–Me estaba orinando profesora– le dijo con voz temblorosa. –¿Qué estaría haciendo este negro marginal y
encima maricón en el baño de las niñas? No sé como el dueño permite que ingrese
gentuza a este colegio, a esta escoria deberían sacarla de aquí no es como uno.–¿Y
que hacías en el baño de damas?– le gritó la Directora mientras entraba al
baño.
Tomó del brazo a Trinidad como quien agarra algo que está
sucio o con mal olor, para que lo acompañara, revisó los 3 cubículos hasta que
vió a la muchacha en el piso. –Esto me lo vas a explicar en la dirección
jovencito–. Llamaron a una ambulancia y a los padres de la muchacha y de
Trinidad.
***
Tabay se antojó de supervisar hoy su empresa de empaques. Al
llegar se encuentra que hay una huelga de obreros. Tres días parados.
Detuvieron las máquinas hoy.
–¿PERO ESTA GENTE QUE SE CREE?, YO SOY TABAY UZCÁTEGUI A MI
NADIE ME DETIENE EL TRABAJO CARAJO– le gritaba al director general de la
empresa. –Tabay, esta gente reclama por el contrato colectivo y por el aumento
de sueldos que se le prometió hace 6 meses–Le dijo.
–A mi me sabe a mierda su contrato colectivo, aquí se viene
a trabajar porque si no se produce no se le paga a estos marginales, que
enciendan las máquinas o los boto a todos y contrato gente capaz–.
Bajó al galpón para hablar con los obreros. –¿Quién es el
cabecilla de esta revuelta?, que de la cara y me explique por qué coño detuvieron la fábrica– Las 120
obreros y obreras que trabajan en la fábrica lo miraban con rabia y sin ánimos
de ceder hasta que cumplieran sus reclamos.
Del fondo de la multitud, pidiendo paso para acercarse donde
estaba Tabay, aparece una señora de unos 35 años, de mediana estatura, cabello
castaño, largo hasta los hombros y ojos verdes, muy bella.–Yo soy la cabecilla
señor Uzcátegui, me llamo Guanta Chacón,
yo los organicé junto con el sindicato para parar la fábrica, exigimos nuestros
derechos, lo que por ley nos corresponde y esta empresa no lo está cumpliendo–
hablaba pausadamente pero firme.
–Coño, que buena está
esta tipa, ¿desde cuándo trabajará aquí que no la había visto?–pensaba
Tabay. –Ok, ¿usted qué hace en la empresa, desde cuando trabaja aquí?– habló
con indiferencia. –Trabajo en el área de armado y pegamento, llevo 15 años en
la empresa y durante 13 años no habíamos tenido ningún tipo de problema en
cuanto a beneficios para los empleados y obreros. Estos últimos 2 años han
empezado los problemas y fallas a todo nivel–. Seguía hablando pausado y firme.
Muy bien, como comprenderán soy una persona muy ocupada y no
sólo tengo esta empresa, normalmente de estos asuntos domésticos se encargan
los Gerentes de esta empresa y Recursos Humanos pero ya que estoy aquí voy a
sentarme a conversar largo y tendido con usted y sólo con usted, la vocera.
Luego el sindicato se reunirá con Recursos
Humanos, pero de momento quiero reunirme con usted para saber que pasa. –A esta me la cojo, porque sí, que buena
está la perra–.
Tabay estaba en su amplia oficina, llena de lujo por donde
se viera. Esperaba a Guanta, que en ese momento tocaba la puerta. –Adelante,
por favor cierra la puerta y siéntate en el sofá– Le dijo con una amplia
sonrisa y de manera cariñosa.
–Señor Uzcátegui, nosotros sólo pedimos que cumplan con lo
que nos prom…–Un momento, un momento Guanta-la interrumpió colocándole una mano
en su hombro.–No me vengas con quejas preciosa, tú levanta la huelga, seguimos
trabajando y aquí no ha pasado nada–. –Eso no lo puedo hacer, ellos están
dispuestos a todo, hasta ir a Tribunales, Ministerio del Trabajo, lo que sea–.
–Vamos a aclararte las cosas preciosa, eres muy guapa para
ser revoltosa, mi primo es el Ministro de Trabajo ok, si tú no me levantas esta
huelga mañana están botados de esta empresa, la cierro y me encargo de que
ninguno consiga trabajo en este país, ¿te quedó claro? Aquí el del dinero soy
yo y yo decido.
Guanta comenzó a ponerse nerviosa. –Señor Uzcategui, usted
no puede hacer eso, son 120 personas que quedan sin empleo y tienen familia. Y
hasta yo, soy madre soltera, tengo 5 hijos, no tengo a nadie quien me ayude y me
apoye, por favor, yo sé que podemos llegar a un acuerdo favorable para ambas
partes–.
–¿Y por qué crees tú que a mi me puede interesar tus problemas?–
Se levantó del sofá–Yo no tengo la culpa que le abras las piernas a todos los
machos que metes en tu cama y te monten una barriga– Guanta se levantó y le
cruzó la cara con una fuerte cachetada –Usted no me va a venir a ofender por
muy dueño de esta empresa–Tú te vas de esta vaina y no vas a recibir ni un
centavo, tu liquidación de 15 años no la vas a ver–Tabay lo dijo con el odio en
su mirada.
Guanta rompió a llorar y se arrodilló.– Por favor señor
Tabay no lo haga, tengo 5 hijos que mantener, mi mamá está enferma y no tengo a
más nadie, si me botan no sé dónde voy a trabajar–Su humillación rozaba lo
insospechado cuando arrodillada bajo la cabeza hasta el piso rogando que no
cerrara la empresa. Seguía llorando.
Tabay se bajó la bragueta y sacó su pene que ya estaba
erecto. –Hay una manera de que yo no cierre esta empresa y le de lo que pide la
cuerda de marginales que tienes de compañeros–Guanta levantó la mirada y se
encontró con el pene de su jefe casi en su cara, cuando intentó levantarse Tabay
la detuvo. –Eh eh eh, quieta ahí preciosa, hazme feliz y mámate esta verga y
con eso bastará para que yo les de todo lo que piden y más.
Guanta tenía los ojos abiertos más de lo normal y era el
momento de decidir. Si quedarse sin empleo y sin dinero pero digna y orgullosa
de no caer en propuestas indecorosas o agachar la cabeza y ahogar el orgullo en
el fondo de su alma.
–Tus cinco hijos son de 4 hombres distintos preciosa, que
más te dá otro guebo en tu lista. Mámalo y vas a tener lo que quieras–.
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