Una vez que tomé la ducha, salí a dar una vuelta encontrándome con un
conocido de delicioso y apretado cuerpo, sin un solo vello, de pene
grueso y grande, quien de inmediato me reconoció y saludó con un beso,
juntos nos fuimos de la mano, dándonos pequeños
besos, recorriendo el lugar. En una de las habitaciones, con la puerta
semi abierta, se encontraba recostado un hombre velludo, fornido, de
unos 35 años, deliciosa figura, semi erecto, con un pene bastante grande
y grueso, al cual ya viéndolo erecto, medía
como 21 cms y su grosor era bastante bueno.
Mi compañero empezó a
acariciar al hombre quien se terminó de excitar y nos indicó que
cerráramos la puerta. A su lado, sobre la cama, se encontraban unos
preservativos y lubricantes, lo que me indicó de inmediato
que ese hombre estaba dispuesto a la batalla. Nos empezamos a besar y
acariciar entre los tres y él se engolosinó con mi amigo, por lo que yo
me dediqué a mamarlos a ambos, de pronto, el hombre comenzó a poner a mi
amigo en cuatro y lamió furiosamente su
culo, por lo que mi amigo empezó a gemir y sollozar de placer, entonces
me coloqué un preservativo, me lubriqué y sin que nadie lo esperara,
penetré a mi amigo con suavidad pero con placer, situación que lo excitó
aún más y al hombre delicioso y velludo que
nos acompañaba. El hombre me hizo sacar la verga del culo de mi amigo,
me puso en cuatro patitas y me pidió que mamara el culo de mi amigo
mientras él se comía con su lengua mi ano, tembloroso y sediento de
placer. Así pasamos algunos minutos, mamando nuestros
anos, besándonos, chupandonos entre los tres, hasta que mi amigo se
volvió a poner en 4 y me pidió que lo penetrara.
Yo se la hundí de un
solo golpe y ante su gemir, nuestro acompañante se preparó y me penetró
suave, deliciosamente, como adivinando lo que
mi culo ardiente deseaba. Así empezó el movimiento y mi placer
absoluto, yo me movía hacia adelante y hacia atrás, dando en un culo
delicioso, apretado y tibio, oyendo los gemidos de mi amigo con cada
arremetida y al echar hacia atrás, me comía esa deliciosa
verga que me llenaba de placer.
El éxtasis estaba cerca, sudábamos,
gemíamos, mi amigo se masturbaba mientras yo lo penetraba y yo estaba a
punto de correrme de tanto placer, mi amigo gritó, gimió y empezó a
regarse lo que motivó que yo me regara copiosamente
y al sentir mi ano abriendo y cerrando, prensando ese pene que me abría
y quemaba por dentro, nuestro extraño empezó a gruñir mientras
descargaba la cantidad de leche más grande que haya sentido dentro de mi
cuerpo. Exhaustos descansamos, nos besamos y acariciamos
suavemente y nos fuimos a duchar los 3.
Relato cedido gentilmente por Armando
martes, 24 de mayo de 2016
domingo, 22 de mayo de 2016
GRAN CAPITULO FINAL. Malas Influencias.
La vida está llena de fracasos y aciertos.
2 padrinos de lujo para el bautizo de mi hija. Humberto y Abel
y como madrinas, mi mamá y Yesenia, si, ella, ha sido una bendición
encontrarla, ama a Rebeca y es incondicional.
Caín no pudo venir pero prometió estar en el cumpleaños de mi
hija. Fue un bautizo sencillo y con los más íntimos, incluido Ernesto.
Jack era el mejor segundo padre que pude encontrar para mi
hija y el mejor novio. Luego de 6 meses de terapia llegó el momento de darme de
alta, mi psiquiatra hizo un buen trabajo, fue duro pero valió la pena.
El primer año de Rebeca lo celebró rodeada de mis grandes
afectos; mi madre, Humberto y los gemelos, Ernesto y mi cura preferido Carlos,
que no bautizo a mi hija pero quiso acompañarnos. Jack había organizado todo lo
del cumpleaños. Rebeca estaba feliz y, como ya caminaba era un peligro andante
por toda la casa pero lo pasó bien con sus amiguitos del edificio que eran 4.
Jack se dedicó a hablar lejos de mi, con cada uno de los
invitados, algo se traía entre manos, con cada uno que habló les entregó un
sobre, traté de averiguar pero nadie me dijo nada, ni siquiera Abel.
Cuando me tuve que ir a Valencia por una semana para mis
asesorías, Yesenia se quedó con Rebeca pues Jack trabajaba todo el día. Regresé
el sábado temprano en la mañana, abro la puerta y me consigo unas maletas en la
entrada del apartamento. Sobre una de las maletas había un sobre que decía
“Ábrelo”. Por supuesto lo abrí.
“Hola mi amor, bienvenido a casa. Estas maletas que ves junto
a la puerta son nuestras pertenencias pues nos espera Los Roques y los
invitados. En un rato salimos para allá porque nos casamos. Te amo”
Levanto la mirada y veo a Jack con mi hija en brazos. Se me
hizo un nudo en la garganta, besé a mi hija y luego a Jack.
–¿Aceptas?
–Acepto mi amor. -Nos fuimos al aeropuerto.
Al llegar, todavía faltaba ir a un cayo, Cayo Pirata.
–Ya vamos a llegar tranquilo
Llegamos al cayo lo lejos veía un altar, mucha tela blanca
volando al viento, flores blancas y sillas. Era de suponer que todos irían de
blanco pero no, estaban en traje de baño.
Humberto, los gemelos, Ernesto, mi madre y su esposo, mis
compañeros del porno y un invitado de honor, Tomás que le concedieron un
permiso especial para estar en mi boda. Estaba con mejor semblante, aunque más
tranquilo y pausado ya se parecía al Tomás que estudió conmigo.
El cura. No podía ser otro que Carlos. Mi madre me llevó al
altar.
“Hoy, por primera vez desde que soy cura, voy a oficiar mi
primera boda gay, aunque simbólica, frente a los ojos de Dios sellaremos esta
unión de estos dos hombres que han pasado por millones de pruebas y
experiencias, buenas y malas pero hoy aquí comenzará una nueva vida para ellos,
ya viven juntos pero después de esta ceremonia estarán bendecidos por Dios.
Comencemos”.
Luego del puede besar al novio, nos pusimos el traje de
baño y todos entramos al agua hasta Rebeca. Los mesoneros hicieron el llamado a
los invitados para disfrutar de la comida que por supuesto eran frutos del mar
pero el plato principal era langosta, mucha langosta.
Jack y yo nos quedamos solos en el agua mientras la gente se
sentaba a comer.
–Hola esposo. ¿te gustó la sorpresa?
–Hola esposo. Me encantó. Gracias por toda esta belleza de
ceremonia. Nunca imaginé que estaría casándome con alguien, bueno, no me
imaginaba con novio nunca y mírame, llegaste a mi vida y me la volteaste.
–Pero para bien.
–Quería preguntarte algo amor, no sé si es el momento, pero
quiero aprovechar la tranquilidad del mar y que estamos solos. ¿No te pesa toda
esa gente que has despachado durante toda tu vida?
–Pesó, pero ya no, al comienzo vivía con pesadillas, pero cada
vez que veía el dinero que me pagaban por eso, sopesaba todo, lo bueno que
puedo sacar de eso es que era gente mala, aunque para la que trabajaba también.
Yo también fui a terapia. Pero eso forma parte de mi pasado, ahora mi presente
y futuro eres tú y Rebeca.
–Soy el hombre más feliz del mundo, tengo una familia, unos
buenos amigos y buen trabajo. Tu pasado nunca me molestó, yo tampoco soy un
santo, hice desastres, así que dejemos los prejuicios a un lado y vivamos. -Nos
besamos.
–Tenemos nuestro plato asegurado y estamos apartados de los
invitados y aquí no hay nadie, ¿quieres hacer el amor aquí como en los viejos
tiempos?
Nos quitamos el traje de baño y lo lanzamos a la orilla, me
abracé a Jack por el cuello y crucé mis piernas por su espalda, agarró su guebo
y buscó mi culo, poco a poco fue metiéndolo. Cuando ya me tenía penetrado,
llegó a la orilla uno de los mesoneros que se quedó ahí parado hasta que
volteé.
–Disculpen señores, su comida está servida.
–Te puedes retirar, mi esposo y yo estamos en un momento íntimo
si no te has dado cuenta. -Le dijo Jack, el mesonero se encogió de hombros y se
dio media vuelta.
–Gente impertinente. –Jack me dio un beso y nos hundimos en el
agua. Salimos a la superficie y me sacó del agua, aún cargado y penetrado, nos
acostamos en la arena, comenzó a moverse y acabó dentro de mi.
Nos reímos y volvimos al agua a quitarnos la arena y ponernos
los trajes de baño. –Ahora sí, a comer.
Los años pasaron, nuestro matrimonio estaba mejor que nunca,
Tomás comenzó a trabajar conmigo en las asesorías y también dando clases, su
salud había mejorado notablemente y estaba saliendo con alguien también
seropositivo. Caín se radicó en Estados Unidos en un buen trabajo, Humberto se
quedaba 6 meses con él y 6 meses con Abel, que también trabajaba pero en
Venezuela.
La gente me reconocía todavía por las dos películas que había
hecho, Ernesto llevaba 4, haría 2 más y se retiraba de la industria del porno
nacional y probar suerte en Europa, además tiene una página web donde vende
artículos sexuales y da recomendaciones de sitios, tips sexuales y demás cosas
que se le ocurriera. Mi sociedad con Juan Carlos y la revista va muy
bien, ya sacamos otra revista y estamos en las redes y tenemos ambas revistas
en digital. Manejamos personal dando empleo a varias personas.
Y así pasaron los años…
Hoy a mis 55 años puedo decir que no me arrepiento de lo que
he hecho en esta vida, disfruté, lloré, me arreché y hasta sentí miedo pero
valió la pena pues conocí al hombre más maravilloso que pude tener. Hoy no está
conmigo, hace 5 años me dejó, No se fue con otro ni estaba enfermo. Su pasado
volvió y me lo arrebató, así como vivió, murió. Lo encontraron y en una
emboscada de sus antiguos jefes, lo asesinaron. Murió a los 54 años. Las mafias
no perdonan así pasen los años.
Abel vive ahora conmigo, no somos novios pero tenemos sexo
cuando se nos antoja, compartimos paseos, películas, cenas y hasta hombres,
aunque ya no me llena como antes, desde que se fue Jack no quiero saber de
hombres.
Tomás, Juan Carlos y yo montamos desde hace unos años una
empresa que maneja todos nuestros negocios, las asesorías, las clases particulares de inglés y química, las revistas, las
redes sociales, ventas online de productos de belleza hecho por nosotros.
Caín se casó con un gringo, ahora viven en San Francisco,
tienen un bebé. De vez en cuando vienen a Caracas.
Rebeca, mi hermosa Rebeca me ayudó por años en mi empresa
desde jovencita, sin descuidar sus estudios, desde hace un año vive en Nueva
York, quiere ser diseñadora de modas y en eso se está enfocando, desde aquí la
ayudo. Yesenia vive con ella.
A Rebeca fue la que más le dolió la partida de Jack, la
conexión que tenían era muy fuerte, nunca supo el verdadero motivo de su muerte
ni que alguna vez fue sicario. Quiero que su recuerdo no lo empañe nada.
Mi madre murió hace 3 años de cáncer de hígado, fue
fulminante, no aguantó para el trasplante que se retrasó. Humberto también
murió a causa de sus problemas cardíacos.
Yo, bueno, gracias a Dios sólo me ataca la tensión de
resto estoy bien y voy al gimnasio cuando el trabajo me deja.
Una vida como una montaña rusa, sexo, el que quise, sustos que
nunca pensé tener, situaciones inverosímiles, muertes que aún arrastro y un
eterno amor que no olvidaré jamás, 17 años de pura felicidad con Jacobo pero
hasta el día que murió le dije y le sigo diciendo Jack cada vez que me acuesto
en mi cama y veo su enorme fotografía en mi cuarto.
Anoche fue muy especial, me acosté tarde resolviendo unos
asuntos de la página web, cuando cierro la laptop, el cuarto sólo se iluminaba
con la lámpara del escritorio. En el televisor se reflejaba la foto de Jack y
me le quedé viendo por un rato. Una brisa fría entró en el cuarto, giré la
cabeza a mi derecha y ahí estaban Jack, su madre, David, Humberto y mi mamá.
Sonreían. No se despedían de mi, sólo me daban las buenas noches. De mi ojo
derecho salía una lágrima que recorrió mi mejilla y se quedó en el mentón, la
limpié con el dorso de mi mano.
Sabía que esa noche no aparecerían mis pesadillas recurrentes,
las personas que amaba estaban ahí conmigo transmitiéndome sus buenas
influencias.
sábado, 21 de mayo de 2016
MALAS INFLUENCIAS. Penúltimo capítulo.
El Karma.
–Fue culpa mía lo que le pasó a papá. –Habló Caín entre
llantos con su cabeza apoyada en sus manos.
–No digas eso, estábamos borrachos, y bueno cometimos el error
de tener sexo los 4 y tu papá ya había sufrido un infarto, no te culpes.
–Caín llevó a un amigo que consume y vende droga. Nosotros nos
metimos una raya de coca y el carajo le ofreció a mi papá y como estaba con un
amigo le dijo para recordar viejos tiempos. –Comentó Abel que estaba serio.
–¿Ustedes y Humberto estaban drogados? Ya me parecía que por
más borrachos que estuvieran no podían haber tirado así sin problema, Dios.
Carajitos ¿qué coño hicieron?. “Y que hice yo, que tiré con los 3 y estoy con
Jack y prometí comportarme”. Ahí viene el doctor, que nos explique que pasó.
–Hola muchachos, su padre sufrió una hipotermia a causa de la
mezcla de droga y alcohol, cayó inconsciente y su corazón comenzó a bombear muy
despacio y debido a eso sucedió lo que ya saben.
–¿Pero va estar bien? ¿Se va a recuperar?
–Está estable pero delicado, no se va a morir, tuvo suerte que
no pasó mucho tiempo entre que lo que le pasó y la llamada al 911, unas
horas más y hubiese sido fatal. Está de más decirle que su padre no puede beber
alcohol, ni fumar y ni mucho menos consumir drogas.
Abel y Caín comenzaron a llorar. –¿Podemos verlo?
–No, Mañana, ahora está en terapia intensiva, como evolucione
hoy, mañana lo pasamos a una habitación.
Dejé a los gemelos en su casa con la promesa de buscarlos más
tarde para que vieran a Rebeca, tenía que llegar a casa para relevar a Jack que
se quedó con mi hija desde anoche y sólo he hablado con el por mensaje y
teléfono.
Me detuve en una estación de servicio para echar gasolina y
que le revisaran el aceite al carro. De repente se me pega de la ventana un
pordiosero pidiendo plata, saco unas monedas y bajo la ventana para dárselas.
–Mi pana, no tienes más fuerza, tengo hambre y necesito
piedra, anda dame 100 bolos.
–No tengo viejo.
–Te mamo el guebo, pero dame más plata porfa, te lo mamo. –Lo
vi a los ojos.
–Móntate en el carro. –Se montó y salí de la bomba para
estacionarme.
–¿Te lo mamo aquí? ¿Ah? ¿Si? Dame los 100 bolos y te lo mamo
dale.
Me saqué el guebo y comencé a llorar. –Tomás detente por
favor, no sigas.
Tomás se detuvo, se levantó y me vio a los ojos y se puso a
llorar también y me abrazó. Estaba demacrado, muy flaco, con la barba larga y
la piel bronceada, cargaba una pestilencia espantosa pero no me importó que me
abrazara.
–AYUDAMEEE POR FAVOR, AYUDAME FRANÇOIS, SÁCAME DE AQUÍ, CÓMPRAME
PIEDRA TENGO HAMBRE QUIERO PIEDRA, AYUDAME.
Recliné el asiento y lo recosté, se quedó dormido. No podía
manejar, ver a mi amigo en esas condiciones me derrumbó, se me agolpaban en la
mente lo que habíamos hecho en la madrugada los gemelos, Humberto y yo, todo el
sexo que había tenido, las muertes que tenía a mis espaldas, el engaño a Jack y
ahora esto, en parte por mi culpa de dejarlo solo.
Antes de llegar al apartamento, le avisé a Yesenia que viniera
y le dije a Jack que traía a Tomás, que me preparara la ducha para bañarlo.
Jack me recibió y quedó sorprendido de ver a Tomás en esas
condiciones. Cuando lo desnudamos le vimos cicatrices en todo el cuerpo, en los
brazos pinchazos, se le marcaban los huesos de las caderas y las clavículas.
Lo sentamos en una silla de metal y lo bañamos sentado, casi
no se podía sostener. La ropa se la botamos y le di un pantalón y una franela
junto con ropa interior y zapatos.
Jack se encargó de vestirlo, yo fui a darle de comer a Rebeca
para acostarla. Jack acostó a Tomás luego de comer algo, le dio unas pastillas
para dormir y le quitara la ansiedad por droga.
–Tengo amigos que pueden trasladarlo a Cuba y lo desintoxiquen
y lo ayuden con lo del VIH, yo lo veo muy mal. -Me dijo Jack que me miraba con
cara de saber algo más. –Quiero que me expliques lo de Humberto y porque ayer
no respondiste mis llamadas ni mensajes.
Le expliqué lo que le había pasado a Humberto y luego el
porqué le pasó. Jack me miraba y apretaba los puños, una vena de la sien le
latía, estaba brotada.
–Discúlpame Jack, estaba borracho y los gemelos peor que yo y
se pusieron fáciles y bueno…pasó, sé que no tengo justificación pero pasó y me
siento mal, muy mal.
Jack no abrió la boca, sólo me miraba, se dio la vuelta y se
fue a la cocina, escuche varios golpes en la pared, luego lo escuche buscando
algo como un vaso, buscó hielo y se sirvió algo, salió de la cocina con una
botella de whisky en la mano y el vaso lleno, me volvió a ver y se bebió todo
lo del vaso.
–Mañana vamos a resolver lo de tu amigo y luego vamos a
resolver lo tuyo. Necesitas ayuda François, lo tuyo es enfermizo, patológico,
tienes que salir de ese espiral de sexo. Si vas a estar conmigo y yo
contigo debemos respetarnos. Una cosa es que en algún momento te tires a
alguien así de repente, pero otra cosa es que lo hagas a diario con cualquiera
y donde sea. Basta François, basta.
Luego de escucharlo acepte que necesitaba ayuda e iba hacer lo
que tenía que hacer. Le dije que necesitaba de su apoyo.
–Y lo tienes, lo sabes, estoy aquí contigo, quiero que salgas
de eso y seamos felices y plenos.
Nos abrazamos y yo no puede contener el llanto, nos quedamos
abrazados un buen rato hasta que mi niña Rebeca demandó nuestra presencia. Fui
a buscar a los gemelos y pasamos la tarde/noche juntos.
Al día siguiente muy temprano, Jack ya estaba despierto
llamando a sus contactos, movió a un gentío para que mañana Tomás viajara con
sus padres a Cuba.
Una semana después Humberto salía de la clínica, Tomás estaba
en los peores días del tratamiento pero estaba en Cuba bien atendido, sus
padres estaban de vuelta, sólo pudieron quedar 24 horas con él.
Yo tenía mi segunda cita con mi psiquiatra, Jack me acompañaba
pero entraba yo solo.
Me perdí el lanzamiento de mi nueva película porno, era parte
de mi tratamiento, cortar con todo vínculo sexual, incluso con Jack.
Una semana después Caín regresaba a Estados Unidos y Abel de
nuevo solo con su padre pero estudiando también.
Semanas duras para todos, pero me reconfortaba que a mi lado
seguía Jack a pesar de todo.
viernes, 20 de mayo de 2016
MALAS INFLUENCIAS. Temporada Final. Y volví a caer.
Esto me lo contaron luego pues no estuve presente.
Jack estaba en la entrada de la Universidad apoyado en su
inmensa moto, estaba con un jean negro y una franela blanca ajustada que se le
marcaban sus ya grandes pectorales, sus ojos, tras unos lentes oscuros. Tanto
mujeres como hombres que entraban y salían de la Universidad se le quedaban
viendo. Esperaba a alguien.
Salía Abel, estaba entregando varios documentos para su
inscripción, pasó frente a Jack.
–Hola Abel, ¿cómo estas?
Abel se detiene. –¿Perdón, te conozco?
–No formalmente, mucho gusto, soy Jack, el famoso Jack, el
novio de François.
–Ah así que tú eres Jack, disculpa aquí el novio de François
soy yo hasta que él diga lo contrario.
–Móntate en la moto y te lo explico.
–No chamo, tranquilo, no me voy a ir contigo
Jack lo agarró por la cintura y lo alzó para montarlo en la
moto. –Agárrate bien porque voy a ir rápido. –Abel se aferró a a Jack y apretó
las piernas contra la moto.
Llegaron a un café en La Castellana para poder conversar con
calma.
–Mira chamito, yo no te tengo rabia, ni quiero ser tu enemigo
y tampoco quiero que me tengas arrechera, pero François no es para ti, no está
enamorado de ti, es más yo no sé que hace empatado contigo y con esto no quiero
decir que seas una mala persona o que no le convienes, sencillamente no te ama,
te quiere, eso sí, te adora y haría lo que sea por ustedes dos y por tu papá.
–¿O sea que François está terminando conmigo a través de ti?
¿Por qué no viene él y me da la cara?
–Porque él no sabe que yo estoy aquí, si se entera me mata.
Vine porque quería ser franco contigo, François y yo estamos enamorados y
prácticamente estamos viviendo juntos.
–Ah fíjate eso no me lo ha dicho, que bolas tiene.
–Te lo va a decir hoy pero yo me quise adelantar Abel, yo no
quiero que le tengas arrechera y a mi menos, si yo los he protegido y todo, no
quiero herirlos y hacerles daño, quiero ser tu amigo, tu aliado.
–Yo sé que François no me ama, pero yo quería estar con él,
ser su novio y ver si así él se enamoraba de mi y te olvidaba, pero no te
olvida desde hace meses y menos cuando te secuestraron, he vivido bajo tu
sombra, en parte mi culpa por alentar esta relación que no iba a ningún lado.
Además fue empatarme con él y se me dispararon los celos, en cada tipo que veía
en la calle para mi era un potencial tire y eso me ponía mal y la verdad que el
poco tiempo que estuvo conmigo no estuvo con más nadie.
–François es una persona difícil y necesita ayuda para su
problema de adicción al sexo, quiero ayudarlo.
Abel se puso a llorar. –Yo lo amo Jack, lo amo mucho más de lo
que él se imagina, pero no puedo retenerlo a mi lado si él no quiere. –Jack lo
abrazó. –Te entiendo Abel pero a François no lo vas a perder, él va a estar
para ti cuando quieras.
–No te lo lleves lejos por fa. –Decía Abel aún con lágrimas en
los ojos.
–Eso no va a suceder, además tú eres tío de Rebeca.
Le sacó una sonrisa a Abel. Se tomaron otro café y lo llevó a
su casa.
6 meses han pasado y más feliz no había podido estar. Jack
-así lo conocí y así le sigo diciendo- se mudó desde hace unos meses y de
momento ha sido una luna de miel y un derroche de fidelidad de mi parte que
jamás, jamás hubiese yo pensado. Rebeca estaba enorme y muy mala conducta,
gateaba, gritaba y quería agarrar todo. Yesenia ha sido de gran ayuda, siguió
conmigo, es una muchacha trabajadora y ama a Rebeca. Jack le compra de
todo y no sé como hace pero siempre trae leche de fórmula y pañales por bultos.
En el trabajo me iba estupendo, seguía con mis clases de
inglés y química y mis asesorías en Valencia semanales. Y ya tenía en la
calle 2 películas porno, iba por la tercera, si me dejaban, claro. Jack
invirtiendo su dinero y trabajando en la empresa, ya tenía más de 6 meses ahí.
Los gemelos estaban a punto de cumplir su mayoría de edad así
que les organicé un fiestón en su casa. Caín ya tenía casi 3 meses fuera del
país pero lo hice venir para celebrar su cumpleaños con su hermano. Humberto me
agradeció el haber convencido a Caín de venir, lo fui a buscar al aeropuerto
pues Humberto no podía.
–Lo vamos a hacer en el salón de fiestas del edificio, hay Dj,
strippers, karaoke, juegos, y Pole dance de hombres.
–Coño marico, te botaste. ¿Y cómo te va con Jack? ¿Sigues
monoguevo?
–Ja,ja,ja si, sigo monoguevo ¿y tú?
–Me he tirado a media Harvard, aunque el estudio es rudo allá
busco tiempo para tirar.
–Vaya, saliste a mi en mis tiempos de juventud.
–Si pero espero no ponerme como tú de aburrido ahora. Mira que
me dejaste con las ganas aquella vez cuando te empataste con mi hermano y no
quisiste tirar conmigo.
–Estaba en otro peo.
–¿Mañana te vas a dejar coger? Es mi cumpleaños.
–Ya veremos.
–No joda te dije eso y se te paró el guebo, uf.
Llegó el día de la fiesta, 40 personas invitadas, de mis
amigos estaba Ernesto, Carlos el cura y dos de mis compañeros de película. Yo
estaba feliz de verme compartiendo con Jack y mis amigos, todos juntos.
En un momento del rumbón mientras estaban los del Pole dance,
me quedé hablando con Ernesto mientras que Jack, extrañamente se fue a un
rincón a hablar con Carlos y ahí estuvieron un buen rato.
Luego de un rato de beber, compartir con los gemelos,
ayudarlos en sus competencias que les armé con sus amigos, nos instalamos
a ver a los Strippers. Jack me dijo que se iba a ir con Carlos para hablar de
negocios, me sonó como raro. –Tranquilo mi amor, yo luego te explico todo ¿ok?
No te imagines lo que no es.
Se fue Jack y me uní al grupo. Los gemelos, Humberto y yo nos
habíamos bebido hasta los tragos de los demás a las 2 de la mañana se había ido
el último, Ernesto, que se fue en taxi.
Subimos los 4 al apartamento luego de recoger un poco para
mañana terminar de limpiar con la conserje, que le pagamos aparte para que nos
ayudara.
–¿Qué les pareció el rumbón que les armó el sinvergüenza este,
muchachos? –Humberto los abrazó y les dio un beso en la cabeza a ambos.
–Quedó arrechísimo todo, de verdad. –Dijo Caín y Abel lo
secundó.
–Pero François me debe algo todavía, le dije que quería sexo,
que me lo quería coger.
Me reí. –Regalo es regalo, tendré que dártelo ¿no?
–¿Y si tiramos los 4? Y así todo queda en familia, porque
somos una familia. –Dijo Abel.
–Ustedes se están volviendo locos, soy su padre. Humberto
hablaba pero la borrachera podía más que él. Abel y Caín comenzaron a besarse y
eso me voló los tapones y besé a Humberto que se tambaleó y caímos en su cama.
Le quité el pantalón y comencé a mamarle el guevo, él mientras se desabotonó la
camisa, al verle el pecho peludo me excité más, mi celular sonaba, era Jack.
Me fui hacia delante poniéndome sobre Humberto y lo besé, Caín
se acercó para chuparme el culo y Abel, sin que su padre se diera cuenta,
comenzó a mamarle el guevo.
Me bajé de encima de Humberto y me quedé en 4 esperando a que
Caín me cogiera. Abel se sentó sobre el guevo de Humberto y se lo metió. –Me
estoy cogiendo a mi hijo, me estoy cogiendo a mi hijo. –Repetía, lo callé
besándolo mientras los hermanos se besaban entre ellos.
Nos cambiamos, ahora Humberto me cogía a mi y Caín a su
hermano que le empezó a dar duro. –Se lo quiero meter a papá, ¿se va a dejar?
–Prueba. –Le dijo Abel que comenzó a besarme. Me bajé y agarré
a Abel para cogérmelo.
–Cógeme como cuando fuimos novios, dame rico.
Caín le levantó la s piernas a su papá pero no quiso así.
–Métemelo en 4. Creo que mañana me voy a arrepentir de esto. Caín tenía el guebo
duro, sus ganas de penetrar a su papá eran inmensas. Lo metió. Humberto apretó
las sábanas aguantando
Abel y yo estábamos sentados, él sobre mi.
–Aprovecha que puedes cogerme, porque Jack es demasiado
activo. –Agarré por los hombros a Abel y lo bajé para que se metiera toda mi
verga, sus ojos se pusieron blancos al sentir que le llegaba a sus entrañas
Humberto se fue hacia un lado tumbando a Caín.–¡Ahora te voy a
coger yo carajo!.
Caín nunca había sido penetrado y ahora su padre estaba a
punto de hacerlo. Se colocó bastante lubricante y le echó en el culo. Con sus
manos bañadas en gel lo agarró por los hombros para que no se moviera y empezó
a empujar, empujar, empujar. Caín estaba tenso, apretando los ojos y agarrado
del borde del colchón, me le acerqué a su boca y lo besé para que se relajara.
Humberto terminó de meterlo hasta el fondo. Se echó para atrás hasta acostarse
para que Caín quedar sentado sobre él y se moviera.
–Muévete carajito, aprende a cabalgar. –Caín comenzó a
disfrutar de la cogida cuando se corrió sobre las sábanas, Abel se vino al
mismo tiempo que él mientras seguía cogiéndomelo.
Humberto se levantó en la cama, me levantó a mi y nos pajeamos,
bajo nosotros los gemelos esperaban la leche para recibirla en sus bocas.
Cerraron los ojos y sus caras fueron cruzadas por tiras de semen que cayeron en
sus ojos, boca, orejas y pelo.
Los gemelos se fueron a su cuarto. Yo me quedé a dormir con
Humberto que no se movió más, quedó boca abajo.
Al día siguiente abro los ojos y busco mi celular, 3 llamadas
perdidas de Jack, veo la hora 12:47 de la tarde, me volteo y veo a Humberto
en la misma posición. Lo muevo para que se despierte pero no logro que
abra los ojos. Teníamos que limpiar el salón de fiestas. Voy al baño a orinar y
busco agua, estaba sediento y con un dolor de cabeza terrible.
Regreso y vuelvo a mover a Humberto, lo siento frío, no se
despierta, llamo al 911 y a los gemelos.
jueves, 19 de mayo de 2016
MALAS INFLUENCIAS. Temporada Final. Rebeca y Jack en casa.
Mi hija con apenas horas de nacida, la dejé en casa con Yesenia para encargarme del entierro de David. Fue un funeral muy emotivo. Sus compañeros de trabajo y parte del equipo de la Fundación para la cual trabajaba como voluntario estaban acompañándonos.
Conocí a Alejo, un activista por los derechos trans que perdió
de manera trágica a la que fue su pareja, conocía a David, nos acompañaba,
estaba con su novio, hubiese estado solo y creo que le saco fiesta, estaba
buenísimo.
Me dio los teléfonos de la fundación por si quería ayudar de
cualquier manera con ellos. Me ofrecí a hacerlo dentro de mis posibilidades.
Cuando todos se fueron del cementerio, me quedé un rato
sentado donde hacía unos minutos bajaba la urna de David, la placa que
identificaba el trozo de parcela decía “Daniela”.
La mamá de David estaba recluída en una residencia para la
3era edad, cuando murió su hijo, su salud se complicó, me ofrecí a pagar todo
sus gastos y mantenerme en contacto, Yesenia me ayudaría con eso.
Por primera vez en semanas que Abel no me escribía a cada
rato, lo llamé para decirle que iba a estar un rato en el cementerio y luego me
iría a casa a estar con mi hija, luego lo pasaría buscando para que la
conociera.
–Yo creo que ya has pasado mucho tiempo ahí sentado, tu hija
te necesita. -Era Jack que como cosa rara aparecía de la nada.
–¿Dónde estabas? Te fuiste de la clínica y te volviste a
desaparecer.
–Levántate -Me extendió la mano. –Tengo que contarte muchas
cosas
Llegamos a mi casa. Él en su moto, yo en mi carro.
El secuestro había sido perpetrado por su misma gente. Por
estar pendiente de mi, dejó a un lado su trabajo de sicario y tenía pendientes
varias cuentas y otras fallidas. Lo torturaron, lo sometieron, lo tuvieron
amarrado -se le notaba, estaba más delgado pero igual de bello-Cuando ya pasó
el tiempo de penitencia, lo soltaron y siguió trabajando con ellos, cuando
terminó lo que tenía pendiente, se escapó, fingió su muerte y ahora tiene otra
identidad. Lleva apenas una semana trabajando en una empresa como
administrador, que es su profesión. No le hace falta porque tiene mucho dinero
pero ahora tiene otra vida. Ahora se llama Enrique Salvatierra.
–¿Y cómo apareciste ahora? ¿Cómo sabías que Rebeca nacía ese
día?
–No lo sabía, casualmente fui a buscarte a tu casa y la
muchacha que trabaja contigo me abrió y me comentó que estabas de viaje y ahí
estaba David y su mamá, yo le dije que era tu primo y que necesitaba buscar las
llaves de mi moto, entré a tu cuarto con ella a buscarlas. Al conseguirlas me
ofreció un café y en ese momento David rompió fuente y estaba sangrando,
llamamos a la ambulancia y a su médico. Me quedé con ellos en la clínica para
esperarte y ayudarlos en o que necesitaran, sabía que ibas a ir.
Yesenia venía con Rebeca en brazos que ya se había levantado.
–Necesito hacer unas diligencias pero regreso más tarde.
–Vete tranquila que yo me encargo de ella.
–Su primo se portó de mil maravillas ayer, gracias por todo
señor Enrique.
–De nada Yesenia, gracias a ti por cuidar a mi sobrinita.
–Jajaja me da risa lo de que soy tu primo.
–Es que en realidad eres mi primo François. –Jack me miró a
los ojos y me dijo eso con tanta seriedad que me quedé impactado.
–Tú me estás jodiendo.
–Yo no puedo creer que no te acuerdes de mi, de tu primo
Jacobo que fuimos a la playa, al circo, al parque de diversiones juntos, te
defendí de unos carajitos que te querían joder. Tu tenías 10 años, yo 15.
Echando la película para atrás comencé a recordar. Jacobo es
producto de una infidelidad del hermano de mi papá con una prostituta que era
menor de edad, nunca lo reconoció pero nos lo presentó en la familia, sólo
vimos una vez a su madre, y, haciendo memoria eso era lo que me dijo la
señora que se me apareció en la iglesia, que era puta desde los 16 años.
Jacobo y yo nos la llevábamos muy bien los 4 meses que
compartimos juntos casi todos los días hasta que desapareció y nadie supo de él
y su madre.
–Mi mamá ya no quería seguir con esa vida, estaba cansada pero
no sabía hacer más nada así que mientras dejaba la prostitución se dedicaba a
limpiar casas y planchar, pero yo no quería seguir pasando hambre y
cuando cumplí 16 años me fui de casa y me junté con lo peor de esta ciudad y me
convertí en sicario desde ese momento, comencé a ganar dinero fácil matando
gente y así saqué a mi mamá de tanto sufrimiento por el dinero. Cuando mamá
murió, me dediqué por completo a esto pero necesitaba hacer algo, así que
terminé el bachillerato, cuando cumplí los 18 entré a escondidas e a la
universidad, mis jefes no sabían, la carrera me costó 8 años terminarla pero lo
logré y la pagué yo. Trabajé 3 años en lo que era mi carrera y en paralelo iba
cobrando por cada muerto que me llevaba.
Yo escuchaba a Jack y sólo podía llorar, pero me quedaba otra
duda. –¿Y cómo llegaste a mi de nuevo? ¿Conocías a Eduardo? el estudió conmigo
en el colegio -Eduardo el que mató al matrimonio en aquella boda que fui con
Ernesto-
–Conocía a Eduardo, trabajábamos juntos. El día que lo mataron,
minutos antes, habló conmigo y me habló de ti que te protegiera, que eras buen
pana y que él te había hecho mucho daño cuando eran carajitos, cuando me dijo
tu nombre supe que eras tú y sin decirle nuestro nexo no dudé en decirle
que sí te protegería. Era el momento de reencontrarme contigo y decirte
frente a frente que desde que te conocí cuando tenías 10 años me enamoré
de ti.
Debo reconocer que los primeros momentos a tu lado hice las
cosas mal, matando a esa tipa, pero quería demostrarte que haría cualquier cosa
por ti, y bueno, te saqué de varios problemas en lo que te metiste, pero lo
hacía con gusto.
Yo estaba impactado con aquella historia. Era increíble que
nos conocimos de niños y todo este tiempo no supe nada.
A pesar que amo a Jack, desde que apareció en mi vida han
ocurrido puras desgracias, así que no sé si el pavoso es él o yo.
–Vamos a cambiar a Rebequita, que creo que se hizo.
–Déjame hacerlo a mi.
–¿Sabes poner pañales?
–He hecho de todo en esta vida, ve a prepararle el tetero
mientras la cambio. –Cuando regresé, Jack tenía en brazos a mi hija y le
cantaba, la escena me conmovió, le pasé el tetero y se lo dio él también.
Terminó de darle el tetero y la acostó en la cuna.
–Todo este tiempo que no te he visto no he tenido sexo, solo
me he masturbado, yo sé que tú si has tirado como loco y ahora quiero recuperar
el tiempo perdido. –Me dio un beso en la boca mientras su mano apretaba mis
nalgas, me aparté de él.
–Ya va, ya va Jack, las cosas no son tan fáciles ahora.
–¿Por qué, qué pasa?
–Tengo pareja desde hace 2 meses, Abel, uno de los gemelos.
Jack comenzó a reírse. –Tú me estás jodiendo, ¿estás empatado
con ese carajito? ¿Te volviste loco? Tú no estás enamorado de él.
–No, pero estoy con él.
Jack me cargó y me llevó hasta mi cama y me lanzó ahí, se
colocó frente a mi y comenzó a desnudarse.
–El único macho que te va a coger soy yo, más nadie, ahora
será todo distinto François, regresé porque quiero ser tu esposo, el papá de tu
chama, el que duerme contigo todas las noches.
De nuevo veía ese cuerpo perfecto rematado con un guebo
perfecto. Se me acercó y me quitó el pantalón y el interior.
–Ponte boca abajo. –Se agachó, me abrió las nalgas y un beso
negro como nunca me lo habían hecho, su lengua entraba en mi culo, la ponía
dura y me cogía con ella, me haló al borde de la cama, volvió a abrirme las
nalgas para ahora penetrarme. Iba suavemente entrando en mi hasta que lo metió
todo y comenzó a moverse, lo sacaba y lo metía cada vez con más fuerza. Lo
sacó, me volteó y me volvió a alzar para penetrarme colgado en él y así estuvo
un buen rato para luego acostarse en la cama conmigo en su cuello y
seguir ahora frente a frente.
Me besó mientras me cogía, un ruido nos sacó de nuestra
concentración. Era el llanto de mi hija.
–ahora esto va a ser nuestro día a día mi amor. –Me dijo Jack,
se puso el interior. –Yo la busco, ponte un bóxer.
Llegó con la niña y la acostó entre los dos en la cama, Rebeca
se quedó dormidita de nuevo, la peiné con mis dedos, Jack me levantó la cara y
me dio un beso en la boca.
–Esto era con lo que yo soñaba contigo desde hace mucho
tiempo, estar así como una familia, juntos los 3 en la cama. –Me dijo. Yo
simplemente me le acerqué y le di otro beso y le dije algo que jamás pensé
decir: –Te amo Jack.
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