–Tú eres el novio de Catia, cosa que no entiendo, eres mucho
mayor que ella– seguía hablando intentando coordinar las palabras
Falcón tiene 25 años y está terminando la carrera de
administración y trabaja en una empresa de alimentos, vive solo en un anexo que
su familia le ayuda a pagar mientras siga estudiando. Conoció a Catia hace unos
meses en una fiesta. Desde hace 2 meses son novios. A pesar que ambas familias
no aprueban ese noviazgo por ser ella menor, ambos continúan juntos.
–Quiero mucho a Catia y sé que es menor de edad, pero desde
que la conozco la he respetado, no hemos tenido relaciones, no le voy a negar
que hemos estado a punto de cruzar esa línea pero nos hemos contenido
–mintió–Pero hoy estoy aquí no por ella…estoy enamorado de ti África.
Paralizada y con la borrachera a punto de esfumarse, no
salía de su asombro y vino el beso. Puso ambas manos en su cara y acercó su
boca a la de ella. Ambos respondieron al beso, donde hubo contacto de sus
lenguas, un beso suave pero profundo que duró varios segundos hasta que áfrica
reaccionó.
–Esto no puede ser Falcón, puedes ser mi hijo– todavía
sorprendida lo apartó. –Pero no lo soy– y la volvió a besar, esta vez la tumbó
en el sofá y ella se dejó llevar, más por los efectos del alcohol que por lo
que pudiera sentir por él.
Minutos más tarde Macuto sale de su cuarto para buscar un
vaso con agua, se aparece en la sala en interiores con una erección sin
percatarse que en el sofá de la sala su madre esta haciendo el amor con su
mejor amigo. Al regresar con el vaso escucho unos gemidos y se acerca a la sala
que está a media luz.
Se sienta en el sofa
pequeño viendo como a su madre está siendo penetrada hasta ese momento por un
desconocido. Enciende la lampara de pie de la sala y ambos brincan del susto.
–Coño de la madre…¡mi pana del alma se está follando a mi
mamá! ¿Qué vaina es está?– Falcón medio desnudo se incorpora y África se baja
la falda sin colocarse su prenda íntima.
***
La noche apenas comenzaba para Catia que estaba en la
discoteca de moda que la llevó Tabay.
Tabay, 45 años, millonario de cuna, hace 5 años fallecieron
sus padres en un accidente aéreo cuando viajaban a una isla. Tiene 2 hermanos
que viven fuera del país, en Europa. Las empresas familiares son heredadas por
Tabay una vez que su hermanos se desentienden de todo. Tiene su vida hecha y
acomodad en otra tierras.
Además de ser el dueño/director del colegio donde estudia
Catia, tiene un banco, una discoteca, una clínica, una importadora de licores y
el negocio que más le genera entrada de dólares: el narcotráfico. Es adicto al
sexo en todas sus vertientes, es insaciable y le gustan siempre jóvenes.
Ambicioso, poderoso y enfermo, un coctel que puede explotar en cualquier
momento.
Catia bailaba en la pista con su amante, ambos bebían y se
besaban apasionadamente. Tabay tenía la urgencia de un poco de polvo blanco y
se llevó a Catia a su oficina. 2 rayas corrieron por su nariz y le dió a ella
otra, aunque no quería él la obligó. Cuando ya estaba volando por las nubes
cargó a Catia y la amarró a un columpio de cuero y cadenas. Sus muñecas y
tobillos quedaron sujetos a las cadenas. Su jóven y ya no virgen vagina estaba
expuesta para recibir el placer que a ella tanto le gustaba. –Vengan, ya la
tengo lista–Llamó a un amigo, que a su vez se trajo a dos más. Los tres se
encontraban en la discoteca.
–¿Quién le da pela primero?–
–Yo, que me tengo que ir que mi mujer me espera– dijo uno de
ellos, mientras Tabay se fue hacia la cabeza de Catia, que estaba sonreída sin
saber lo que le esperaba. Echó su cabeza hacia atrás e introdujo su miembro en
la boca de Catia, ella comenzó a lamer y succionarlo. El primer amigo la
penetraba suavemente, estaba nervioso, era la primera vez que tenía sexo con
una menor de edad.–Dale duro papá que la carajita aguanta– A pesar de la
advertencia, el amigo no le hizo caso. Los otros dos se masturbaban mientras
esperaban su turno.
–Sácalo y ponte a que te lo mame, te voy a a decir como es
que hay que cogérsela– Se intercambiaron. Tabay se puso violento y la penetró
sin contemplación. Catia gemía entre dolor y placer, estaba riendo, pero sentía
dolor. –Así es que tienes quedarle coño, esta perrita aguanta, ahora dale tú–
señaló a otro del fondo. Su miembro estaba sobre el promedio de los demás y más
grueso, eso no lo detuvo a la hora de penetrarla también con bastante
violencia.
Catia gemía y gritaba pero entre la música y lo lejana que
estaba la oficina de el resto de la discoteca, no podían escucharla. Luego de
rotarse un par de veces cada uno, liberaron sus fluidos sobre su vientre, otros
en su rostro, algo que disfrutó Catia.
***
África, con la culpa en su cuerpo y en su cara corrió, a su
cuarto y se encerró. Entró a la ducha, abrió las llaves y se sentó en el piso
sintiendo como se iba empapandoy aún vestida.
Macuto estaba nuevamente echado en su cama desnudo. Falcón
entró para hablar con él. –No papá que flojera, ahora no quiero hablar, déjame
dormir. A mi no me molesta que se cojan a mi mamá, porque desde que mi papá le
confesó que era gay no ha hecho nada con nadie– Eso creía Macuto–pero que mi
pana te la cojas en mi propia casa, veeerga te pasaste 7 pueblos cabrón, además
eres novio de mi hermanita. Ni yo he tirado en esta casa–mintió–con eso te digo
todo, ahora vete–. Falcón no dijo más nada y se fue de la casa.
***
Sólo quedaba en la oficina uno de los amigos, Tabay y Catia
que aún permanecía colgada y siendo penetrada por Tabay, segundos después acabó
en el interior de ella. La descolgó, la cargo y se la llevó a una habitación
más cómoda donde había un amplio baño y una cama King, ahí la recostó. Se
acercó al oído de Catia –Descansa mi amor, estuviste genial, te quiero–le dió
un beso en los labios.
–Bueno mi pana, ya es hora de que te vayas, me voy a
dormir–le dijo al tipo que se quedó de ultimo. –¿Y me vas a dejar
liso?–protestó. – Ah ¿Tú quieres pelea?– Le bajó el pantalón y lo tiró a la
cama,–ponte en cuatro maricón–πosó sus manos en las nalgas del hombre y las
abrió, dejando al descubierto un trasero velludo. Lo penetró, sin aviso.–¡Coño,
me duele! Ponte condón–Le reclamó. –Cállate y aguanta– Una vez que lo penetró,
lo agarró del cabello y comenzó a embestirlo con fuerza, que hizo despertar a
Catia. –Duerme caraita que luego voy contigo– dijo mientras con furia y
gruñendo penetraba a su amigo. Retiró su miembro del ano y derramó su semene
entre las nalgas.–Vamos, vístete y te vas–le dijo mientras le daba una fuerte
nalgada.
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