jueves, 31 de agosto de 2017

De Repente Tú 10 Capítulo 4


La vida es dura.

Esperanza estaba llevando el embarazo de la peor manera; vómitos, mareos, piernas hinchadas. No estaba en su mejor momento. Ya se había cumplido el plazo para hacerse la prueba de ADN para saber quien es el padre de su bebé.

Mientras estaba en la Universidad recibe un mensaje en su celular.
–<Hola preciosa, ¿cómo estás?  Disculpa el abandono y el haberme ido sin decir nada pero es que he regresado para saber de ti y del bebé>
–<Hola, estamos bien, gracias>
–<Quiero saber si es mi hijo>
–<Hablamos en otro momento, estoy en la universidad>
–<Yo también, estoy cerca de la facultad de odontología>
Esperanza se puso nerviosa, le dijo a Jesucristo que la acompañara hasta donde estaba Clemente.
–Tenemos que ir a ver lo del consultorio donde vamos a instalarnos.
–Cancela la cita por fa, necesito hablar con Clemente, diles si pueden mañana.

Llegaron al lugar donde estaba Clemente, estaba sentado en una de las mesas del cafetín. Jesucristo lo saludó y se fue.
–Hablamos luego para cuadrar Cristo.

–Estas bella, te sienta bien el embarazo.
–Gracias, no ha sido fácil pero ahí voy.
–¿Dónde estás viviendo?
–En el mismo sitio y con Yovana.
–Ah, ella se quedó, ¿están empatadas?
–No, ella quiere saber si es la madre del bebé.
–¿Y si no lo es? Se va.
–No lo sé Clemente y ni me importa, este bebé es mío.
–¿Cuándo nos hacemos la prueba los dos?
–Lo más pronto que se pueda.
Clemente la miró a los ojos unos instantes sin decir palabra.
–¿Cómo vas con la carrera?
–Muy bien, espero seguir hasta el 8vo mes de embarazo, vamos a montar un consultorio para comenzar a trabajar con odontólogos con experiencia y que nos sirva de pasantías.
–Que bueno, yo trabajando mucho, con nuevas responsabilidades y bueno con mejor sueldo también.
–Me alegro.
–Quiero hacerte el amor.
–Bueno, yo me tengo que ir.
Clemente la detuvo por el brazo. –No te vayas por fa, hablemos.
–Suéltame Clemente. ¿Para que volviste? ¿Se te despertó la fibra paterna? Puede que no seas el padre y te ahorras ese problemón.
–Por eso quiero hacerme la prueba.
–Me lo imaginé, no quieres al bebé, me quieres a mi. Chao Clemente, te aviso para ir al laboratorio.

__________

Yovana no había conseguido empleo, hacía trabajos a destajo y como community manager manejando algunas redes sociales de empresas pequeñas de algunos amigos.
Sabía que el momento de saber la paternidad del bebé era inminente y eso la tenía nerviosa.
La otra persona alquilada era un hombre, un muchacho estudiante de arte que trabaja en una galería y es fotógrafo, tiene 30 años, soltero. Sabía de la condición de Yovana y eso no le molestaba pero estaba un poco reacio a quedarse a vivir ahí cuando naciera el bebé de Esperanza. Es heterosexual pero le llamaba la atención Yovana hasta que se acordaba que era transgénero.

El día de matar la curiosidad llegó, cuando entró al apartamento escuchó la ducha y se imaginó que era Yovana. Decidió entrar a la habitación y verla ducharse.
Se quedó parado en la puerta del baño y la abrió, Yovana se duchaba dándole la espalda, le vió los glúteos y tragó saliva y se pasó la mano por la boca quitándose el sudor. Yovana se lavaba el cabello, al enjuagarse comenzó a masturbarse. Diego el inquilino, se impresionó al ver el gesto pero se imaginó que estaría tocándose, introduciendo los dedos en la vagina.
Yovana se dio la vuelta y Diego abrió los ojos impresionado al verle el pene y arriba unos pechos redondos y parados.
–AAAAAH ¿Qué haces aqui? ¡SAAAAAAL!
–Yo, yo….perdón, yo no sabía…yo, chao.

Diego salió de la habitación y se fue a la sala con la imagen del pene en su cabeza.

–Que no se vuelva a repetir esto Diego, es mi habitación y es privado.
–Discúlpame, llegué y escuché el agua y debo confesar que me dio morbo ir a verte, pero no me imaginé que tú…que tuvieras…
–¿Pene? Si, nací con eso que le vamos a hacer.
–Yo no sabía, pensé que ya tenías…
–¿Vagina? No, no me interesa tener vagina.
–¿Pero entonces que eres? ¿Hombre , mujer?
–Soy un ser humano que siente, padece, vive y ama como tú o como Esperanza, es todo. Pensé que no tenías problema que yo fuera trans.
–No, no, no tengo problema…lo que pasa es que pensé que estabas operada.
–Eso era tu morbo, verme la vagina.
–No, no vale, claro que no…es que, bueno, es que …me gustas, pero al verte el guebo, no…no creo que se pueda.
–¿Qué se pueda qué?
–Eso…pues, este…estar contigo, ser novios. Yo no soy gay.
Yovana cerró los ojos y repiró profundo.
–Mira Diego, yo estoy AGOTADA de explicar lo mismo, así que búscate a una mujer “normal” -Le hizo el gesto de las comillas con los dedos.

Diego se fue a su cuarto muerto de la vergüenza.

En la tarde, llegaba Esperanza al apartamento y vio a Diego.
–Hola, ¿cómo estás? ¿Está Yovana?
–Si, pero bajó al quiosco a comprar unas cosas, debe estar por llegar. Oye, ¿tú sabías que Yovana tiene pipí?
Esperanza lo vio con extrañeza. –Mmmm si…¿por?
–Es que hoy la vi desnuda y me impresionó verle el pene y con tetas, me chocó un poco, bueno, un poco no, que jode.
–Conociéndola y al ver tu cara debe estar arrecha contigo.
–Bueno, sí, se molestó.
 Entraba Yovana y Diego se fue a su habitación.

–Hola.
–Hola Esperanza ¿cómo sigues?
–Ahí, ahí. Hoy se apareció Clemente en la universidad, quiere hacerse la prueba.
-¿Ah si? ¿y eso?
–No sé, pero no es porque quiera ser el padre, quiere saber que no es el padre y si lo es lo más seguro es que se vaya y no vuelva.
–Así es.
Esperanza la vio frunciendo el ceño. –¿Cómo sabes?
–Me he visto con él en estos meses, estamos saliendo.
–Ah vaya…él preguntó por ti, así como si no supiera. ¿él te dijo que no quiere hacerse cargo del bebé si resulta ser el padre?
–Si…
–¿Y tú?
Hubo un silencio solo interrumpido por Diego que salió de la habitación para darle el recibo de pago del alquiler a Esperanza.
–Gracias Diego. El lunes Clemente, tú y yo, vamos al laboratorio para saber quien de ustedes dos es el padre de mi hijo o hija.
–¿QUÉÉÉ? Perdón, ya va el hijo que estás esperando es de Yovana.
–Es probable o de otra persona, me acosté con ambos.
–¿Qué vaina es esta pero tú no eres…?
–MIRA DIEGO VETE A TU CUARTO ANTES QUE TE CAIGA A GOLPES AQUI MISMO. ¿tú para que andas diciendo esto delante de Diego?
–Porque me da la gana, además no sabía que era algo que había que ocultar ¿o sí? independientemente de los resultados quiero que dentro de un mes te mudes.


Luego de haber madrugado para estar en el laboratorio, les tocó esperar 10 días para saber los resultados.
Esperanza estaba nerviosa. Tenía el sobre en sus manos. Estaba sola en un café, no quería estar con nadie, sólo le dijo a Jesucristo que llegó al rato al lugar.
–Abra eso de una vez y salga de dudas.
–¿Tú crees que deba decirles antes a los involucrados?
–Ábralo y luego le dice, deje el suspenso.

Esperanza abrió el sobre y leyó. Sus ojos se inundaron  y tenía un nudo en la garganta. Una punzada en el vientre le hizo soltar el llanto y soltó el examen. Lo recogió Jesucristo.

Coincidencia genética con el paciente Clemente 0,01%
Jesucristo dejó el papel en la mesa.
–Yovana es el padre, la madre, bueno usted me entiende.
Esperanza no paraba de llorar.
–¿Y usted por qué llora? Uno de los dos tenía que ser o usted se acostó con otro y no ha dicho nada?
La muchacha se limpió las lágrimas con las manos. –Quería que el padre fuese Clemente.
–¿Para qué si le dijo que no quería ser padre? Además a ese niño no le faltará nada sea quien sea el padre.


Esperanza los reunió en su casa para decirles el resultado de los exámenes.
–Estos exámenes tienen un margen de error de 0,9% así que el resultado que ven ahí es el correcto.
–¡Coño BINGO! Preciosa, yo sabía que no podía ser yo, yo no nací para eso.
Yovana aún no salía de su asombro, la mano le temblaba.
–Bueno yo me voy bellezas, ya sabes si decides volver conmigo, ya sabes donde ubicarme siempre y cuando sea después de dar a luz.
–¡Vete a la mierda Clemente! ¡Púdrete!
Desde su habitación Diego escuchaba la conversación, estaba impresionado de lo desinteresado de ambos con el embarazo.

–No me esperaba esto, de verdad, no imaginé que sería yo la madre de ese niño.
–¿Tú también te vas a ir y dejarme sola?
–Tú me botaste de aquí.
–Sabes a que me refiero.
–Me haré responsable, tranquila.

Esperanza se fue a su habitación, en el camino estaba Diego que salió y la detuvo. La abrazó.
–Tranquila, no estás sola, yo voy a estar aquí para lo que necesites.
–Pero si me dijiste que te irías apenas naciera el bebé.
–Si, pero cambié de opinión.

Volvió a abrazarla y le dio un beso en la frente.

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