martes, 11 de septiembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 62

–Ya sabes donde están las cosas, si quieres comer ve a la cocina. Mañana te vas tío.
–Dos días sobrino, dos días y me voy.
Diego se quedó viendo a su tío directamente a los ojos. –Dos días, me voy a acostar.
–¿Estás tomado?
–Si
Con las ganas de tirar que tengo ahorita sería perfecto cogerme a este. Descansa.
–Estoy con Orlando, te voy a pedir que no entres al cuarto.
–Entraré si tú me lo pides sobrino, como siempre.

Diego lo dejó solo en la sala y entró al cuarto, vio a Orlando, estaba dormido, se le acercó al oído y le dijo que estaba su tío en casa. –Lo botaron de la habitación por no pagar– Orlando solo atinó a murmurar algo y le pidió hacer el amor.
–Cógeme borrachito anda. –Escuchar eso hizo que su erección fuera de inmediato, con las mismas buscó un lubricante y se puso sobre el chico para penetrarlo. El pene se deslizó suavemente por entre las nalgas del Orlando hasta sentir como iba entrando con dificultad y el chico gemía, se llevó las manos a las nalgas y se las abrió.
Orlando gemía con más fuerza y Diego movía sus caderas mientras su cabeza estaba al lado de la de Orlando y le susurraba cosas al oído.

El tío de Diego se acercó a la  habitación y pegó la oreja a la puerta, escuchaba los gemidos y comenzó a tocarse. No resistió y lentamente fue abriendo la puerta. Orlando miraba hacia el otro lado y Diego igual que tenía su cabeza apoyada a la del chico así que no se fijaron que los veían.

El hombre se bajó el pantalón y comenzó a masturbarse. Su pene iba poniéndose rígido, los veía y se deba más duro. Diego levantó la cabeza pero aún viendo hacia la nuca de Orlando pero en un instante volteó a la puerta y vio a su tío, no se asustó, no se detuvo y tampoco dijo nada. Mientras seguía moviéndose veía a su tío como se masturbaba  y mojaba sus labios con la lengua.

El rostro de Diego cambió, sentía morbo ver a su tío viéndolo tener sexo. Alfonso seguía masturbándose mientras tocaba sus testículos. Llegó el momento y comenzó a eyacular, los chorros caían al suelo mientras él cerraba los ojos y echaba su cabeza hacia atrás sin hacer ruido, se estremecía. Cuando pasó el orgasmo vio a su sobrino acabar dentro de Orlando mientras le apretaba los hombros.
Alfonso se despidió con un beso en el aire y cerró con cuidado la puerta.

Diego se lanzó a un lado del chico con la respiración entrecortada y todo dándole vueltas.
Orlando se le acercó y le dio un beso en la mejilla –Me encantó la tirada. –Diego le paso la mano por la cabeza y se levantó de la cama y corrió al baño.
Cerró la puerta y se vio al espejo. Comenzó a llorar, bajó la cabeza. La culpa lo dominaba, se puso a orinar mientras se veía al espejo.
–¿Por qué, por qué, qué te pasa Diego, qué pasa que no dejas toda esa mierda atrás?¿Por qué?
Entraba Orlando al baño y Diego se secaba las lágrimas.
–¿Qué pasa mi amor?
–Nada, me duele la cabeza, estoy mareado. –Ambos orinaban se veían los penes.
–Me volviste a coger sin condón.
–Te prometo que nos haremos los exámenes, vamos a dormir. –Orlando se acercó a Diego y se besaron.
–No me gusta que tu tío esté aquí, pero bueno, es tu casa tu sabrás lo que haces.
–Tranquilo, se va en dos días.
–Vamos a la cama.

A la mañana siguiente Orlando se despertó temprano pues tenía que irse a la Universidad, mientras desayunaba apareció Alfonso. Apenas se saludaron, él buscó fruta en la nevera mientras Orlando comía avena.
–¿Te vas al colegio?
–A la Universidad.
–Ah, te ves jovencito, pero tienes buen cuerpo, te fajas en el gimnasio.
–Permiso me voy a vestir.
–Ve guapo.

Entró a la habitación y le dio un beso a Diego. –Mi amor, me voy a duchar para irme a la Uni.
–Yo te llevo.
–No, no, tranquilo, quédate durmiendo, nos vemos luego.
–Espera, ya va, toma esto. –Abrió la gaveta y sacó un juego de llaves y un control y se lo dió al chico. –Es para ti, esta casa es tuya, para que entres y salgas cuando quieras.
–Estás loco, no, no voy a aceptarlo.
–No seas gafo, querías que asumiera esto ¿no? bueno, esto forma parte de todo el cambio en mi, tómalas, son tuyas.

Se besaron y Orlando entró al baño.

Terminó de vestirse, Diego se quedó dormido, el chico le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación. Nuevamente se tropezó con Alfonso.
–Ya te vas, estás muy perfumado para ir a la Universidad, ¿no será que te vas a ver con alguien?
–Caramba como se ve que usted hace eso que sabe como es el modus operandi, yo voy a estudiar, mi novio está en el cuarto y es con el único con quien tengo una relación.
–Ok, ok, que tengas un feliz día y cuida ese hermoso cuerpo.

Diego se fue del apartamento y bajó varias cuadras para tomar el metro. Justo antes de llegar a la estación se da cuenta que no tiene el celular. Se regresa al apartamento.

Minutos después llega al edificio y saca las nuevas llaves, se sonrie. –No pensé que las usaría tan pronto jejeje– Sube y abre la puerta del apartamento y se va directo a la habitación que era donde estaba su celular.
 Al acercarse a la habitación escucha ruidos y acelera el paso para entrar y ver a Diego arrodillado en la cama y su tío detrás de él penetrándolo.

El cuerpo de Orlando se tensó mientras que Diego se levantaba de la cama empujando a su tío.
–Para eso es que tenía que regresar al apartamento, para devolverte tu mierda de llaves. –Cogió su celular y le lanzó con fuerza las llaves golpeándole en la cara haciéndole un rasguño. Se fue del apartamento.

La rabia no lo dejaba pensar, se sentó en la acera y puso su cabeza entre sus piernas, no podía llorar, no le salían las lágrimas. Escuchó la voz de Diego que bajaba por la acera, se levantó y le dijo que ni se acercara. Diego hablaba y Orlando le decía que se callara. Siguió su camino y esta vez comenzó a llorar. No paró de hacerlo por más que no quisiera hacerlo, no podía dejar de llorar. Entró a un McDonalds.
Se sentó en una de las mesas, no había nadie, su celular sonaba, era Diego. Orlando no contestaba, llegaron mensajes y no los leía. Se sacó el celular del bolsillo y buscó sus contactos. Llamó.

–<¿Qué pasó bicho? ¿Y eso que me llamas? Pasó algo, marico habla te pasó algo ¿dónde estás? te busco>
Llorando intentó decirle donde estaba. –<Estoy en el McDonalds cerca del edificio de Diego, búscame>
-<¿Qué te hizo ese mamaguevo? Lo voy a entrar a coñazos, se lo advertí>
–<Búscame y llévame a un hotel quiero tirar contigo y hagamos de todo y nos grabemos y me tomes fotos quiero que quede evidencia de la cogida que me vas a echar>
–<Plomo, ya te busco>

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