jueves, 28 de abril de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 44

 


Carmen, La Reina Blanca, regresaba al país con una amenaza latente sobre sus hombros. Sin su escolta particular, Renato, que voló en pedazo, otros dos escoltas que murieron por la onda expansiva y una decena de muertos, inocentes de todo eso.

Su regreso se vio reforzado con más hombres que ahora no se despegan de ella ni un segundo.
Gilberto estaba con Juan Carlos desde temprano en el polígono entrenándolo junto a dos escoltas. 
Práctica de tiro con diferentes armas, peleas, desactivación de bombas. Pronto entraría en las cocinas para saber el.proceso de elaboración de la droga y todo el protocolo para enviarla a varias partes del mundo. Su entrenamiento apenas comenzaba.

–¿Dónde está mi esposo y su escolta?
–Ennel entrenamiento Patrona, deben estar por llegar.
–Apenas lleguen que vengan a mi oficina ¡de inmediato!
–Si Patrona.

Gilberto llegaba en la camioneta, Jorge manejaba y ellos atrás. Se besaban.
–Verga pero a ustedes les gusta jugar con fuego y quemarse.
–Marico, los vidrios son negros no se ve nada, podemos tirar y no nos ven.
–Los veo yo.
–¿Y nos vas a sapear maldito maricón? -Le dijo Gilberto a Jorge.
–Gilberto...no hay necesidad de insultar. Jorge no va a decir nada.
–¿Por qué, cómo sabes? ¿Te lo vas a coger para que no abra la boca?
–Tas cagao que Nacho te deje por fuera. -Gilberto se abalanzó sobre Jorge ahorcándolo y Juan Carlos se bajó de la camioneta.
–¡Que se maten! -Juan Carlos lanzó la puerta, se acercó uno de los escoltas.
–Señor Juan Carlos, la Patrona quiere verlo, está en el despacho.
–Voy para allá. -El escolta le detiene el paso poniéndole el brazo en el pecho.
–La Patrona quiere que vaya con Gilberto. -Juan Carlos se da la vuelta y regresa a la camioneta. Abre la puerta del piloto y ve a Jorge sobre Gilberto brincando, con el pene dentro de su culo. El chico gemía mientras se sostenía del apoyacabeza, Gilberto veía a Juan Carlos y se sonreía.
–Carmen nos espera, quiere hablar con nosotros.
–Cierra la puerta.
–Es en serio Gilberto.
–CIERRA LA PUERTA. -Juan Carlos volvió a lanzar la puerta y entró a la casona.

Jorge besaba a Gilberto, este le mordía el labio y el chico gritaba. No paraba de brincar y sentir como el pene entraba en su culo.

–Hola Carmen. -Juan Carlos se acercó a su esposa y le dio un beso en la boca que fue correspondido.
–¿Dónde está tu escolta?
–Ya viene esta ocupado con un asunto.
–¡Tráelo asibsea de los pelos pero que venga ya! -Le dijo a uno de sus matones que custodiaban la puerta.
–¿Pasó algo?
–¿Te parece poco? Mataron a mi mano derecha, a Renato, iban por mi. Me siguen los pasos cariño. Necesito que aprendas lo más rápido que puedas. Todo este imperio será solo tuyo.
–Tienes familia, reclamarán algo. -Carmen se levantó de la silla y se acercó a Juan Carlos, lo besó en la boca por varios segundos.
–Vas a ser el dueño y señor de todo esto. Nadie te va a quitar nada. Siempre podrás asesinar quien te estorbe. 
–No soy un asesino.
–Te están entrenando para eso amor. Y vas bien, pero aplícate.

El hombre llega a la camioneta, abre la puerta y coge a Gilberto delncabello sacándolo del asiento, Jorge y él caen al suelo. A Jorge lo agarra otronde los escoltas y le cae a golpes.
–¡Déjenlo quieto! Que se vaya, el peo es conmigo. ¡DÉJENLO YA!
Jorge se levanta adolorido y se va a su habitación limpiándose la sangre, ve a Gilberto y este  mueve la cabeza aprobando que se vaya.
–La Patrona te espera y no está de muy buen humor.
–Nunca lo ha estado, no se porqué te extraña.

Entra al despacho junto al escolta.
–¿Dónde estabas?
–Resolviendo un asunto.
–Revolcándose con el chofer de el Patrón. -Gilberto se muerde la lengua y cierra los ojos.
–A mi no me interesa tu actividad sexual. Cuando yo digo que te quiero aqui, dejas de hacer lo que estás haciendo y vienes. Déjenme sola con ellos, ¡FUERA!

–Para que soy bueno Patrona.
–Para mucho. Tu hermano murió tanto tu familia como tu recibirán una compensación monetaria. A partir de ahora serás mi mano derecha, mi escolta principal, vas a estar pendiente de todo, xada movimiento, cada cosa que yo vaya a  hacer tienes que revisar, investigar, ver que todo esté en orden, no te vas a depegar de mi más nunca.
–Patrona, no he terminado con Juan Carlos, todavía faltan...
–Vas a cortar toda relacion con mi marido, laboral e íntima. Ahora vas a volver a trabajar para mi 24/7.
–¿Y Juan Carlos?
–Están los escoltas que trabajan contigo, ellos lo entrenarán igual que tú. -Juan Carlos y Gilberto se vieron, Carmen los vio. –¿Acaso ustedes son novios? Yo autoricé sexo entre ustedes, no que se enamoraran. ¿O quieres que mate a Gilberto y acabamos con su amor? -Juan Carlos vio a Carmen a los ojos.
–No hay que llegar al extremo.
–Tendrás sexo mientras yo no esté con tu chofer, el exnoviecito ese que traje. Si me entero que has tenido sexo con otro, el que sufre las consecuencias será la familia de Jorge y luego Jorge.
–Carmen...no tenemos que llegar a esos extremos.
–Amor, mientras yo esté viva soy la dueña y señora de todo lo que está aqui, la casa y la gente que trabaja para mi. Se hace lo que yo diga. Cuando seas tu el dueño, lo harás a tu manera.
Gilberto, te tengo un encargo, de los que te gustan.
–¿Que será Patrona?
–Tengo una gente que me va a estorbar en mis planes futuros con mi esposo. -Se puso detrás de Juan Carlos y apoyó sus manos en los hombros. –No quiero que mi esposo tenga que lidiar con esa gente. Necesito que despaches a varias personas.
–Usted me dice y mañana está resuelto ese tema.
–Quiero que mates a mis hermanas, a mis sobrinos, a sus hijos y si es posible a los exmaridos de toda esa gente. No quiero a uno vivo. Quiero fotos.
–Asi será Patrona. Mañana me pongo en eso.
–Comienza hoy.
–Carmen...es tu familia. -Juan Carlos se estaba mareando. –¿Cómo vas a matar a tanta gente?
–Amor, he matado a cientos de personas, que mate a 10 más no hará la diferencia. Te haré un gran favor, nadie te va a reclamar ni un centavo de lo que yo he logrado en años.

Juan Carlos camino dánde la vuelta a la silla pero no aguantó y se desmayó.

–¿Y este es el que me va a suceder en la empresa? Dile a los ecoltas que lo pongan a matar a gente de verdad, que lo insesibilicen, que no tenga sentimientos. No se porqué tú no llegaste a eso ya. Llevalo al servicio médico.
Gilberto cargó a Juan Carlos y lo sacó del despacho.


No hay comentarios:

Publicar un comentario