Aires
lusitanos.
Luego que Fernando se cansó de insistir e insistir
para que lo acompañara en esta nueva aventura de vivir en otro país, Yonaikel
aceptó.
Lo primero que hicieron fue sacarle el pasaporte al
motorizado.
–Apenas lleguemos a Portugal nos vamos a casar, así
que vamos a ir colocando fotos nuestras juntos en tu facebook y en el mío,
tenemos que dar la impresión de que tenemos una relacion larga como pareja.
–¿QUÉ? ¿Facebook? ¡Tas loco! ¿Me vas a rayá con los
panas?
–Pero si te vas del país.
–Si guevón pero la joda seguirá, no que va, a mi no
me pongas fotos abrazaditos ni besándonos, es más no me voy a hacé fotos de
esas.
–Las necesitamos mi amor. Nos vamos a casar.
–Naguevoná, me
voy a casá con un tipo, voy a ser el negro portu, ¡qué bolas!
Dejaron el tema hasta ahí para resolver lo de sus
hijos y su exmujer.
–Aquí tenemos el cargo que vas a tener en Oporto.
Necesitamos que estés blindado si quieres tener la guardia y custodia de tus
hijos. -Le decía el abogado, mientras le recordaba que su ex no trabaja y él es quien la mantiene
actualmente.
–¿Y usted cree que me pueda llevar a mis chamos
ahora pa Portugal?
–No sé, hay trámites que realizar y ustedes se
quiere ir prácticamente ya, pero eso lo resolvemos y luego los buscas.
–Portu, ¿Tú quieres que nos llevemos a los chamos pa’llá?
–Eso lo decides tú mi amor. -El abogado los vio
apenas levantando la mirada al escuchar lo que dijo Fernando. –Son tus hijos,
yo no tengo problema en que los lleves, ya te lo he dicho, me encantará
criarlos contigo y en un futuro adoptarlos como mis hijos. –El abogado volvió a
levantar la mirada sin dar crédito a lo que escuchaba.
–Ya va, vamos a ver una cosa, vayamos por partes,
primero lo primero. Luego se verán las leyes en Portugal a ver como es el tema
de la adopción y si tú ex se libera de toda responsabilidad como madre de ambos
niños.
–Si, si vayamos por partes, no te me adelantes
portu, que ya es burdeduro llevarnos
a los chamos.
_____________
–Mami estoy aquí es pa que hablemos tranquilos sin
culebra, sana paz. Yo me voy a ir del país con el portu, vamos a vivir allá los
dos
–Entonces si eres marico de verdad, son novios.
–Nos vamos a casar en Portugal. -Dijo Fernando.
Yonaikel lo vio con odio y siguió hablando.
–Si, soy marico y el portu es mi novio. -A Yonaikel
le recorrió un calor por la columna vertebral y sentía las orejas calientes.
–¡Bien bello! Y teu quieres llevarte a los chamos a
que vean esa mariquera todo el día, ¿los vuelvas maricos también?
–Señora, eso no va a suceder, en todo caso ellos cuando
estén más grandes decidirán y definirán lo que quieren ser independientemente
de lo que ocurra en su entorno. –El abogado escuchaba y no podía creer lo que
estaba diciendo, pero si quería ganar el caso y cobrar tenía que usar todos los
argumentos. –Usted no trabaja, la mantiene el señor Yonaikel, sería un alivio
para usted que él se los lleve, vivirán mejor y fuera del barrio y usted los
puede visitar cuando quiera, no creo que mi cliente se oponga.
–Carajo, con abogado y todo quien te viera Yonaikel,
te anotaste bien metiéndote a marico.
Yonaikel apretó el puño y cerró los ojos. –No te
caigo a coñazos porque están mis chamos y porque puedo dejate pegada al
cemento.
–Yonaikel por favor, deja la violencia. -Dijo
Fernando.
–Ay si chico, llévate a los carajitos cuando
quieras, eso sí, a mi me dejas acomodada.
Yonaikel vio a Fernando y este asintió con la cabeza
cerrando los ojos.
–Si va, ¿entonces me das la guardia y custodia? ¿se
dice así?
–Me vas a hacer un favor la verdad, sin hijos y si
te vas la gente no se acordará que estuve con un marico.
_______
Aeropuerto
Francisco Sá Carneiro de Oporto. Yonaikel no podía creer donde se encontraba.
Una modernidad a la que no estaba acostumbrado, tecnología por donde viera,
gente yendo y viniendo.
–Vamos
Yonaikel, muévete jejeje, tenemos que pasar por inmigración, bueno, tú.
Luego de
salir del aeropuerto tomaron un taxi rumbo al hotel que pagó Fernando.
–Portu no
entiendo si me dijiste que tienes un apartaco en esta vaina vamos pa un hotel.
–Porque lo
están arreglando pensaba que iba a estar listo pero faltan unos detalles y hay
obreros.
–Tu estás
podrío en plata guevón, no joda esos supermercados te dan billete.
–No hables
tan fuerte Yonaikel. –le sususrró
–¿Pero estos
no hablan portugués?
–Si, pero
entienden el español.
Llegaron al hotel,
dejaron las cuatro maletas en la entrada y se fueron a la cama.
–Quiero
cogerte portu, me tienes quesúo desde que nos montamos en el avión.
–Estabas
cagado en el avión jajaja
–Ya puej, era
la primera vez que me montaba en una vaina de esas, no me marees y dame culo.
–Ahorita no
mi amor, tengo vainas que hacer justo ahora.
–Ah verga
pero si vamos a viví aquí en esta ciudad, relaja el papo.
–Solo una
mamadita, luego te prometo una revolcada buena.
–Si va.
-Yonaikel se desabrochó el pantalón y se sacó el enorme pene.
–Cada vez que
te veo la verga me pones mal.
–Aprovecha y
métetelo por el culo anda.
–No.
-Fernando comenzó a mamarlo y lamerlo mientras lo apretaba con sus manos.
Yonaikel lo tomamaba de la cabeza con fuerza para que no saliera de ahí.
–Listo, hasta
aquí.
–¿Qué? Me vas
a dejar así, prensao? Verga mi pana pero no te me pongas payasito, bájame el
palo.
–No puedo
amor, esta noche lo hacemos, ve a dar una vuelta cerca del hotel, no muy lejos
para que no te pierdas.
–No jodaaa
¿una vuelta? Me voy a tener que echar agua fría. Será, voy a caminar a ver si
se me quita el queso.
–Yo vengo
pronto, necesito arreglar unos asuntos, luego vamos a casa de mi familia que
está cerca de aquí como a cinco cuadras.
–Qué bolas
¿por qué no nos quedamos en casa de ellos? Que ganas de gastar billete papá.
–Cuando los
conozcas me entenderás porque no nos quedamos ahí.
Fernando se
fue a arreglar unos asuntos del apartamento y del negocio donde trabajaría
Yonaikel. El motorizado se dio una ducha, se volvió a vestir y salió a caminar.
–En esta
ciudad deben haber carajitos pa culiar, quiero echarme a uno, uff todos están
bien buenos.
Entró en un
local y pidió una cerveza, pagó con el dinero que le había dado Fernando. Como
no pudo salir con la cerveza a la calle, se la bebió dentro del local.
Al salir,
caminó una cuadra cuando de pronto viene del lado contrario un muchacho que no
pasaba de los 19 años de edad.
El joven era
rubio de ojos verdes, de la misma estatura de Yonaikel, este se detiene y se
apoya de la pared a esperar al joven.
Cuando lo
tiene cerca, el motorizado pone su mano en su abultado paquete y aprieta su
pene, el muchacho lo ve. La mirada se le va hacia abajo y luego ve a Yonaikel a
los ojos. Sigue de largo, voltea. El motorizado se separa de la pared sin
quitar la mano de su pene y el muchacho se detiene.
Yonaikel
camina hacia él.
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