miércoles, 26 de junio de 2013

PECADO CAPITAL 3. Ira

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Guanta estaba en su casa atendiendo a sus hijos, se sentía miserable planificando su venganza pero no podia echar hacia atrás, la rabia eras más fuerte que todo.

 –Vas a pagar caro, muy caro todo lo que estás haciendo–. Entró al facebook y consiguió la cuenta de Tabay, –Mmmm interesante…tiene una relación con África…Hola África quiero ser tu amiga–.



***

Trinidad, en un descuido entró a la celda la máxima donde se encontraba “La Jefa” dando algunas órdenes, tenía puesta la mancuerna en la mano; le había dado un par de golpes a un niño de 12 años que no quería hacer caso y ahora era la diversión de 20 presos.

–Caramba Trinidad, bienvenido, parece que tienes ganas de experimentar–. Le dió un golpe en la cara que lo lanzó al piso. –Cometiste un error entrando aquí mariquita– lo tenía agarrando del cuello mientras lo veía fijamente a los ojos. Lo arrastró por los pelos frente a otro grupo de jóvenes, el más jóven tenía 15 años.

–Muchachos, aquí tienen a esta negrita para que la disfruten–Se acercó al oído y le dijo: –Luego de esto vas a entrar a mi círculo de confianza, esto va a ser tu graduación, pero te arriesgas a contraer cualquier enfermedad, todos estos carajitos tienen alguna venérea, pero no sabemos quién…y no hay condones chico, disfruta el festín–

 La Jefa salió de la celda y cerró con candado. Quíbor y Tocuyo lo desnudaron y comenzaron a golpearlo. Lo montaron en un gran meson de madera, lo colocaron boca arriba en el borde del meson, le amarraron los brazos en los extremos y las piernas alzadas hacia atrás también amarradas a unas cadenas que colgaban del techo. A lo lejos se escuchaban los quejidos del niño mientras 30 jóvenes lo violaban uno detrás de otro y de vez en cuando se escuchaban golpes.
Se acercó al mesón el primer muchacho, otro se montó y se fue directo a la cara de Trinidad para que le hiciera sexo oral, se sentó en sup echo mientras le introducía el pene en la boca.  Sin ningun gesto de sentimiento el otro muchacho penetró sin lubricación ni protección. Trinidad pegó un grito que lo cayaron con un fuerte golpe en la cara. Comenzaron a pasar uno por uno, se intercambiaban entre su ano y su boca no importaba como saliera el pene, sucio o limpio iba directo a la boca de Trinidad.
El siguiente que venía a violarlo era cada vez más salvaje que el anterior. Algunos acababan dentro de él, otros en su boca. Trinidad estaba al borde del colapso, su ano estaba dilatado al doble de tamaño, por ahí habían entrado manos y palos. Se acercaron otros muchachos más para seguir con la violación.
Trinidad comenzó a agitarse y convulsionó, algo que a los demás no los distrajo y continuaban con la aberrante escena. Cuando quedó quieto el cuerpo, lo desencadenaron y lo tiraron al piso. –Llamen al médico pa' que se lleven al muerto, sáquenlo de aquí– dijo el mayor de la máxima.
–Coño de la madre, la idea no era que muriera, ¿quién permitió eso? Ustedes estaban a cargo par de inútiles. Quíbor ve a averiguar al servicio médico– Tocuyo se quedó ahí custodiado por un para de jóvenes más. La Jefa se acercó, se colocó una mancuerna encada mano y no paró de golpear a Tocuyo hasta verle la cara destrozada y muerto. Agitado por el esfuerzo y la rabia le dijo al cuerpo inerte de Tocuyo: –Aquí decido yo quien coño muere y acabo de decidir que tú–

Quíbor entró a la celda corriendo con información. –Jefa, no está muerto, pero sí delicado, lo trasladaron a un hospital cercano–Ustedes dos, llévense a Quíbor ya saben a que sitio– Quíbor vió a su primo tendido en el piso y ensangrentado. Lo agarraron por los brazos, salieron del reclusorio y lo lanzaron por un barranco bastante profundo y fue a dar al fondo justo donde habían otros cadáveres de niños que no cumplían las órdenes de La Jefa.

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