miércoles, 3 de julio de 2013

PECADO CAPITAL 3. Pereza

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Atabapo como pudo se levantó  y poniéndose la mano en el pene para detener la hemorragia salió del baño, pero una vez afuera se desploma. La gente del local llama a una ambulancia y lo tienden mientras esperan. En la clínica terminaron de quitarle el prepucio, 10 días de reposo, declaraciones en la policía, retomó  a los 15 días su trabajo en la iglesia.



***



Macuto ya llevaba casi 3 semanas en su nuevo trabajo, ya estaba aburrido y con mucho sueño, pensaba que iba a ser más sencillo ser la mano derecha del jefe que sacar números y cuadrar cifras.



–Coño sifrinito, ¿a quién le diste culo pa que sacara a la mami que estaba aquí y te pusieran a ti?–A nadie, me hicieron una entrevista y quedé en el cargo guevón–Aaay mariquito, deja el insult que aquí tengo una navajita pa redibujate esa carita majunche, en cualquier momento te doy palo de nuevo, ¿no hay nada pa mi?–Toma, todo esto es para entregarlo en la mañana y este lote en la tarde, tienes que salir ya–Si jefa, lo que usted diga jejeje–



Suena el teléfono.–Ven a mi oficina–Le dice Berlín a Macuto. –Que ladilla, este carajo quiere tirar otra vez– pensaba Macuto. –Voy al despacho–Ay papa te van a dar lo tuyo jeje–. Macuto entra al despacho –Hola–Quítate los pantalones y ponte en el escritorio de pie pero acuesta el cuerpo boca abajo.

Macuto se quitó los pantalones y se disponía a quitarse la camisa. –No, no, no la camisa no, ponte ahí– Sacó un consolador de 9 pulgadas y grueso con vibrador, le puso un condon y lo llenó de lubricante. Coromoto que estaba afuera se acerca a la puerta y pega la oreja para escuchar, pero no oye nada y decide abrir lentamente la puerta.



Berlín iba pasando el consolador por el ano de Macuto sin meterlo, quería dilatarlo. Lo alza un poco más en el escritorio y le quedan las piernas colgando sin tocar el piso. Poco a poco va introduciendo el consolador mientras Macuto casi dormido sin sentir nada, no se movía. Coromoto estaba dentro de la oficina pero lo astante lejos para que no se dieran cuenta que estaba ahí, ambos estaban de espalda.



Metió completo el consolador y empezó a moverlo, de vez en cuando lo scaba par aver que tan dilatado estaba el ano, volvió a introducirlo junto con su pene, una doble penetración que Macuto no sintió, no movió ni un músculo. Coromoto ya tenía su pene afuera y se estaba masturbando, se relamía mientras veía, lo poco que podia por el ángulo que estaba ubicado. Se acercó un poco más y se puso hacia la izquierda de ellos pero a una distancia en la que no lo podían ver todavía.



Berlín penetraba a Macuto solo con su pene y de momentos introducia el consolador activando la vibración. –Jefe– Coromoto habló y Berlín brincó del susto. –¿Qué coño haces aquí?, salte–No, no, no mi pana déjame ver, quiero ese culito viejo–Espera que apenas comienzo–Soltó el consolador y comenzó a embestir a Macuto que seguía inmóvil. Mientras lo penetraba con sus dos manos abrió sus nalgas invitando a Coromoto a que lo penetrara a él. –Aaaaaay vale el panita es jevita le gusta que le den, pues yo le daré–Pensaba mientras se bajaba el pantalón y el boxer.



Berlín se colocó lubricante en el ano esperando ser penetrado por su motorizado. –¿Te pusiste condón? Preguntó Berlín mientras el motorizado ya lo tenía penetrado –Claro panita yo me cuido–mintió–Solo tenía la mitad de su pene adentro cuando agarró a Berlín por los hombros con todas sus fuerzas y lo penetró completo, lo que hizo que pegara un grito seco. –¡Coño! Despacio–Aguanta cabrón–unos instantes más y Coromoto le pidió para penetrar al muchacho, Berlín se retiró y el motorizado comenzó con Macuto –Guevón no tienes puesto el condón–Se habrá quedado en tu culo, revisa–Agarró por los hombros a Macuto y deslizó hasta el fondo su pene y no para de golpearlo duro. Macuto reaccionó ante el dolor pero el otro le bajó la cabeza. –Quietico papa que no acabo todavía–.



El jefe de ambos contemplaba como penetraban a Macuto y le dio un morbo todo aquello, tomó el consolador y se fue detrás de Coromoto para introducirle el aparato. Apenas sintió algo entre sus nalgas, Coromoto soltó a Macuto se volteó y agarró a Berlín –QUÉ COÑO TE PASA MARICON A MI NO ME VA A TOCAR NI METER NADA POR EL CULO MAMAGUEVO– Le dió un puñetazo que hizo tambalear a Berlín sin caerse. Coromoto se vistió y salió de la oficina dejando a los otros aturdidos.



Coromoto salió de la oficina pero su pene seguía en erección y necesitaba descargar, bajó un piso y fue donde una secretaria amiga. –Ven mami, acompáñame al baño–No puedo, estoy trabajando–La jaló del brazo y la metió en el baño, la empujó a la pared, le subió la falda y apartó hacia un lado el hilo que cargaba. Tomó su pene, ubicó la vagina y la penetró. La secretaria comenzó a gritar del dolor y Coromoto le tenía tapada la boca. Unas cuantas sacudidads contra la pared y el motorizado derramó su semen fuera de la vagina.



Los hilos del líquido bajaba por el muslo de la muchacha que quedó adolorida, se sentó en el piso mientras se le pasaba el dolor. Coromoto quería más.

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