miércoles, 22 de mayo de 2013

PECADO CAPITAL 2. Gula

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Tobago tocó el timbre de su casa y le abrió Orlando, su padre. –Mi niño, ven aca, ¿dónde estabas, nos tenías preocupados, por qué vienes desnudo?.–Me asaltaron papá, saliendo de la iglesia me agarraron, me cayeron a golpes y me quitaron todo…–

Orlando dió un fuerte golpe en la pared y en su rostro se reflejaba frustración; uno de sus hijos prácticamente preso y su otro hijo víctima del hampa desboradada en el barrio donde viven. Abrazó a Tobago con fuerza –Tú no te me descarriles mi niño, tú no, pórtate bien y cuídate– Comenzó a llorar. Tobago pensaba en Atabapo.

***

Comenzaba una nueva semana y África no iba a desaprovechar los vínculos y conexiones que tiene su novio para conseguirle un trabajo a su hijo Macuto, algo que a él no le hacía mucha gracia, prefería seguir viviendo de su madre a pesar de tener 25 años.

Ocho de la mañana y el bostezo parece que vivía en el cuerpo de Macuto, llegaba a las oficinas donde queda la importadora de licores de Tabay, se iba a reunir con el Gerente de mercadeo.

–Buenos días, tengo una reunion con el señor Berlín–Espere en la sala que está a la derecha y lo llamarán por los altavoces, ¿desea tomar algo? ¿Café, jugo, agua, refresco?–Café por favor–.

Entró a la sala y ahí se encontraba una persona con un casco. Macuto imaginó que era un motorizado, lo vió de arriba a abajo deteniendo la mirada en la entrepierna que, por lo ajustado del jean, se marcaba muy bien. –Ay vale, este es parcha–pensó Coromoto mientras agarraba con su mano su abultado paquete.

–¿Qué pasó panita, tas buscando chamba aquí? Tu eres nuevo porque en esta vaina nadie viene encorbatao jejeje–Si, tengo una entrevista ahora–¿Con quién si se puede saber?– Volvió a tocarse el bulto mientras dejaba el casco en una pequeña mesa. –Con…con el señor Berlín- Dijo con algo nervioso. –Ah ese pana es calidá yo trabajo pa él, pero él no está ahora en su oficina, el muy cabrón llega más tarde– Tocan la puerta y entra una camarera con dos cafés. –Gracias mi reina– le dice a la joven y le da una nalgada, ella se va dándole una sonrisa de complicidad.

–Bueno papá aqui no va a venir nadie hasta un buen rato– le pasó el pestillo a la puerta y se bajó la cremallera. Sacó su enorme pene y se lo acercó a Macuto.–pruébalo, no muerde– Macuto comenzó a introducirlo en su boca cuando Coromoto lo agarró por la cabeza obligándolo a metérselo todo.

–Dale sifrinito traga que es chiquito mi amigo– comenzó a moverse mientras a Macuto le daban arcadas. –Bájate el pantalón y volteate– Lo tiró en el sofá y comenzó a penetrarlo. –¿Me vas a coger sin condón?– Si, sifrinito, ya te lo metí, yo no uso esa vaina ma baja el palo–. Terminó por penetrarlo hasta el fondo aprtándole la cara contra el respaldar del sofa. Macuto gemía del dolor pero no podía moverse. Sacaba su pene y volvía a meterlo y en cada empujada le daba más duro.

“Señor Coromoto es solicitado en recepción de documentos” sonaba el intercomunicador en el salón. –Coño que ladilla esta jeva, que esperen, aguanta que no termino contigo–. Seguía moviéndose con fuerza sin dejar libre a Macuto. –¿Dónde quiere la lechita el sifrinito? ¿adentro?–¡No, no! afuera, afuera.– Dijo Macuto con dificultad. Coromoto empezó a estremecerse antes de correrse, cuand sacó completamente el pene para derramar su semen  sobre los glúteos de Macuto, se dió cuenta de algo.

–Veeerga no joda, ¿tu también me vas a cagar el palo?– Mientras decía eso el semen cayó sobre el pantalón de Macuto. –Límpiame esta vaina marica– Se acercó a la camisa blanca de Macuto y se limpió con eso. –¡Noooo, coño que tengo una entrevista!– Se subió el pantalón, agarró el casco y abrió la puerta. –Suerte sifrinito–.

–¿Ahora qué hago, qué hago? Salió de la salita y se fue al baños a ver si podía limpiarse la camisa y secarla, si existía, con el secador de mano. Entra al baño y estaba un señor en un de los cubículos, al asomarse y ver por los lados se fijó que estaba desnudo pero con los zapatos puestos.

Se quitó la camisa y comenzó a lavarla, en eso sale el hombre en interiores y se saludan. –Que tal, buenos días disculpa las fachas pero yo tengo que ir al baño quitándome la ropa– Macuto se sonrió pero sin prestarle atención, solo lo hizo cuando por una extraña razón el hombre se cambia de cubículo y ve que la ropa la deja en el otro cubículo, deja el grifo abierto y agarra la camisa que está colgada.

Rápidamente se la coloca, no era de su talla pero al menos le quedaba. Bota su camisa en la papelera y sin cerrar el grifo se va del baño directo a la salita a acomodarse.

Media hora después, llaman por el intercomunicador a Macuto para la entrevista. –Pasa, el señor Berlín te está esperando y te pide disculpas por la espera. Toca la puerta, entra y Berlín le daba la espalda, mirabapor la ventan la imponente montaña que bordea la ciudad.

–Buenos días señor Berlín, soy Macuto, vengo de parte del señor Tabay–Pasa, pasa, deja los formalismos que ya sabemos a que viniste y sabemos que vas a trabajar aquí– dijo Berlín volteándose con la silla hacia su escritorio. –Caramba, si es el ladrón del baño y usando mi camisa– Macuto palideció. –Señor…disculpe es que me manché la camisa y no sabía que hacer…pero, pero yo se la devuelvo en dos días limpia y planchada–.

“El carajito está bueno, tiene cuerpito y un culito rico, cuando vaya a la oficina cógetelo, ese se deja”. Berlín recordaba las palabras que días atrás le había dicho Tabay. –Como comprenderás esta falta grave deja mucho que desear, no es como un buen comienzo por muy recomendado que vengas de Tabay…–Disculpe señor, estaba nervioso y angustiado por mi camisa, de verdad que disculpe–.

–Bueno, nuestro jefe, osea Tabay, me dió buenas referencias tuyas. Claro no precisamente laborales, ya sabes a que me refiero…– Se levantó del asiento y se acercó a Macuto que permanecía sentado. Se acerco a él hasta que la bragueta del pantalón le quedó muy cerca de su cara. –Baja el cierre y ya sabes lo que tienes que hacer–.

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