–Take the money, it's on the table. You were awesome.
–Thank you, when we like, we repeat.
–Get out.
Gilberto tomó el dinero y salió de la habitación del hotel.
Con todo el dinero que había ganado, logró, sin que el proxeneta se enterara, sacar de nuevo su pasaporte en el consulado y poder irse a su país, para luego tomar otro rumbo.
Luego de una semana preparando todo, ya estaba en el aeropuerto, bajándose del taxi, se consiguió con aquel taxista que lo había metido en el negocio de la prostitución, logró evadirlo pero ya se había dado cuenta de quien era. Se fue a chequear, al terminar se le acercó.
–Oye ¿y tú para dónde pretendes irte? Tú no puedes irte, tienes un compromiso.
–Lo siento, me voy a mi país, mira, ya tengo pasaporte, ups. –Pasó inmigración dejó al taxista parado frente a la entrada.
Se hospedó por unos unos días en casa de un amigo mientras conseguía apartamento en alquiler, habló con varios amigos y cuadró una sesión de fotos, montó una página web y la lanzó. Se promocionaba para encuentros sexuales VIP para empresarios y gente de alto poder adquisitivo. El twitter era otra red social que utilizaba para promoción y así poco a poco iba capatando clientes.
______
Emilio estaba a horas de salir del centro de salud para comenzar una nueva vida. Ernesto regresaba a la isla para buscarlo y regresar juntos al país.
–Se acabó la pesadilla, ya estoy libre, limpio y sano.
–Así es mi amor, listos para comenzar una vida juntos.
Emilio se quedó callado.
–¿No te parece una buena idea formalizar lo nuestro y vivir juntos?
–No es eso, es que en este momento no quiero saber de parejas, de novios, quiero estar solo. Y si te soy sincero quiero tener sexo.
–Aquí estoy yo para lo que quieras. De todas maneras de momento tendrás que vivir conmigo mientras te estabilizas. Mira esto, para esta semana tienes un par de entrevistas, envié tu curriculum a algunos colegios y a empresas para dar clases de inglés. Estoy esperando respuesta de otros sitios pero ya te encargarás tú de eso.
–Gracias Ernesto…has sido de gran ayuda todos estos meses. Disculpa por lo que te dije antes.
–Tranquilo, te entiendo. Ahora tenemos que hacer muchas cosas cuando lleguemos.
–Si, pero antes quiero hacer algo que para mi es importante y lo quiero hacer mañana, ya cuando estemos en tu apartamento.
–Ok, ok, no hay problema.
Ernesto llevó a Emilio en el carro donde le había dicho.
–¿Estás seguro de hacer esto?
–No, pero es algo que tengo que hacer, espero que todo salga bien.
Emilio, más delgado que hace unos meses y ahora con el cabello corto y más canoso, tocó el timbre en el apartamento de Pablo. Era sábado.
Pablo miró por el ojo mágico, a primera vista no reconoció a Emilio pero abrió la puerta con la reja cerrada.
–Buenos días ¿qué desea?
–Hola Pablo, creo que no me recuerdas, soy Emilio, profesor y amigo de…Cristo.
–¿Qué haces aquí? –Pablo visiblemente sorprendido abrió la reja y lo vio de arriba a abajo.
–Me dieron el alta en Cuba, regresé ayer y quería venir para acá a hablar con Cristo y bueno, contigo también.
Pablo algo aprehensivo lo dejó pasar.
–¿Está Cristo?
–Si, ya le aviso, siéntate, ¿quieres tomar algo? Café, jugo, agua, cerveza.
–Agua está bien.
–Mi amor, afuera está alguien que quiere verte.
–Estoy terminando el juego novio, espera.
Pablo desconectó el Play Station. –Es importante amor, sal y habla con él
–Ay pero quien es que me tiene que apagar el juego, le hubiese puesto pausa.
–Ve a la sala por favor.
Jesucristo llegaba a la sala tras él, Pablo que se detuvo en el camino. El chico al ver a Emilio se impresionó y no pudo aguantar las ganas de llorar. El profesor tampoco pudo evitarlo.
Se abrazaron.
–Perdóname Cristo, mil veces perdón por todo lo que te hice, sé que no me va alcanzar la vida para reparar lo que hice.
–Tranquilo profe, lo perdono, lo importante es que ya esté recuperado y listo para empezar de nuevo. –Jesucristo se limpiaba las lágrinmas con sus manos. Pablo tenía un nudo en la garganta.
–Pablo, acércate. Gracias y perdón.
–¿Gracias por qué?
–Por salvarme, me descolgaste antes de morir, antes de cometer esa locura.
–No es nada, era mi deber, también te perdono Emilio. Lo importante de todo esto es que superaste tus problemas, los dejaste atrás y ahora vuelves a hacer el de hace unos años.
Pablo lo invitó a que se quedara y almorzara con ellos pero le dijo que Ernesto, su amigo lo esperaba abajo. Le dijo que subiera para almorzar todos juntos.
Ya en el apartamento de Ernesto de nuevo, Emilio tenía otro semblante, estaba más relajado y tranquilo.
–Mañana me toca trabajar así que te puedes quedar aquí y organizar tus cosas, tienes internet, te dejo un dinero en efectivo y en tu cuenta te transferí un dinero para que puedas manejarte. Recuerda que el martes tienes una entrevista y el miércoles la otra ¿ok?
–Ayúdame a escoger la ropa para el martes.
Pasaron la mañana seleccionando la ropa y luego se fueron al cine.
En la noche Emilio no aguantaba y lo tomó a la fuerza, pero permitiéndoselo Ernesto, y lo lanzó a la cama para tener sexo.
–No me importa si no te gusta pero te voy a violar.
–Adelante.
Emilio lo tomó del pelo, lo arrodilló en la cama, le colocó lubricante hasta empapar el ano y luego comenzó a penetrarlo sin delicadeza. Empujó y lo halaba del cabello, cada empujón hacía que el golpeteo de la piel y el lubricante hiciera un sonido que lo enloquecía más y le daba con más fuerza. Tomó las nalgas y las abrió para ver mejor como entraba su pene que brillaba con el gel. Sacaba por completo el pene y veía lo dilatado del ano de Ernesto y lo enloquecía.
Sudaba copiosamente, su cara estaba enrrojecida. Volteó a Ernesto y ahora frente a frente lo volvió a penetrar tomándole su pene y masturbándolo mientras lo tenía penetrado.
–Me vengo, me vengo.
–Espérame para venirnos juntos. –Le dijo Emilio.
Y así fue ambos acabaron a la vez, Ernesto sobre su abdómen y Emilio entre las nalgas de este. Restregó el pene junto con el semen y volvió a penetrarlo hasta que el pene perdió rigidez. Se durmieron.
La mañana siguiente, y luego de meses de estar levantándose antes de las 6 de la mañana, abrió los ojos a las 10. Desayunó y se metió en internet para revisar su correo.
Su ganas de sexo pudieron más y comenzó a entrar en páginas para buscar hombres y tener sexo en hotel o domicilio.
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Revisó su cuenta para chequear que tenía dinero para hacerle la transferencia. Cuadraron el hotel y la hora y Emilio salió al encuentro.
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