miércoles, 12 de junio de 2013

PECADO CAPITAL 2 Avaricia. Final de Temporada

-->
Tabay se levanta del suelo, coge el teléfono. –“Potro llévate a Catia a su casa y asegúrate que llegue sana y salva”–. –¿Y tú me vas a dejar así sin decire nada? Te consigo desnudo y me mandas a mi casa–. –Mi hembra así son los negocios, se cierran con sexo, con dinero, conversando…hoy fue con sexo, mantente al margen, y ate lo dije una vez–.

Tomó a Catia por la nuca, le plantó un beso y mientras la besaba comenzó a mastubarse hasta acabarle encima de su falda del uniforme escolar. –Ahora baja que te espera Potro–.



***

Montados en la camioneta blindada, Catia estaba de copiloto mientras Potro conducía. –Catia–sorprendentemente Potro habló, era la primera vez que Catia lo escuchaba hablar y quedó impactada. –Ten cuidado con Tabay, eres una niña, él es un veterano y un perro. Yo te voy a cuidar pero no estaré contigo siempre–. Catia no salía de su asombro –Potro…pensaba que tu eras mudo…¿Por qué me dices eso? Tabay no me ha hecho nada malo, me trata ien y me complace en todo, lo único es que es el novio de mi mamá–.

–Eso es lo que tú crees niña, él no quiere a nadie y cuando se canse de ti te va a despachar y seré yo quien te saque de este mundo. Anda sube a casa, te espero hasta ver que tea somas al balcón. Anota este número, solo llámama si estas en un verdadero problema–Gracias Potro– En un gesto de complicidad Catia le dio un beso en la mejilla. Potro sonrió tímidamente.

Ya en la tarde Tabay seguía en su despacho de la fábrica de empaques firmando documentos y respondiendo correos. –Regina, lama a la obrera Guanta y que venga a mi oficina, pero ya–.
Tocaron a la puerta, Tabay le dió al botón para que se abriera. –Pasa y cierra la puerta–. Se levantó de su acogedora silla y se acercó a Guanta.
La tomó de la cintura y la trajo hacia él. –Ahora vas a terminar lo que dejaste a la mitad esa mañana–. La llevo hacia una columna y la empujó. Ambos, juntos sin poder gran maniobra le bajó los pantalones a ella y el sacó su pene por entre la bragueta. –Calma deja el desespero, vamos a disfrutar esto ambos– dijo ella mientras tomaba el pene y se lo introducía.

Ella soltó un gemido de placer –mintió– él la embestía empujándola hacia la columna con fuerza. Su vagina apretaba el pene sin darle chance de moverse. Tabay estaba que explotaba de la excitación y tenía los músculos tensos, las venas del cuello se le marcaban hasta que no aguantó más y se corrió dentro de ella. Guanta lo agarro por la cabeza y lo besó. –Ya eres mío y va a ser así siempre–.

Lo soltó, se acomodó el pantalón. Tabay se encontraba nervioso y temblando de la excitación que le produjo el sexo salvaje y rápido. Se le volvió a acercar y la besó. –Maldito asqueroso, vas a pagar por todo lo que has hecho–. –No sé que coño me hiciste pero apenas te conozco y desde que te vi me tienes mal– Se quedó unos segundos callado y volvió a besarla, su pene ya volvía a levantarse.

–Tu vas a salir de las máquinas de allá abajo, vas a ser mi mano derecha, mi adjunta, mi mujer.– –¿Y el señor Cristobal?, lleva años con usted aquí–No me trates de usted que ya fuiste mía. Aese pendejo lo boto y ya, está pa jubilarse. Una cajita feliz y que se vaya a casa.

Así me gusta…no pensé que fuera tán rápido tu caída Tabay…tengo que ir con pie de plomo pero esto pinta bien. Pensaba Guanta mientras seguía besando a Tabay. Te voy a quitar esta empresa y otras cosas más, no vas a tener vida mientras me tengas a mi lado. Vas a pagar por lo que les has hecho a mis compañeros y al legado de tus padres. Te vas a arrepentir de haberme humillado…

–Ahora me tengo que ir, no sé como les voy a decir a ellos que ya no estaré en su lucha, pero bueno, así es la vida, soy ambiciosa y necesito crecer, tengo familia y ahora un novio jajajajaja–Tú eres solo mía, solo mía, de más nadie, conmigo vas a tener lo que quieras– A Tabay le producía mucho morbo y excitación la actitud sobrada y altiva de Guanta. Esta se agachó frente a él, le bajó la bragueta y sacó el pene que estaba lubricando más de lo normal. Apenas lo introdjo para mamarlo una vez más, se vino y salpicó la cara de Guanta con aquel semen viscoso y blanco. –Se lavantó y se limpió con la camisa de Tabay. –No me gustan los hombres que acaban rápido, creo que tienes que trabajar en eso–. Se fue hacia la puerta y salió del despacho.


Tabay quedó con su pene afuera ya flácido y goteando líquido seminal… Tabay sabía que había caído bajo y eso era peligroso para todos sus negocios, pero en ese momento no le importaba. Guanta iba a ser el peor dolor de cabeza de su vida. Más que pasar un cargamento de droga por el control más estricto de algún país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario