Domingo, 5:00 am. Día histórico, elecciones presidenciales y
yo de protagonista como miembro de mesa en mi centro de votación. Me asignaron
la zona de mojar el meñique a la gente.
Acomodando mesas y pupitres para la jornada, uno de los miembros
me miraba, por su actitud sabía que era afecto al gobierno, es un centro netamente
oficialista en el oeste de la ciudad. Sólo dos de oposición, situación
incómoda.
“Esta noche le vamos a dar tremenda cogida” me dijo al oído
el que me miraba. La jornada comenzó tranquila, el grupo, parcializado con el
gobierno, nos ponía en tensión. Hacían chistes del candidato opositor, nosotros
callados y mientras él se reía me miraba poniendo su mano en la entrepierna y
apretando su paquete con un gesto de “los vamos a joder”.
Todo transcurrió en sana paz. Llegó la noche, cerrado el
centro y comenzó la auditoría. Se conectó la máquina para la transmisión, el
chamo que me miraba no estaba por ahí. Había un cuartico dentro del salón y
entré. Ahí estaba, solo, tocándose, como si supiera que yo iba a llegar. “Te
tardaste en encontrarme papá” me dijo.
“¿Qué haces aquí? Le dije. “Vengo hacerte una auditoria en
privado, a ver que tan escuálido eres”, me abrazó y me tapó la boca. “Quédate quietico
y no hagas ruido” “Te voy a coger, bájate el pantalón”. Me lo desabroché y él
terminó de bajármelo, me volteó y se acercó a mi oído “Te va a doler
mariconsito”, sentí como su pene se abría paso entre mis nalgas y sin preámbulo
lo empujó, solté un grito, me tapó la boca y me apretó el cuello “Vuelves a
gritar y te golpeo”. Deslizó todo su pene dentro de mi, me relajé.
Aún en esa situación estaba disfrutando del sexo, el sudor corría
por mi pecho. Comenzó a empujar más duro, lo sacaba y lo volvía a meter, “Como
te gusta que te cojan escualidito, estas flojita” Sin verlo, sabía que lo tenía
era largo y grueso. Apretó su mano alrededor de mi cuello, yo estaba
petrificado del susto.
Todo en silencio, sólo se oía el golpeteo de su
pelvis con mis nalgas. Retiró su pene, me voltea, “agáchate”, comenzó masturbarse
y se descargó en mi cara dejándome ciego. Introdujo su pene en mi boca mientras
aún derramaba líquido. En ese momento entran al cuarto los cinco miembros y ven la
escena. Él se aparta de mí. ¿Qué significa esto?. Los militares nos sacan del
colegio y la policía nos lleva a fiscalía. “Donde vayamos terminas lo que
dejaste a la mitad” me dijo él.
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