parecía el macho.

–Y ENCIMA ESTAS AMANECIDO, HUELES A ALCOHOL QUE ASCO. –Llegó la policía justo cuando decía eso. Un policía de Chacao, nada menos.

–Llegó el poli. Oficial este señor nos chocó y al parecer está bebido. –Dijo la loca que abrió las plumas de pavo real para llamar la atención del policía, que por cierto no sé de donde lo sacaron pero estaba buenísimo.

Una nalgas redondas, duras y paradas metidas en un pantalón desafiando la tensión, que hacía que se le marcara el paquete.

Nos pidió los documentos del carro y la cédula a los 4. Luego de verificar las cédulas procedió a medir. Cuando ese hombre se agachó y aquella tela del pantalón se estiró por la parte de atrás, me puse nervioso.



–Marica pero este poli esta buenísimo, ponte perra a ver si arreglamos esto, o me pongo yo.

–Deja la estupidez, ese tipo no es marico.



El policía habló con las dos mujeres aparte y luego se acercó a mi con el alcoholímetro.

–TE VA A CAER UNA MULTA BELLA MI AMOR PARA QUE SIGAS MANEJANDO COMO UN TROGLODITA. -Me gritó la loca.



–Ciudadano, la joven dice que usted y su compañero han bebido alcohol, necesito hacerles las pruebas.

–No hay problema. ¿Qué le dijo el muchacho? Que estaba moviendo las manos y me veía?

–Exagerando el choque, pero me tenía atormentado, no puedo con su voz y sus gestos. –Bajó su mano y se acomodó el paquete y me miró.

–No todos somos como él.

–Que bueno escuchar eso. -Dejó de escribir, levantó la mirada, me vio y se sonrió.

–Soplen ambos aquí, primero tú.

Chequeó el test de ambos. –Efectivamente están por encima de lo normal, no es grave pero voy a tener que sancionarlos. Con 10 Unidades Tributarias.

–¿10? Pero eso es un realero

–Voy a decirles a ellos que se vayan y termino de hablar con ustedes.

–Por fa pídele sus datos completos para que mi seguro le pague.



El policía anotó los datos para dármelos y regresó.

–El seguro no te va a pagar por estar por arriba del 0.5 de alcohol.

–Coño no me eches esa vaina vale, además fue una tontería. -Ernesto estaba con una sonrisa viendo la escenita de flirteo.



El policía se me quedó viendo, volvió a tocarse allá abajo. Rompió la boleta y en otro papel se puso a escribir.



–Eres muy guapo y lo sabes, aquí tienes mi número, cuando tengas un chance, me llamas y cuadramos para que me pagues el favor. Libro lunes y martes.

–Gracias, tenlo por seguro que te llamaré, Agustín.

–François el día que nos veamos ve preparado porque a mi me gusta hacer de todo. Y si tu amigo quiere unirse, pues también le doy.

–Yo prefiero que la primera vez seamos tú y yo.

–Así será entonces.

Agustín se montó en la moto y arrancó. Cuando me iba a montar en el carro una moto enorme se detiene a mi lado a escasos centímetros, se baja el hombre y se quita el casco. Era Jack.



Me empujó hacia el carro, Ernesto iba a dar la vuelta para enfrentarlo pero Jack le sacó un arma.

–Entra al carro Ernesto y no hagas ninguna tontería. –Le dijo Jack.

Me agarró por el cuello apretándome fuerte.



–Cada vez que te veo sacándole fiesta a un tipo me dan ganas de caerte a coñazos hasta matarte. -apretó más, sus ojos se clavaron en los míos y me soltó el cuello. –Pero no lo hago porque…–No terminó la frase y me clavó un beso en la boca. Me soltó. –Porque me amas, dilo. –Arrancó y se fue.

Me metí en el carro, el cuerpo me temblaba y apoyé la cabeza en el volante.

–¿Estás bien? ¿Quién es ese tipo? ¿Por qué me conoce?

–Es Jack, por alguna razón me protege, apareció de la nada luego del peo de la boda, yo te conté.

–Si, si es verdad. ¿Pero que te hizo ahora?

–Me besó.

–Marico te orinaste encima. –Hasta que me lo dijo no me había fijado lo que había pasado. Jack tiene la facilidad de descontrolarme cuando lo tengo cerca.



Llegamos a casa, nos duchamos, comimos algo y nos acostamos en mi cama, antes de dormir le escribí al policía, me dormí esperando su mensaje.

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