Macuto llevaba 5 minutos haciéndole sexo oral a Berlín,
hasta que este sin mover un músculo le agarra la cabeza presionándolo
hacia su pelvis y se corre dentro de su boca sin darle oportunidad de zafarse,
sólo aguantar y tragar lo que recibió.
–Buen muchacho–Dijo Berlín mientras retiraba su pene de la
boca de Macuto y se limpiaba con unas toallas húmedas. –A partir del próximo
lunes entras a trabajar conmigo de asistente–¿Pero la muchacha de afuera no es
su asistente?–Si, pero yo la reubico o que se vaya, tú tranquilo, serás mi mano
derecha, ahora te vas con esta nota, –escribió algo corto en un papel– y se lo
entregas a Recursos Humanos para agilizar el ingreso. Macuto se limpió la cara
con otra toalla, recogió su maletín para irse. –Muchas gracias señor Berlín– y
con una sonrisa de ambos se despidieron.
***
–Potro ya sabes mientras no estés conmigo vas a seguir y
ubicar por celular a África a ver qué hace y con quién está, almuerza, habla,
lo que sea, ¿entendido?– Potro asintió moviendo la cabeza. –Toma este dinero
para gastos, ya tú sabes no tengo que explicarte– Potro recibió el fajo de
dinero amarrado con una liga sonriendo de una manera que otra persona se hubiese
asustado. Se fue de inmediato a seguir a la mujer.
–Quiero almorzar
contigo, ¿será que te busco y comemos cerca de tu oficina?–Si, pero
espérame en el restaurant Greco que está a tres cuadras de la torre, ahí va
poca gente del trabajo.–Perfecto, a las
12:10 estoy en el restaurant, quiero proponerte algo, lo hablamos luego–.
África colgó la llamada, hablaba con Falcón.
Se vieron para almorzar donde habían dicho, pero comieron
algo ligero pues la propuesta de Falcón era ir a un hotel para hacer el amor
con su amada África. Potro le seguía los pasos de cerca, los siguió hasta el
hotel. Cuando pagan para entrar a una de las cabañas, Potro entraba detrás de
ellos en su carro, saca el arma que tiene un silenciador y le dispara al cajero
y arranca, estaciona justo al lado de la cabaña. Espera unos minutos dando
chance que entren y comiencen a desvestirse pero sin darles tiempo a más nada.
Con el puño cerrado le da un golpe a la alarma de incendios
y se monta en el carro, esperando a que salgan y seguirlos de nuevo. –Coño que
vaina, hay que irnos ya, ¿que habrá pasado?–Se quejaba Falcón mientras se
vestían y salían. Potro no les perdía la pista hasta que llegaron a la torre
donde trabaja África. Esperó. Falcón arrancó y Potro lo siguió a su trabajo y
entró junto a él al estacionamiento.
Se bajó del carro y Falcón se disponía a salir del suyo y en
ese momento escucha una fuerte explosion. Los vidrios de la ventana volaron por
todo el carro y su cara. Potro con el puño lo rompió. Sin dar chance a que
reaccionara, lo agarra de la camisa y lo saca del carro. Sin soltarlo, llama
por el celular, al atender le pasa el celular a Macuto.
–Falcón, Falcón Falcón,
te estás metiendo con una mujer ajena y mayor que tú chico, además es tu suegra
carajito. Pórtate bien porque sino el tipo que tienes frente a tí, ese gorila que
de un golpe te puede matar, bueno, se va a encargar de ti como sigas haciendo
lo que no debes– colgó–.
Potro lo volvió a agarrar por la franela poniéndolo de pie.
Le lanzó un fuerte golpe en la cara que le hizo sangrar por la boca. Se montó
en su carro y se fue. Falcón quedó tendido en el suelo.
África llega a casa luego de un frustante día tanto laboral
como personal. Deja la cartera en la sala y va a la cocina por una cerveza.
–Hola– África se asusta al ver a su hija sentada en el meson. –Hola mi amor,
¿cómo estás, como te fue hoy?–Bien, normal como siempre. Quiero hablar contigo,
comentarte algo–.
Su madre arrugó la frente extrañada por el comentario de su
hija. –Aja cuéntame–Te vasa joder mama
pero a mi no me vas a quitar a Tabay–pensaba
Catia. –Voy a hablar directo, Tabay y yo tenemos una relación, estamos
saliendo, tenemos sexo, dormimos juntos, bueno lo que hacen las parejas pues–
África la ve y arquea las cejas y comienza a reirse. –jajajajajajajaja Catia,
no seas absurda, ¿qué diablos me estás contando?. Deja de hablar tonterias. Si
Tabay no te cae bien, me lo dices pero o inventes historias que facilmente
puedo comprobar–.
–Bueno mami, me imagino que tú le has mamado el guevo a tu
novio, ¿no?– África le da una cachetada a Catia que la hace tambalearse de la
silla. –Te dije que no me volvieras a pegar más nunca en tu vida. Déjame seguir
contándote. Yo quiero a Tabay y no me lo
vas a quitar, es mío mamá. Bueno, si se lo has mamado sabrás que tiene un
lunar en la cabeza justo al ladito del huequito por donde orina ¿verdad?.
África, se contuvo para no hacer una locura y reprimió el
llanto, no tanto de dolor sino de rabia. Buscó su cartera y subió a su cuarto.
Se disponía a llamar a Tabay. Catia se fue a su cuarto. Ahora voy a llamar a mi papá para contarle, ella le hace caso a él y a
ella le daría verguenza que él supiera lo golfa que es.
–Papá, ¿cómo estas? Te que contarte algo, no quisiera que
fuera por teléfono pero es difícil verte, nunca puedes… –Es mi hija, la
despacho rápido y seguimos–, le dió un beso y siguió hablando por el celular. –Aja, sigue contando corazón– Le contó la
historia completa de Tabay. –Y bueno el tipo es un narco, asesino, mi mamá lo
trae a casa y tienen sexo aquí, el se queda a dormir, nos trata malísimo. ¿Para
qué quieres saber el nombre?.... Bueno, bueno, Tabay. Coro, el papá de Catia y
Macuto, se quedó helado al escuchar el nombre, –Bueno mi amor hablamos con
calma luego, te dejo–
–¿Qué quería tu hija mi oso?–Me dijo que tú estás
saliendo con mi exesposa…eso me dijo–¿Tú eres el papá de Catia?.
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