sábado, 23 de noviembre de 2013

TRIPLE EQUIS. Un sobrecargo de droga.

Mientras esperaba a un amigo en Bellas Artes para ir a un café cercano, entré un momento al hotel que estaba frente al lugar de espera, a dar una vuelta. Caminando por los pasillos se me queda viendo un hombre alto medio calvo, de buen porte, volteo a ver si me seguía mirando  y efectivamente, se detuvo y me acerqué.
Nos saludamos, me dijo que era sobrecargo en una línea aérea comercial, peruano. Me invitó a su habitación y como mi amigo iba retrasado pues me daba chance de una escapadita.
Subimos y el cuarto estaba en desorden, la maleta abierta y los dólares encima de la ropa como si nada. Comenzamos a besarnos, nos desvestimos y empezó a meterme mano por todos lados hasta que me llevó a la cama. De la mesita de noche sacó un condón y un frasquito pequeño color ambar de esos que traen pastillas muy pequeñas, que este no era el caso.
“Quieres un poco?” –“no se qué es…” –“es Popper, esto te va a poner a mil”. Y con las mismas lo inhaló en cada una de sus fosas nasales como si fuera un descongestionante, no me volvió a ofrecer pero a los segundos estaba como endemoniado y eufórico “Ponme el condón que quiero metértelo ya”  se lo coloqué y me sentó en su guevo y empezó a moverse con fuerza, más de lo normal como si le hubiesen inyectado adrenalina: “¡Coño que buena cogida! Te gusta? ¿Ah te gusta?,  ¡me tienes excitado! ¡Wao que culo, quiero seguir! La verdad es que la tirada fue muy buena, el hombre tenía energía como para cinco rondas más. Me volteó, me puso en cuatro y siguió dándole. “¡me tienes excitado, lo tengo tieso! ¿Quieres más? ¿Te gusta?” yo a todas estas decía sí, sí sí, estaba un poco nervioso con tanta eufória del tipo pero me gustaba. “¡Voy a acabar carajo! ¡Voy a acabar!” lo repitió varias veces antes de acabar hasta que me agarró con fuerza por el cabello y supe que estaba soltando todo aquello. Me dolió el jalón.
Cuando vi aquel condón, quedé impresionado de la cantidad de semen que salió de ese guevo.
Se relajó. ¥a más calmado me dio su número de celular, su correo y quedamos en mantener el contacto para vernos a su regreso el próximo mes, mantuvimos el contacto varias semanas, luego se desapareció.
Mi amigo ya había llegado y yo con el cabello aún húmedo…

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