Los cuatro se
fueron a casa de Orinoco, donde tenía una habitación repleta de cualquier
aparato, juguete y articulo para el disfrute sexual pleno.
–Ven acá Trinidad
móntate en este columpio, vamos a divertirnos–Trinidad sntió una puntada en el
ano sólo de pensar lo que le venía en unos minutos.
–Me lo cojo yo
primero que tengo que irme– Dijo Tabay. Lo alzaron, le amarraron las piernas
hacia arriba y los brazos atrás. –Este culo aguanta, esta negra llevó guevo
seguido de cpor lo menos 30 carajitos en el reclusorio, te aconsejo que te
pongas condón si no quieres llevarte un regalito venéreo jejejje– Le decía
Federico, La Jefa.
Tabay se acercó a
Trinidad y comenzó a jugar con los dedos en el ano de Trinidad, lo escupió un
par de veces e introdujo su pene, un ligero gemido salió de Trinidad.–No hagas
que te duele que ya tu estas corrida negrita– le decía Federico.
Orinoco se fue
hacia la cara de Trinidad y le introdujo su pene en la boca, este comenzó a
mover su lengua alrededor del grueso pero no tan grande pene de Orinoco, y no
habían pasado ni 15 segundos y se vino en la boca del joven. –¡El coño de la
madre!– gritó Orinoco –Me hiciste acabar rápido negro de mierda– “¿Te hizo? No joda, eres tú que no retienes
las ganas, ya estás viejo Orinoco, jejejje” pensaba Federico.
Orinoco desató a
Trinidad de las cadenas y lo bajó del columpio. –¡Pero ya va que no he
terminado con este culo!_se quejaba Tabay que quedó sorprendido por la actitud
de Orinoco. Este lanzó al piso al chamo y comenzó a darle fuertes cachetadas
sin parar en la cara. – ¡No vuelvas a hacerme estoa negro de mierda! Me hiciste
acabar maldito.– cachetadas iban y venían mientras Orinoco estaba sentado en el pecho de
Trinidad.
–Echáte para
adelante pa cogerme a este mientras le pegas– Orinoco se movió y Tabay volvió a
penetrarlo. –Este negro travesti no sabe con quien se metió, TE VA ASALIR CARA
LA OPERACIÓN marginal.– Se levantó y jaló de los pelos a Trinidad hasta
levantarlo y lanzarlo en el sofá. –Cógetelo mientras yo los grabo–Le dijo a
Tabay.
Federico tomó una de las armas del capo y le
introdujo el cañon a Trinidad en la boca.
–¿Le vuelo los
cesos a esta negra?– Dale mátalo mientras me lo cojo así me aprieta el culo con
el impacto– Orinoco grabando el acto, Federico apretó el gatillo, Trinidad
apretó sus esfínteres.
***
Guanta estaba
visitando en su casa a África. A pesar d ela negativa de esta, por la golpiza
que había recibido el día anterior, Guanta insistió y la ayudó a curarle las
heridas. África le contó todo a Guanta, “miserable,
pero África eres parte de mi venganza y saldrás perjudicada pero luego me lo
agradeceras” pensó Guanta.
En la casa se
encontraba Catia, estaba en su cuarto, en la mañana la llevó su padre luego que
ella se recuperara de la droga que le habían dado. “Te voy a joder Tabay esta me la pagas” habría dicho ese día Coro mientras acostaba a su hija en la cama,
que, colocándole la piyama, pasó la palama de su mano por la entrepierna de su
hija. Coro se estremeció y dentro de su ropa interior comenzó a despertar su
pene que iba humedeciendo el pantalón.
–Vamos a tomar otro
vinito, ¿te queda?–Sí–Dime dónde está que ahora lo sirvo yo–Tranquila Guanta yo
lo sirvo quédate aquí–. Guanta se sonrió, tomó el celular de África en su bolso
y le envió un mensaje a Tabay: “mi amor
perdóname, necesito que vengas a casa quiero hablar contigo, perdóname, te amo,
ven, tú tienes llave, te espero.” Envió el mensaje y dejó el celular sin
sonido. –Aquí están las copas, vamos a brindar– África se sentó al lado de
Guanta, ambas bebieron un buen trago y se volvieron a servir vino.
Guanta se acercó
aún más a África y le plantó un beso en la boca. Ella lo aceptó y se dejó
llevar. Estuvieron un buen rato besándose, Guanta le metió la mano por la blusa
y comenzó a tocarle los pechos, con una agilidad asombrosa, le desabrochó el
sostén y dejó al descubierto unos pechos suaves, redondos, firmes. Comenzó a
pasar su lengua por el pezón de África, ella se estremecía. Tomó su copa y
derramó vino sobre los pechos de ella. Guanta comenzó a lamer cada gota de vino
que corría por aqullos firmes pechos.
Tabay llegaba al
edificio con dos escoltas. Potro estaba en la entrada de planta baja. –Arriba está su otra mujer, Guanta, al
parecer son amigas y se están poniendo muy amistosas– Le mostró el video por el
iPad. En eso llegaba Macuto, –Caramba jefe ¿viene a ver a mi madre? Jejejeje–
se saludaron. Subieron. –Te vas a sorprender cuando veas a tu mamá en casa– Le
dijo Tabay a Macuto. Se escuchó el sonido de unas llaves abriendo la puerta
pero ambas estaban concentradas en su juego lésbico. Tabay entró, cerró la
puerta y se quedó observando a sus dos mujeres teniendo sexo.
–MACUTO VETE A TU
CUARTO–Gritó Tabay–Ni de vaina yo me quedo aquí–Dijo él. –Mi amor, ¿tú aquí?–
Macuto ve a tu cuarto– Que NOOOOOO–Ok– Agarró del cabello a África y la tiró al
piso, y nuevamente como hace 24 horas comenzó a golpearla –Tú no aprendes
perra, no te bastó con tirarte al novio
de tu hija y ahora te metes a lesbiana con esta mujer– “carajo mi mamá se sigue tirando a Falcón jajajaja y ahora con esta
tipa que esta podrida de buena” pensaba Macuto sin mover ni un músculo para
ayudar a su mamá–.
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