miércoles, 29 de mayo de 2013

PECADO CAPITAL 2. Envidia

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Macuto llevaba 5 minutos haciéndole sexo oral a Berlín, hasta que este sin mover un músculo le agarra la cabeza presionándolo hacia su pelvis y se corre dentro de su boca sin darle oportunidad de zafarse, sólo aguantar y tragar lo que recibió.

 –Buen muchacho–Dijo Berlín mientras retiraba su pene de la boca de Macuto y se limpiaba con unas toallas húmedas. –A partir del próximo lunes entras a trabajar conmigo de asistente–¿Pero la muchacha de afuera no es su asistente?–Si, pero yo la reubico o que se vaya, tú tranquilo, serás mi mano derecha, ahora te vas con esta nota, –escribió algo corto en un papel– y se lo entregas a Recursos Humanos para agilizar el ingreso. Macuto se limpió la cara con otra toalla, recogió su maletín para irse. –Muchas gracias señor Berlín– y con una sonrisa de ambos se despidieron.



 ***

–Potro ya sabes mientras no estés conmigo vas a seguir y ubicar por celular a África a ver qué hace y con quién está, almuerza, habla, lo que sea, ¿entendido?– Potro asintió moviendo la cabeza. –Toma este dinero para gastos, ya tú sabes no tengo que explicarte– Potro recibió el fajo de dinero amarrado con una liga sonriendo de una manera que otra persona se hubiese asustado. Se fue de inmediato a seguir a la mujer.



Quiero almorzar contigo, ¿será que te busco y comemos cerca de tu oficina?–Si, pero espérame en el restaurant Greco que está a tres cuadras de la torre, ahí va poca gente del trabajo.–Perfecto, a las 12:10 estoy en el restaurant, quiero proponerte algo, lo hablamos luego–. África colgó la llamada, hablaba con Falcón.

 Se vieron para almorzar donde habían dicho, pero comieron algo ligero pues la propuesta de Falcón era ir a un hotel para hacer el amor con su amada África. Potro le seguía los pasos de cerca, los siguió hasta el hotel. Cuando pagan para entrar a una de las cabañas, Potro entraba detrás de ellos en su carro, saca el arma que tiene un silenciador y le dispara al cajero y arranca, estaciona justo al lado de la cabaña. Espera unos minutos dando chance que entren y comiencen a desvestirse pero sin darles tiempo a más nada.

 Con el puño cerrado le da un golpe a la alarma de incendios y se monta en el carro, esperando a que salgan y seguirlos de nuevo. –Coño que vaina, hay que irnos ya, ¿que habrá pasado?–Se quejaba Falcón mientras se vestían y salían. Potro no les perdía la pista hasta que llegaron a la torre donde trabaja África. Esperó. Falcón arrancó y Potro lo siguió a su trabajo y entró junto a él al estacionamiento.

 Se bajó del carro y Falcón se disponía a salir del suyo y en ese momento escucha una fuerte explosion. Los vidrios de la ventana volaron por todo el carro y su cara. Potro con el puño lo rompió. Sin dar chance a que reaccionara, lo agarra de la camisa y lo saca del carro. Sin soltarlo, llama por el celular, al atender le pasa el celular a Macuto.

 Falcón, Falcón Falcón, te estás metiendo con una mujer ajena y mayor que tú chico, además es tu suegra carajito. Pórtate bien porque sino el tipo que tienes frente a tí, ese gorila que de un golpe te puede matar, bueno, se va a encargar de ti como sigas haciendo lo que no debes– colgó–.

 Potro lo volvió a agarrar por la franela poniéndolo de pie. Le lanzó un fuerte golpe en la cara que le hizo sangrar por la boca. Se montó en su carro y se fue. Falcón quedó tendido en el suelo.

 África llega a casa luego de un frustante día tanto laboral como personal. Deja la cartera en la sala y va a la cocina por una cerveza. –Hola– África se asusta al ver a su hija sentada en el meson. –Hola mi amor, ¿cómo estás, como te fue hoy?–Bien, normal como siempre. Quiero hablar contigo, comentarte algo–.
 Su madre arrugó la frente extrañada por el comentario de su hija. –Aja cuéntame–Te vasa joder mama pero  a mi no me vas a quitar a Tabay–pensaba Catia. –Voy a hablar directo, Tabay y yo tenemos una relación, estamos saliendo, tenemos sexo, dormimos juntos, bueno lo que hacen las parejas pues– África la ve y arquea las cejas y comienza a reirse. –jajajajajajajaja Catia, no seas absurda, ¿qué diablos me estás contando?. Deja de hablar tonterias. Si Tabay no te cae bien, me lo dices pero o inventes historias que facilmente puedo comprobar–.

 –Bueno mami, me imagino que tú le has mamado el guevo a tu novio, ¿no?– África le da una cachetada a Catia que la hace tambalearse de la silla. –Te dije que no me volvieras a pegar más nunca en tu vida. Déjame seguir contándote. Yo quiero a Tabay y no me lo vas a quitar, es mío mamá. Bueno, si se lo has mamado sabrás que tiene un lunar en la cabeza justo al ladito del huequito por donde orina ¿verdad?.

 África, se contuvo para no hacer una locura y reprimió el llanto, no tanto de dolor sino de rabia. Buscó su cartera y subió a su cuarto. Se disponía a llamar a Tabay. Catia se fue a su cuarto. Ahora voy a llamar a mi papá para contarle, ella le hace caso a él y a ella le daría verguenza que él supiera lo golfa que es.

 –Papá, ¿cómo estas? Te que contarte algo, no quisiera que fuera por teléfono pero es difícil verte, nunca puedes… –Es mi hija, la despacho rápido y seguimos–, le dió un beso y siguió hablando por el celular. –Aja, sigue contando corazón– Le contó la historia completa de Tabay. –Y bueno el tipo es un narco, asesino, mi mamá lo trae a casa y tienen sexo aquí, el se queda a dormir, nos trata malísimo. ¿Para qué quieres saber el nombre?.... Bueno, bueno, Tabay. Coro, el papá de Catia y Macuto, se quedó helado al escuchar el nombre, –Bueno mi amor hablamos con calma luego, te dejo–

 –¿Qué quería tu hija mi oso?–Me dijo que tú estás saliendo con mi exesposa…eso me dijo–¿Tú eres el papá de Catia?.

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