sábado, 12 de agosto de 2017

DE REPENTE TU 9. Capítulo 6


Papá por partida doble.



María Corina estaba sentada en una poltrona y la muchacha frente a ella en la otra cargando a su hijo que jugaba con el collar que le colgaba y brillaba.



–¿Quiere tomar algo?

–Si por favor, agua.

María Corina busca el vaso y se sienta de nuevo. -Entonces usted conoce a Fabián y dice que este niño es suyo.

–No, digo no, es su hijo. Con el único hombre con el que he estado sin protección ha sido con él.

–¿Ah si? Y ¿y cuándo porque Fabián estuvo secuestrado casi nueves meses. -María Corina se esremeció al sacar cuentas.

–Si lo sé, yo le hacía compañía en sus ratos de aburrimiento y soledad, soy prostituta, bueno, era, me escapé.

–Pero si usted es una niña.

–Desde los 12 años estoy metida en esto con la guerrilla. -Agachó la cabeza. –Me enamoré de Fabián y producto de eso nació este hermosos bebé.

María Corina lo vio y se sonrió.

–¿Usted es su madre? ¿O la tía? Me dijo que era huérfano.

–Soy su mujer y también tengo una hija con él.

–Disculpe…no sabía, es decir, sabía que tenía novia pero no que era mayor que él.

–No se preocupe. Pero niña ¿usted viene a que? A que Fabián reconozca a su hijo o tener una relación con él y vivir los 3.

–Ambas.



_________



Fabián se reunió con Tom nuevamente para hablar de María Corina.



–Yo te dije que mientras ella siga contigo yo me apartaré pero estaré pendientes de ambas.

–Yo lo que quiero Tom es que te vayas de nuestras vidas, ella es mi mujer.

–Te recuerdo que estuve más tiempo con ella que tú, la amo.

–Yo también la amo.

–¿Y ella te ama a ti?

Fabián lo vio a los ojos con rabia y le lanzó un golpe que Tom detuvo y lo cogió del brazo doblándoselo.

–No te equivoques carajito, yo soy pacífico y tolerante pero no voy a permitir que pases sobre mi. Yo voy a luchar por María Corina, nos amamamos y lo sé, cosa que no puedes decir tú.

–¡Aléjate de mis mujeres!

Tom lo tumbó al suelo y se montó en su moto.



__________



–Usted está muy segura de que Fabián va a aceptar lo segundo.

–Estoy segura, nos amamos, me lo dijo.

–Usted es prostituta y perdóneme que se lo recuerde.

­–Y usted es una vieja para él, yo apenas soy adolescente.

–Y en su corta edad ya han pasado muchos hombres, más que cualquier mujer promedio.

–No me importa, ahora sólo me interesa Fabián y no voy a ser más prostituta.



María Corina se levantó de la poltrona. –Bien, como esta no es mi casa yo me voy a ir y la dejo aquí a que espere a Fabián y hable con él. Yo me llevo a mi hija.



María Corina recogió la poca ropa de ella y la de su hija, la metió en una maleta. Puso a su hija en el coche, cogió la maleta y las llaves del carro para irse.



–Se queda aquí esperando, queda en su casa, en la cocina hay alimento para el bebé.

–No tiene porque irse, podemos hablar los 3.

–No tengo nada de que hablar con ustedes.

–Es un poco infantil su actitud.

–Usted que sabrá de mi niñata. -Abrió la puerta y se fue.





Carolina se levantó y fue a la cocina para buscar que comer mientras le daba el pecho a su hijo, para luego cambiarlo.

 Lo acostó en la cama y lo rodeó con almohadas y se fue de nuevo a la cocina para comer.



–Esta mujer si es estúpida, se fue y me dejó sola en esta casa. Aquí hay de todo, en esta casa me quiero quedar.

Se preparó unos sanduches, se sirvió una cerveza y se sentó en la sala a ver televisión con los pies en la mesita, previamente se había quitado los zapatos.

Cuando terminó de comer decidió ducharse, aprovechó la bañera y la llenó colocándole jabón, buscó unas toallas para luego secarse.

Salió mojada de la bañera y fue a buscar a la cocina una botella.



–A ver, a ver, a ver, ajá, eso debe ser champaña, que rico. –Como pudo la abrió y se la llevó a la bañera.



El bebé lloraba pero Carolina no le prestó atención hasta que terminó de beberse la botella. Salió de la bañera trastabillando. Mojada, se puso la toalla alrededor de su cuerpo, le dio el pecho a su hijo de nuevo por unos minutos y lo acostó.



Salió a la sala a buscar otra botella, iba sosteniéndose de la pared para no caerse. Al regresar con la botella, se detuvo en la sala al escuchar la puerta del apartamento. Era Fabián.



–Fabiáááán mi amoooor he vueltooooooo.

–¿Carolina? ¿tú? Pero…tú no estabas…

–¿Muerta? Nooooooo, me escapé y vine con una sorpresa, que está en el cuarto.


Fabián aún sin dar crédito a lo que veía se asomó al cuarto y abrió los ojos sorprendido mientras el corazón le palpitaba con fuerza.

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