miércoles, 10 de julio de 2013

PECADO CAPITAL 3. Soberbia

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Tabay la cargó, subió las escaleras y la dejó tirada en su cama. África sollozaba, aguantando el dolor de los golpes. –Todo esto lo pudiste haber evitado si me hubieras dicho la verdad desde el principio…Me ahorrabas los golpes y te pegaba un tiro en la cabeza y acabábamos con esto. Pero ahora no se me antoja matarte, eres mi novia y voy a mantenerte viva–Le dió un beso en la boca y antes de levantarse de la cama le dió otra fuerte cachetada.



***

Trinidad estaba limpiando la celda de varios jóvenes de un sector del reclusorio. Estaba vestido únicamente con un delental corto de encaje blanco y una cofia blanca en la cabeza. Estaba desnudo y era la burla de los otros muchachos.



–Déjenla quieta que esa cachifita es mía–Gritaba La Jefa –Voy a mi cuarto así que te vienes conmigo negra– le dijo a Trinidad mientras le daba un golpe en la cabeza. Una vez en la gran celda de La Jefa que estaba rodeado de todas las comodidades, le dijo a Trinidad que se sentara al lado suyo.

–Ven aquí quítate ese delantal y pélame el culo mientras te meto esto– un consolador grueso de 23 centímetros –Cuéntame ¿qué quieres hacer con tu vida? ¿Cual es tu sueño?– Le preguntaba mientras le introducía por el ano el consolador a Trinidad, que se quejaba pero le gustaba. –Aaah, quiero operarme, quiero, quiero, ser una mujer de verdad. Quiero una vagina y tetas– Recibió una cachetada fuerte en la cara. –¿Cómo es la cosa? ¿Quieres volarte el guevo? jajaja que marica eres– Y le introdujo hasta el fondo el aparato hasta tenerlo todo adentro. –Me siento mujer Jefa, necesito el dinero y no lo tengo, es mi mayor sueño, ser una mujer–.



–Pues por algo caiste en este hueco negrita– le dió dos palmadas en la mejilla –Yo tengo el contacto que te puede ayudar pata tu operación perrita, pero eso va a costar y no solo dinero, pero vas a quedar reconstruída. ¿Y cómo te vas a llamar cuando tengas una cuca entre las piernas? Jajaja–No sé, es lo que menos me preocupa en este momento–Otra bofetada recibió de La Jefa –No te me pongas altanera que no te mando donde la persona que te va a ayudar.



–Tenemos que cuadrar para salir de aquí y reunirnos con el Capo mayor. Es mi jefe y a partir del momento en que te rúnas con él también sera tu jefe y ya no podrás escaper de este mundo, así que estás a tiempo de decider si quieres seguir  con esto–Quiero seguir, haré lo que sea con tal de conseguir esa operación–Ok negra. “te vas a arrepentir de lo que estás diciendo pero eso no es peo mio” pensaba La Jefa.



Dos días después en la tarde, salían del reclusorio La Jefa y Trinidad. –Regresamos mañana en la noche– le dijo La Jefa al celador dándole un rollo de billetes para que los cubriera. –Vamos a ir al Pullman, ¿Lo conoces?–Si– dijo Trinidad, –ahí con el peo de gente podemos hablar bien sin que nadie sepa y es un sitio neutron, estará el capo y un socio de él–.



–Caramba, caramba, mira a quien tenemos a aquí, si es Federiquito Anzola, coño mariquito, tienes el negocio montado en esa cárcel de menores, me gusta hacer negocios contigo y te voy a meter en unos más gordos. ¿Este es el negrito que me dijiste? ¿se quiere meter en el negocio?–Bueno no exactamente pero si está entusiasmado, pero como te dije quiere hacer otra cosa, explícale tú Trinitaria–Ya va disculpen voy al baño primero–.



–Hola Tabay ¿cómo estás?–Bien culito rico, ¿cuándo me como eso de nuevo?–Cuando se pueda, sabes que yo siempre quiero– Le decía Federico. –Mira Orinoco, antes que venga la negra esta, ella quiere cambiarse el sexo, págale su vaina fuera y la usas de mula, luego la despachas o la dejas trabajando por allá, en Europa les gustan las transexuales–Tranquilo que yo me encargo del negrito, primero me lo gozaré o nos lo gozamos si Tabay quiere–¡Claro que quiero! Un culito negro es rico también–.
–Mira carajito, me caes bien, tu historia de amor y dolor es conmovedora pero no me interesa, te voy a pagar la operación que quieres pero tienes que trabajar para mí. Te vas a ir a Colombia a ponerte last etas, yo te doy los contactos, la dirección y allá sabrán que hacerte. De ahí te vas a Sarrebruck en Alemania–Trinidad tenía cara de no saber de qué le hablaban–Tranquilo que las conexiones te las daré, te esperará gente y federales pagados para que no tengas problema de inmigración y aduana. Pero allá trabajarás como intermediario de mi mercancía con unos clientes franceses. Te van a utilizar por ser un chamo–Bueno señor yo tengo 16 años pero tengo documentos falsos que dicen que soy mayor de edad–Pues mejor, pero igual vas a recibir otra identidad cuando seas una niña, de eso me encargaré yo. Aunque no me responsabilizo de operaciones, eres menor de edad y no sé que complicaciones tendrá eso, eso es tu problema una vez allá–. Tranquilo señor, yo me encargo, yo solo quiero operarme y haré lo que sea para conseguir el cambio de sexo–. “Uy negrito voy a gozarte y a ponerte a parir en Alemania, serás el que pague los platos rotos allá” pensó Orinoco.

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