SEXORAMA. Sexo y drogas.

Mientras esperaba a un amigo en Bellas Artes para ir al café Rajatabla, entré un momento al Caracas Hilton a dar una vuelta. Caminando por los pasillos se me queda viendo un hombre alto medio calvo, de buen porte, volteo a ver si me seguía mirando  y efectivamente, se detuvo y me acerqué.

Nos saludamos, me dijo que era sobrecargo en una línea aérea comercial, peruano. Me invitó a su habitación y como mi amigo iba retrasado pues me daba chance de una escapadita.

Subimos y el cuarto estaba en desorden, la maleta abierta y los dólares encima de la ropa como si nada. Comenzamos a besarnos, nos desvestimos y empezó a meterme mano por todos lados hasta que me llevó a la cama. De la mesita de noche sacó un condón y un frasquito pequeño color ambar de esos que traen pastillas muy pequeñas, que este no era el caso.

“¿Quieres un poco?” –“no se qué es…” –“es Popper, esto te va a poner a mil”. Y con las mismas lo inhaló en cada una de sus fosas nasales como si fuera un descongestionante, no me volvió a ofrecer pero a los segundos estaba como endemoniado y eufórico “Ponme el condón que quiero metértelo ya”  se lo coloqué y me sentó en su guevo y empezó a moverse con fuerza, más de lo normal como si le hubiesen inyectado adrenalina: “Coõ que buena cogida! Te gusta? Ah te gusta?,  me tienes excitado!!!!! Wao que culo, quiero seguir! La verdad es que la tirada fue muy buena, el hombre tenía energía como para 5 tiradas. Me volteó, me puso en 4 y siguió dándole. “me tienes excitado, lo tengo tieso! Quieres más? Te gusta?” yo a todas estas decía si, si si, estaba un poco nerviosos con tanta eufória del tipo pero me encantaba. “Voy a acabar carajo!!! Voy a acabar!” repitió varias veces antes de acabar hasta que me agarró con fuerza por el cabello y supe que estab soltando todo aquello. Me dolió el jalón.

Cuando vi aquel condón, estaba sorprendido de la cantidad de semen que salió de ese guevo!.

Se relajó, ya más calmado me dio su número de cel, su correo y quedamos en mantener el contacto para vernos a su regreso el próximo mes, mantuvimos el contacto varias semanas, luego se desapareció. Mi amigo ya habia llegado y yo salía con el cabello aun húmedo…

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 En una reunión de amigos en un restaurante, llega otro de la oficina con un par de personas más, a presentarlas eran unos colombianos que venían a hacer un trabajo para la empresa a la cual trabajo, nos pusimos a hablar un buen rato, nos dimos los números telefónicos.

Me tenía que ir pero quedamos en comunicarnos pues el se quedaba unos días en Caracas. Y así fue, lo llamé y cuadramos para subir al Ávila pero estaba cerrado el teleférico. Nos fuimos a cenar y luego al hotel donde se estaba quedando.

Charlamos un rato y de repente sacó un extraño cigarro y me ofreció: “Quiéres? – “Qué es? – “marihuana, lo has probado? –“No” – “Bueno, dale dos jaladitas y ya para que lo pruebes”

Lo probé y me gustó, me sentía en las nubes, el seguía fumando hasta que lo terminó. Yo estaba en otro mundo, ni me enteré cuando me desvstió y empezó a cogerme, darme duro y me volteaba, me ponía como el quería y yo feliz y excitadísimo! “A que lo estas pasando bien?” –“Siii, quiero fumar más” ya yo no sabía ni que decía pero ese hombre seguía congiendome, en una cama, en la otra, en la silla, de pie, en la ducha, en la poceta, su guevo no se bajaba, mis ganas tampoco. Y el seguía, fue el polvo más largo de mi vida y encima drogado. Hasta que el hombre acabó y sí como acabó se limpió con su mano y se metió todo eso en su boca.

Nos duchamos, y nos acostamos, hablamos un rato y luego nos quedamos dormidos, a la mañana siguiente repetimos, esta vez sin sustancias psicotrópicas y fue igual de bueno, no tan intenso pero muy bueno. Me regaló un collar de recuerdo que tenía puesto. Hasta el sol de hoy seguimos en contacto via msn, no nos hemos vuelto a ver en persona.

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 Casi un año detrás de un carajo para tirar con él hasta que un día me llama y me dice que me busca donde este para ir a su casa. Efectivamente, me bscó y me llevó a su casa, vive lejos y montado en la montaña. Eso fue llegar y desvestirnos, su pene normalito, sin muchas pretensiones, él, algo velludo, flaco, conocido, muy conocido.

Nos besamos un rato, tirados en la cama abre la gaveta de la mesita de noche y saca un frasco parecido al de aquel sobrecargo que se dio un paseo por las nubes. “Has probado el Popper” –“No” –“Bueno vas a inhalar muy poco porque no estas acostumbrado, pero te vas a sentir muy bien, luego tendrás un dolor de cabeza que se te va a ir quitando”.

Bueno, lo inhale, poco y fue suficiente como para sentirme el rey del mundo, el también lo inhaló pero si se dio duro. Empeó a mamármelo un buen rato como si comiera helado, luego me levantó las piernas y de una sin mediar palabras lo metió. Con la emoción por inhalar aquel frasquito yo sentía que me cogía un gorila, pero no, este resultó un mala cama que se movía lo necesario para poder eyacular, que fue a los poquísimos minutos…me lo sacó y acabó sobre mí al igual que yo, me restregó aquel lechero de ambos por toda mi barriga.

Nos duchamos y mientras nos vestíamos me dice: “ ¡Fue corto, pero estuvo muy bueno!” yo le dije “si…” no me quiero imaginar si no hubiese probado el popper….tardamos más en llegar a su casa que él cogiéndome.