Tabay la cargó, subió las escaleras y la dejó tirada en su
cama. África sollozaba, aguantando el dolor de los golpes. –Todo esto lo
pudiste haber evitado si me hubieras dicho la verdad desde el principio…Me
ahorrabas los golpes y te pegaba un tiro en la cabeza y acabábamos con esto.
Pero ahora no se me antoja matarte, eres mi novia y voy a mantenerte viva–Le
dió un beso en la boca y antes de levantarse de la cama le dió otra fuerte
cachetada.
***
Trinidad estaba limpiando la celda de varios jóvenes de un
sector del reclusorio. Estaba vestido únicamente con un delental corto de
encaje blanco y una cofia blanca en la cabeza. Estaba desnudo y era la burla de
los otros muchachos.
–Déjenla quieta que esa cachifita es mía–Gritaba La Jefa
–Voy a mi cuarto así que te vienes conmigo negra– le dijo a Trinidad mientras
le daba un golpe en la cabeza. Una vez en la gran celda de La Jefa que estaba
rodeado de todas las comodidades, le dijo a Trinidad que se sentara al lado
suyo.
–Ven aquí quítate ese delantal y pélame el culo mientras te
meto esto– un consolador grueso de 23 centímetros –Cuéntame ¿qué quieres hacer
con tu vida? ¿Cual es tu sueño?– Le preguntaba mientras le introducía por el ano
el consolador a Trinidad, que se quejaba pero le gustaba. –Aaah, quiero
operarme, quiero, quiero, ser una mujer de verdad. Quiero una vagina y tetas–
Recibió una cachetada fuerte en la cara. –¿Cómo es la cosa? ¿Quieres volarte el
guevo? jajaja que marica eres– Y le introdujo hasta el fondo el aparato hasta
tenerlo todo adentro. –Me siento mujer Jefa, necesito el dinero y no lo tengo,
es mi mayor sueño, ser una mujer–.
–Pues por algo caiste en este hueco negrita– le dió dos
palmadas en la mejilla –Yo tengo el contacto que te puede ayudar pata tu
operación perrita, pero eso va a costar y no solo dinero, pero vas a quedar
reconstruída. ¿Y cómo te vas a llamar cuando tengas una cuca entre las piernas?
Jajaja–No sé, es lo que menos me preocupa en este momento–Otra bofetada recibió
de La Jefa –No te me pongas altanera que no te mando donde la persona que te va
a ayudar.
–Tenemos que cuadrar para salir de aquí y reunirnos con el
Capo mayor. Es mi jefe y a partir del momento en que te rúnas con él también
sera tu jefe y ya no podrás escaper de este mundo, así que estás a tiempo de
decider si quieres seguir con
esto–Quiero seguir, haré lo que sea con tal de conseguir esa operación–Ok
negra. “te vas a arrepentir de lo que
estás diciendo pero eso no es peo mio” pensaba La Jefa.
Dos días después en la tarde, salían del reclusorio La Jefa
y Trinidad. –Regresamos mañana en la noche– le dijo La Jefa al celador dándole
un rollo de billetes para que los cubriera. –Vamos a ir al Pullman, ¿Lo
conoces?–Si– dijo Trinidad, –ahí con el peo de gente podemos hablar bien sin
que nadie sepa y es un sitio neutron, estará el capo y un socio de él–.
–Caramba, caramba, mira a quien tenemos a aquí, si es
Federiquito Anzola, coño mariquito, tienes el negocio montado en esa cárcel de
menores, me gusta hacer negocios contigo y te voy a meter en unos más gordos.
¿Este es el negrito que me dijiste? ¿se quiere meter en el negocio?–Bueno no
exactamente pero si está entusiasmado, pero como te dije quiere hacer otra
cosa, explícale tú Trinitaria–Ya va disculpen voy al baño primero–.
–Hola Tabay ¿cómo estás?–Bien culito rico, ¿cuándo me como
eso de nuevo?–Cuando se pueda, sabes que yo siempre quiero– Le decía Federico.
–Mira Orinoco, antes que venga la negra esta, ella quiere cambiarse el sexo,
págale su vaina fuera y la usas de mula, luego la despachas o la dejas trabajando
por allá, en Europa les gustan las transexuales–Tranquilo que yo me encargo del
negrito, primero me lo gozaré o nos lo gozamos si Tabay quiere–¡Claro que
quiero! Un culito negro es rico también–.
–Mira carajito, me caes bien, tu historia de amor y
dolor es conmovedora pero no me interesa, te voy a pagar la operación que
quieres pero tienes que trabajar para mí. Te vas a ir a Colombia a ponerte last
etas, yo te doy los contactos, la dirección y allá sabrán que hacerte. De ahí
te vas a Sarrebruck
en Alemania–Trinidad tenía cara de no saber de qué le hablaban–Tranquilo que
las conexiones te las daré, te esperará gente y federales pagados para que no
tengas problema de inmigración y aduana. Pero allá trabajarás como
intermediario de mi mercancía con unos clientes franceses. Te van a utilizar
por ser un chamo–Bueno señor yo tengo 16 años pero tengo documentos falsos que
dicen que soy mayor de edad–Pues mejor, pero igual vas a recibir otra identidad
cuando seas una niña, de eso me encargaré yo. Aunque no me responsabilizo de
operaciones, eres menor de edad y no sé que complicaciones tendrá eso, eso es
tu problema una vez allá–. Tranquilo señor, yo me encargo, yo solo quiero
operarme y haré lo que sea para conseguir el cambio de sexo–. “Uy negrito voy a gozarte y a ponerte a
parir en Alemania, serás el que pague los platos rotos allá” pensó Orinoco.
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