Atabapo empujaba la cabeza de Tobago para que introdujera
todo el pene en la boca. Él se ahogaba y salivaba por entre la comisura de los
labios, hasta que Atabapo explotó y derramó todo el semen en la boca de Tobago
sin soltarle la cabeza lo que obligó aeste a tragar todo aquel líquido mezclado
con la abundante saliva. Tobago se masturbaba. –Eh eh, ¡ahí no me vayas a echar
eso! Apunta a la papelera.
Mientras Tobago se descargaba, Atabapo se acercó y le plantó
un beso en la boca. –Rico nene, la semana que viene regresas para confesarte y
ponerte una nueva penitencia– Se sonrió y le dió unas nalgadas.
***
Coromoto se levantó del banco y fue directo a la oficina del cura, abrió la puerta y los encontró a ambos. –¿Qué coño hacen aquí? Les gritó algo alterado. El cura estaba sentado en su silla con la sotana puesta y Tobago frente a él, los separaba el escritorio.
Coromoto se levantó del banco y fue directo a la oficina del cura, abrió la puerta y los encontró a ambos. –¿Qué coño hacen aquí? Les gritó algo alterado. El cura estaba sentado en su silla con la sotana puesta y Tobago frente a él, los separaba el escritorio.
–Disculpe joven, pero tiene que tocar antes de entrar, estoy
reunido con un feligres, estamos en plena confesión–¡AH gran guevoná! Aquí no
se confiesa a la gente es allá afuera padrecito. Salte y me esperas en la calle,
que voy a hablar con este y ni se te ocurra irte.– Le dijo Coromoto a Tobago.
–Móntate– le dijo gruñendo con un gesto para que subiera a
la moto a Tobago. Llegaron al rancho de Coromoto, a pesar de lo precario del
lugar estaba repleto de cosas, televisor de plasma, nevera grande, cocina con
sus muebles una cama king sofás, equipo de sonido. En una mesa habían 8 tipos
de celulares y armas. Guardados en una caja estaba la droga que vende y tiene
para su consume, varias cajas de cerveza, whisky 18 años, vodka, ron.
Coromoto se lanzó en la enorme cama. –Ven carajito, móntate
encima mio papa– Le dió un beso en la boca y de repente lo voltea en la cama y
le pone una mano en la frente haciendo presión hacia abajo. –¡Maldita perra le
mamaste el guevo al cura!–No, no…no hice nada Coromoto–La boca te hiede a leche
maricón–.
Se tiró boca arriba en la cama, resprando entrecortado y con
la rabia que hacía que la sangre le hirviera. –Ahora me vas a sacar la leche
tú, párame el guevo con tu boca– lo agarró del pelo y le metió su pene en la
boca. Se relajó y dejó que Tobago hiciera todo el trabajo.
–Tú si mamas guevo rico carajito, ni mi mujer me lo chupa
así, eres una putica, pero te voy a quebrar después de cogerte– Tomó el arma
que tenía en la cama y se la puso en la cabeza. Tobago del susto dejó de
hacerle el sexo oral, –Sigue yo no te dije que pararas ¿o quieres que te vuele la
azotea?. Mientras Tobago seguía con la felación, Coromoto no dejó de apuntarlo.
–Deja de mamá’ y móntate encima y cabalga, ponte
perra–Tobago obedeció y comenzó a moverse de ariba a abajo primero lento y luego colocándose en
cuclillas en la cama comenzó a agitarse con fuerza. Coromoto estaba disfrutando
viendo como se movía el muchacho y sin tener que hacer nada para excitarse,
Tobago estaba fajado cumpliendo con su tarea.
Tobago en un momento se levanta y vuelve a sentarse pero
ahora dándole la espalda a Coromoto para que este pudiera ver como su pene
penetraba a su noviecito. Volvió a moverse de manera rápida y precisa. Así
estuvo po un buen rato. Ya en Tobago se notaba el cansancio de estar en esa
posición y le pidió un cambio de posición. –Vamos a voltearnos, estoy
cansado–No papá, hoy te toca a ti hacer el trabajo, no siempre yo voy a moveme,
fájate tú también– Y volvió a montarse para seguir. Unos segundos después
Coromoto notó algo extraño.
–Coño…¡para, para! Veeerga carajito, ¿usted no cagó antes?
Me embarraste todo, ahora limpiame esta vaina que esta podrío– Tobago se bajó
de la cama directo al baño a buscar algo para limpiarlo. –Epa nene, ¿pa dónde
vas?– Voy a buscar papel una toalla para
limparte–No, no, no…usted hoy se portó burda de mal y no hizo caso ven a
limpiarme pero con tu boca–. Tobago no podía creer lo que estaba escuchando.
–No coño eso me da asco–´sa es tu mierda y la vas a limpiar como te dije– Se
montó en la cama y dudando si hacerlo o no, se acercó. –!Carajo, no joda que
mames el guevo y lo limpies! ¿No entiendes?– Lo volvió a agarrar por los pelos
y le bajó la cabeza hasta su pene.
Tobago, con el asco reflejado en su cara comenzó a limpiar
con su boca los restos que había dejado. Una vez que introdujo el pene en su
boca, tuvo una arcada y no aguantó las ganas de vomitar. Todo se volvió un desastre. Las sábanas, el
cuerpo de Coromoto, el colchón.
–¡¡¡Coño de la madre!!!! Sacó a empujones de la cama a Tobago y comenzó a darle patadas cuando estaba en el suelo. –Ya por favor, ya, no me pegues más, yo limpio todo, pero no me golpees–
–¡¡¡Coño de la madre!!!! Sacó a empujones de la cama a Tobago y comenzó a darle patadas cuando estaba en el suelo. –Ya por favor, ya, no me pegues más, yo limpio todo, pero no me golpees–
Una hora después ya con el cuarto limpio, Tobago le dijo a
Coromoto: –Me puedes llevar a casa, ya es tarde–Si, que más, yo te llevo. Espérame
fuera del rancho que ya salgo–. Se metió una raya de coca y salió. –¿Sabes qué?
no te voy a llevar, te bajas tu solito del cerro–Pero es tarde, me van a asaltar
si voy solo, por fa acompáñame–Ese no es mi peo, es más quítate la ropa y te
vas chinito solo en interiores, ¡QUE TE QUITES LA ROPA COÑO¡– le gritó mientras
volvía a apuntarlo con la 9 milímetros. –Arranca cagón, mariquita–
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