viernes, 8 de septiembre de 2017

DE REPENTE TU 10. Capítulo 11


Las vueltas que da la vida.



María Antonia no paraba de caminar en la sala de espera de la clínica,  Jaime escribía por el celular mientras tomaba un vaso grande de café.



–Tranquila señora, todo va a salir bien. –Decía Diego que en su cara se reflejaba el susto.

­–Igual me preocupo joven, es mi hija.

Jaime se acercó a ambos. –Mira carajito, ¿tú eres normal?  ¿Eres hombre, tienes tus bolas y guevo entre las piernas, no eres gay?.

Diego arrugó la frente, no entendía la pregunta del policía.

–Sí, sí…soy heterosexual, pero no sé a que viene eso, no entiendo.

–No le hagas caso a este troglodita.

–¿Te vas a hacer cargo de mi hija y su bebé?.

–Si ella me lo permite, lo haré con gusto, vivo con ella.

–¿Qué? ¿estás viviendo con mi hija? O sea viven tres personas con ella, ¿qué es esto, una orgía?

Diego no entendía nada de lo que hablaba Jaime, María Antonia se puso detrás de él y le puso las manos en los hombros.

–Jaime, escucha, Yovana y Clemente ya no viven con Esperanza, comparten apartamento Diego y ella.

–¿Y por qué siempre soy el último en enterarme de todo?

–Porque te pones bruto cada vez que se te cuenta algo, es mejor que no sepas.

–¡Qué bonito María Antonia!



Se escuchan las puertas batientes del quirófano y sale el doctor quitándose la gorra, el primero que corre es Diego.

–¡Todo bien! un hermoso varón de 3 kilos y 51 centímetros.

–Espero que no sea gay. -María Antonia le lanzó una mirada fulminante, Diego estaba sorprendido de la actitud de su futuro suegro.

–¿Podemos verlo?

–Si, espere unos minutos y van al Retén, si quieren pasen a ver a la madre.

–¿Puedo pasar yo primero a verla?

–Mira carjito, la que está ahí dentro es mi hija y… -María Antonia le puso la mano en el hombro y vio a Diego. –Entra, nosotros vamos a ver a nuestro nieto y luego entramos.



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Yovana se había mudado a casa de Fabián. Primero porque así cuidaría del hijo del muchacho pero también porque ambos comenzaban a tener algo parecido a una relación, aunque Fabián estaba confundido pensando que era gay, Yovana le explica la situación.

–El amor y el sexo es universal y libre, no te encasilles y te etiquetes, ¿estás bien y cómodo conmigo? ¿Disfrutas del sexo conmigo?

–Si, bueno, no me quejo, de verdad me encanta, pero es que…

–Entonces relájate, no dejes que la sociedad y te diga lo que eres, eres un hombre que vive con otra persona y disfrutan del sexo y el estar juntos..

Unos segundos de silencio y Fabián habló.

–¿Tú tienes pensado operarte? Si es por dinero yo te pago la operación.

–No está en mis planes a corto ni mediano plazo, la verdad que no pienso en eso. No me quita el sueño, pero creo que a ti si.

–Bueno, no, es que…me gusta una vagina, tú me entiendes…

–No voy a operarme para complacerte Fabián, eso lo tengo muy claro, así que dime de una vez si seguimos juntos o no.



Fabián tragó saliva y la vio a los ojos y por unos segundos en silencio se quedó mirándola fijamente.

–Vamos a dejar que las cosas fluyan, de momento me gusta lo que estoy viviendo contigo y mi hijo.

–¿Ah si?  ¿Te gusta? ¿Y esto te gusta? –Se agachó mientras desabotonaba el bluyín y sacaba el pene del interior. Comenzó a mamarlo, Fabián se estaba excitando y su pene lo delataba. Su piel se erizó mientras contraía los músculos del abdómen. La conversación que habían tenido lo había excitado y no creía poder aguantar mucho para correrse.

–¡Aaaaay Yovana espera que me vengo! –Ella lo vio a los ojos mientras sentía como su boca recibía aquel líquido caliente y espeso.



____________



–¡Holaaa! –Diego entraba a la habitación, Esperanza apenas sonreía.

–¿Cómo te sientes?

–Agotada, no sabía que parir era tan duro.

–Bueno fue parto natural, eres una valiente. –Se le acercó y le dio un beso en la boca. –Conocí a tu papá, es un señor muy particular.

–Es un señor del siglo antepasado. Ya me imagino que te habrá dicho.

–Me preguntó si era gay, bueno primero si yo tenía bolas y guevo, jajajaja que loco.

–Eso es por Yovana, él la conoció. No le hagas caso.

–Hay algo que me sorprendió, cuando salió el médico diciendo que ya habías dado a luz tu papá le dijo “ojalá no salga gay”.

–Ay mi papá es un retrógrado, ¿mi mamá no le dio una cachetada?

–Bueno, creo que estaba a punto, pero lo miró con cara de odio, tu papá es bien homofóbico.

–Es que sus hijos son gais, su hijastro es gay, su exyerno es gay y bueno yo que salí con Yovana…entonces él se descolocó y embruteció.

–Verga, disculpa lo que te voy a  decir pero la vida lo castigó feo jejejejeje.

–Que quieres que te diga…mi mamá tiene que lidiar con eso.



Diego le pidió permiso a la enfermera para llevar al niño a la habitación y entregárselo a su madre, lo acompañaban sus suegros. Lo sostenía en brazos y la sonrisa no se le iba de la cara, se lo pasó a Esperanza que comenzó a llorar.

–Dale el pecho muchacha, ya es el momento. –Le dijo la enfermera que se sonrió y se retiró.



–¿Será que este carajito le pondrá los pies en la tierra esta niña?

–Yo creo que sí, míralos, se ven hermosos, dame te tu celular que no traje el mio con la apuradera.

–¿Para qué?

–Quiero tomarles una foto mira esa imagen, dame.



Ya en la noche, Diego, que se quedó en la habitación con Esperanza, se despertó con el llanto del bebé, se levantó y lo puso junto a su madre para darle pecho.

Al terminar de comer, Diego se fue al sofá a buscar algo en su chaqueta y regresó a la cama de Esperanza.



–Ahora que el bebé se durmió quiero decirte algo.

–Estoy cansada Diego, ¿puede ser mañana?.

–No, ahora. -Metió la mano en su bolsillo y sacó una cajita. –Quiero ser el papá de Jaime porque quiero casarme contigo.-Abrió la cajita y se la puso frente a ella que se tapó la boca sorprendida.

–No, esto no podía esperar a mañana…¡Estás loco!

–¿Eso es un sí o un no?

–Acepto, acepto, acepto, me caso contigo. En cuanto a lo otro, eso es más delicado, Yovana es la madre del bebé también y tiene derechos.

–Podemos hablar con ella y me ceda ese privilegio, aunque ella no se desentienda del bebé, puede ayudar con la manutención, seguirá siendo su padre, madre, perdón.

–Hablaremos con ella cuando ya estemos en casa mi amor.

Un beso selló el compromiso.



Al día siguiente con la visita de Jesuscristo, se enteró el resto de la familia de la próxima boda.



Cuando llegaron a casa de María Antonia para quedarse ambos las primeras semanas ahí, se encontraron con la sorpresa que su hermanos María Julieta y José Arturo estaban en casa con sus respectivas parejas Maikol Jackson y Keiny.



–Mi hermanita consentida con el permiso María Julieta aqui te doy mi regalo por hacerme tío y el regalo de bodas, de una vez. -Un sobre con varios billetes verdes nada despreciables. Diego abrazó a su cuñado.

María Julieta hizo lo mismo y le entregó otro sobre. Maikol Jackson cargaba al bebé, Diego estaba sorprendido de ver a su cuñada de extrema palidez con un hombre que no se veía hasta que mostraba los dientes.



Los esperaba un almuerzo familiar, ya la amplia mesa estaba dispuesta para recibirlos a todos.

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