martes, 5 de septiembre de 2017

De Repente Tú 10. Capítulo 8

Papá soltero.

Fabián ya se sentía más cómodo en su faceta como padre. Su parte sentimental la tenía aparcada en algún lugar de su mente y corazón.
Gerónimo ya tenía casí seis meses, logró que Carolina le firmara los papeles para traspasarle la custodia total del niño y ella desentenderse de todo. Ahora planificaba el bautizo, ya estaba algo retrasado.

Tomó el coche, montó a Gerónimo y se fueron a la calle. Tenía meses que no veía a María Corina y se aventuró a ir a su casa, sudaba frío y estaba un poco nervioso. Tocó el timbre.

–¡Hola! Fabián ¡que sorpresa! ¿Qué hace usted aquí?
–Ya ves, si usted no me llama ni me busca, yo vengo donde usted está. ¿Hice mal? ¿interrumpo algo?
–No para nada, de hecho estoy sola, Tom llega más tarde pero entre, entre.

Fabián entró con el coche y María Corina no aguantó y cargó al bebé.
–Usted no me hable que no sabe de mi, usted ha venido a buscar a la niña.
–Pero no estás tú, me la entrega Tom ¿Cómo estás Maria Corina?
–Bien trabajando, dedicada al hogar y a mi niña. Vaya a verla está en el cuarto dormidita.

Fabián entró a la habitación, vio a su hija y le acarició la mejilla y le dio un beso en la frente y salió.
–Estoy aquí por dos razones, más bien tres, ver a mi hija aunque no es el día pero sé que tú no tienes problema con eso, verte a ti que siempre es un aire fresco para mi vida y para esto, toma.
Le entregó un sobre con la invitación para el bautizo de Gerónimo.
–¡Ay muchas gracias Fabián! Ahí estaremos con mucho gusto. Yo también tengo algo que entregarle, ya que está aquí.

A Fabián le comenzó a latir el corazón rápidamente, galopaba en su pecho. Se imaginaba lo que le iba a entregar y no quería recibirlo.
–Tome, la invitación a mi matrimonio.
–¿Qué te hace pensar que quiero ir?
María Corina dio un paso hacia atrás y su rostro se contrajo borrando la sonrisa que tenía.
–Disculpe Fabián…no pensé que…yo no…lo siento.
–No seas tonta , claro que ahí estaré, eres la madre de mi hija y si tú eres feliz yo soy feliz.
Se miraron a los ojos y Fabián se abalanzó hacia ella y le dio un beso en la boca pero  María Corina lo separó al segundo de besarla.
–No Fabián no, por favor, no haga eso.
–Perdón, perdón, perdón, no me contuve…es que tú…es que yo…te…-Se detuvo.
–Usted se tiene que ir Fabián.

Se escucharon unas llaves e inmediatamente se abrió la puerta. Era Tom.
-Hola buenas tardes mi amor ¿cómo estaaaa….s? Holaaaa Fabián, ¿qué haces aquí? Hoy no te toca buscar a Fabiana.
–Hola Tom, lo sé, descuida, vine por otra cosa.
–¿Qué otra cosa? ¿Para que vienes hoy que está sola María Corina?
–Ya Tom pero es que yo no sabía que estaba sola, de hecho vine para hablar con los dos, para invitarlos al bautizo de mi hijo, María Corina tiene la invitación.

Tom vio a María Corina que le mostró el sobre encongiendo los hombros, Tom bajó la mirada y cerró los ojos.
–Disculpa Chamo, hoy tuve un día de perros. –Se acercó al coche y se agachó. –Hey campeón pero tú si estás grande. ¿Ya viste a tu hermanita?
–No Tom la niña duerme.

–Bueno, yo los dejo.
–Hasta luego Fabián, voy a ver a la niña y acomodar las cosas para bañarla.
–Chao María Corina.
Tom acompañó a Fabián a la puerta.

–Te voy a pedir que la próxima vez llames antes de venir y solo vienes si estoy yo aquí.
–¿Aún tienes miedo que te la quite?
Tomo sacó su arma la cargó y se la puso en el cuello.
–Tengo miedo de que se me escape una bala y mate al padre de mi niña. Vienes cuando yo esté aquí.
Fabián tragó grueso y se quitó el arma del cuello.
–Si no confías en tu mujer es mejor que no te cases con ella.
–Sal de aquí antes que te  saque a patadas.
–Tom, entiéndelo yo no quiero nada con María Corina, lo que me una a ella es nuestra hija más nada. –Salió del apartamento y se fue al ascensor, tocó el botón y esperó. Tom salió del apartamento.

–Olvida lo que acaba de ocurrir Fabián, no debí amenazarte, discúlpame.
–Tranquilo, te entiendo, yo sigo enamorado de María Corina, tú lo sabes y no tengo porque engañarte, pero no voy a hacer nada por joder tu relación, yo estoy dedicado a mis hijos.

Tom extendió su mano, Fabián se la dio y zanjaron la discusión con un apretón de manos.

_____

Llegó al apartamento y llamó a la muchacha que cuida a Gerónimo para que se quedara cuidando al niño mientras él salía a la calle.

–Encárgate del chamo mientras yo me ducho para salir.
–Dale, le doy de comer y lo acuesto, te puedes ir tranquilo yo me quedo hasta mañana.

Luego de 20 minutos en el baño, Fabián salió con la toalla en la cintura y fue a la habitación de su hijo. Ya estaba dormido y la chica acomodaba una ropa. Fabián en el marco de la puerta la observaba.

–¡Ay Fabián que susto! ¿qué haces ahí parado? Ya se durmió, cayó rendido.
El muchacho la tomó del brazo y la acercó a él. Aún con el cabello y el cuerpo mojado acercó su cara a la de ella.
–Quiero hacerte el amor.
–La chica se puso nerviosa. –¿No te tienes que ir?
Fabián se soltó la toalla. –Tócalo.
Ella lo tomó en sus manos mientras se besaban y él le desabotonaba la blusa.
–Vamos al cuarto. –Fabián le arrancó el sostén y la tumbó en la cama.
–Esto no lo debemos hacer Fabián.
–¿Por qué? Yo estoy soltero y tú también y desde hace tiempo te tengo ganas.
–Si, pero es que hay otra cosa yo…
Fabián le desabrochó el pantalón y metió su mano en  su entrepierna.
–Quiero cogerte…-Su mano y su cuerpo quedaron inmóviles, el muchacho vio a la chica a los ojos, ella sonrió nerviosamente.

Sacó su mano rápidamente y se levantó de la cama buscando la toalla.
–Perdón, perdón, mierda, coño. Yovana perdón, no sabía, que pena.
–No chico, que pena, tranquilo, no sabías.
–¡Qué tonto, me siento un estúpido!
–Hey, no te pongas así vale, tampoco es el fin del mundo, es un pene más nada.
–No vale, no es eso, es mi actitud, te agarré y te besé, me quité la toalla y así sin más queria tirar contigo y me encuentro con esto y me hizo pisar tierra. No tiene nada que ver con seas trans, más bien te admiro Yovana.
–Gracias Fabián.

Fabian se colocó la toalla y se sentó en la cama.
–¿Eres tan prejuicioso que no tendrías sexo con una mujer trans?
–Te confieso que nunca me había pasado esto, pero me atraes, no suelo tener sexo por tenerlo a menos que me guste la persona y tú me gustas, jejeje pero..contigo sería distinto.
–Si, por detrás, ¿nunca has penetrado a una mujer por el culo?
Fabián se puso rojo de la pena y se limitó a sonreir. Yovana se acercó  y lo besó en la boca apartando la toalla. –Ya lo tengo nuevamente en mis manos, ahora quiero que lo metas donde ya sabes.
–Voy abuscar un condón.
–Toma. –Sacó un preservativo del bolsillo. –Yo te lo pongo.
Se lo colocó, se agachó y escupió el pene del muchacho. Yovana se levantó y se desabrochó el panatalón para luego bajárselo y quitárselo. Fabián la miraba, no le quitaba la mirada de su entrepierna y a pesar de eso su erección no se iba pero estaba nervioso.
Yovana  se llevó su mano a la boca y derramó saliva para luego colocarla en su ano.
–Quédate ahí sentado, yo hago el resto. –Se montó encmia  de Fabián que estaba sentado al borde de la cama, ella tomó el pene y lo dirigió a su ano para comenzar a meterlo poco a poco.

Una vez que lo tenía completamente dentro de ella, Fabián se levantó de la cama alzándola. Sus pechos rebotaban en la cara del muchacho que comenzó a moverla para luego acostarla en la cama y continuar con el sexo.
Yovana se sujetó sus piernas trayéndolas hacia ella, Fabián se montó sobre ella para penetrarla por completo al tener expuesto su ano.
–No sabes como estoy disfrutando esto Fabián, sigue.
–Se siente muy bien. –Fabián notó que el pene de Yovana estaba levantando, se impresionó pero volvió a concentrarse en lo que hacía.
–¿Quieres masturbarme? Agárralo. –Le dijo Yovana.
El muchacho lo tomó entre sus manos, era la primera vez que tenía un pene en sus manos y no era el de él. Comenzó a masturbarla mientras seguía moviéndose, esta vez más rápido y más fuerte. Mientras más le daba, más se excitaba. Yovana gemía mientras veía a los ojos a Fabián que le había cambiado el rostro.
–Sigue, sigue, estoy a punto dale, DALEEE.

Yovana se corrió y el semen cayó en el pecho de Fabián que al sentir el tibio líquido se vino el dentro de ella lo que hizo que pegara un par de gritos hasta que se detuvo y se tumbó sobre ella
–Wao…wao, wao wao.
–¿Ese wao es bueno o malo? –Preguntó Yovana.
–Muy bueno chama, muy bueno.
–Jajajajajaja me encantó. ¿Te confieso algo?
­–Aah…dime, verga estoy agotado…
–Quería que esto pasara y desde hace mucho y no me arrepiento.
–Que bien.
–Te tienes que ir a tu compromiso.
–No, no voy a ir, quiero descansar un rato y darle una vez más y luego otra.
–¿Ah si? ¿quieres?
–Si, quiero.

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