viernes, 21 de septiembre de 2018

Final de Temporada. Y SI ME ENAMORO. Capítulo 70

Arévalo había salido del trabajo a las cinco de la tarde en punto para verse en el apartamento con Diego, el hombre con quien llevaba saliendo algunas 
semanas.
-Voy a aprovechar que llego antes pa echar una buena cagá antes que llegue. –Arévalo abría la puerta del apartamento y le llegó el olor a comida. –Mieeerda ya está aquí el viejo.
-Hola nené, llegaste rápido, te estoy preparando una comidita para luego darnos con todo en esa cama. –Arévalo se le acercó y le dio un beso en la boca. –Me vine en moto, por eso llegué volando. Huele rico papi.
-Ponte cómodo, si quieres desnudo.
-Coño papi, ya va, me vengo cagando préstame el baño.
-Chico usted no tiene que pedir prestado el baño, vaya y úselo, pero no hay agua.
-Cooooooño, hasta en las zonas buenas falla el agua.
-Así estamos, el tanque está lleno, si no baja, buscas un tobo o llévatelo de una vez.
-Sí va.

Tomó el tobo y se fue al baño de la habitación principal. Entró y cerró la puerta.
Se sentó y apenas lo hizo comenzó a soltar sonoras flatulencias que se escuchaban en la cocina, mientras Diego picaba unas cebollas se reía. Luego de unos segundos pujó y evacuó con fuerza que hasta lanzó un grito, unos segundos más tarde, tuvo diarrea.
-Coño de la madre no hay papel en esta mierda. –Se quitó el pantalón y siguió evacuando.
Comenzó a tener escalofríos y dolor abdominal. – Cooooñooo que dolooor ¿Con qué me limpio?
Diego se acercó a la puerta y tocó. -¿Todo bien nené?
-Siiiii, tengo diarrea, vete de ahí que esta vaina apesta. No hay papel en esta vaina ¿cómo me limpio?
-En las puertas debajo del lavamanos hay toallitas húmedas, yo no uso papel.
-Ah vaina, ahora este viejo me salió jeva, limpiándose el culito con toallitas húmedas, a ver, debajo del lavamanos, aquí no veo nada, coooño a cagar otra vez.
Se levantó de nuevo y se agachó para buscarlas pero no las vio. No le quedó más remedio que salir desnudo a preguntarle al hombre.
-Diego, ahí no hay toallitas húmedas.
-Espera yo las buscos.
-No, no, no, no entres, esto está podrido, no, no, no.
-Bueno nené calma, yo también cago y huele mal, deja la angustia, a ver. –Entró al baño y efectivamente el olor era fuerte e insoportable, tuvo una arcada pero se contuvo.
-¿Viste?
Diego se agachó y buscó el empaque revolviendo todo. -Mira, aquí están, ¿ves?
-Cooooño pero si las pones escondidas como las consigo.
-Es que sabía que se habían acabado por eso te dije que aquí habían, toma, límpiate y sal.

Arévalo volvió a sentarse y continuó evacuando. Abrió el paquete de toallitas y haló, al hacer fuerza se trajó cuatro toallitas de una vez.
-Verga pero estas vaina, siempre pasa lo mismo, ahora a usar todo esto, bueno igual tengo todo el culo cagao. Se limpió y lanzó todo a la poceta, se colocó el pantalón y cogió el tobo. Lanzó el agua con tanta fuerza que salpicó hacia afuera el agua de la poceta.
-Mierda y encima no se fue todo, que peo con el agua. Maldita sea este gobierno. – Salió del baño y se fue a la cocina con el tobo.
-Lo eché pero no se fue la mierda.
-Tranquilo, lávate las manos y siéntate a comer yo luego limpio eso. ¿Botaste las toallitas en la papelera?
-No, ¿Cómo voy a dejar esa pestilencia en la papelera y abierta? Boté esa vaina por la poceta.
-Eso tapa las cañerías.
-Bueno, cuando venga el agua bajas la palanca y se va, verga estoy mareado, dejé media vida en el baño, dame agua por fa.
-Agarra de la nevera, aquí están los vasos, ¿Quieres cerveza o vino?
-Noooo, cerveza no, esa vaina va terminar de aflojarme el barro.
-¿Por qué tienes que ser tan ordinario? Vamos a comer ahora y tú hablando así.
-Perdón papi, vamos a comer siéntate.

Diego no le hizo caso y se fue al baño para limpiarlo. Al terminar de comer se fueron a la habitación, ambos desnudos. Arévalo se acostó colocando una almohada atrás para estar derecho, Diego se puso encima de él pero a la altura de las piernas mientras el enorme pene del policía le quedaba justo en la cara. Arévalo le dijo que no iban a tirar, se sentía mal del estómago y no quería hacer esfuerzo. –Tranquilo nené, déjame disfrutar de tu pene, te lo mamo mientras hablamos.

Diego comenzó a mover su mano entre el pene del policía mientras lo veía como crecía y se mordía el labio inferior. -Tienes un pene hermoso nené.
-Tuyo, mámalo. ¿De qué quieres hablar?

Diego se metió el pene en la boca hasta donde podía, miraba al policía y sonreía.
-Quiero saber cuándo te vas a mudar definitivamente, has traído cosas pero si acaso te quedas un día o dos.
-Coño papi, es que tengo mil peos en mi casa y mi mamá está medio jodida, está enferma, con un peo en los pulmones, ella no vive conmigo entonces voy pa su casa.
-Pero me dijiste que vivían todos en el apartamento.
-Si pero ella se mudó pa un apartamento que tenía alquilado cuando por fin lo desalojaron los inquilinos, unos bichos.
Diego volvió a meterse el pene en la boca, moviendo la lengua y dejando que la saliva saliera de su boca. –Cuéntame de tus padres, quiero saber de ti.
-No joda me montaste un detective ¿y no sabes esas vainas?.
-Me enfoqué en ti, solo en ti tu entorno más cercano. Que divina tu verga, podría mamarla siempre.
-Toda tuya esta vergota. Mi papá no lo conocí, se cogió a mi mamá y se fue pal carajo, no supo ni que mi mamá estaba embarazada. La enamoró un día, un par de salidas, besos, se la cogió y desapareció, era un tipo de plata.
- ¿Y sabes quién es, lo has visto? –Volvió a meterse el pene en la boca esperando la respuesta del policía.
-No chamo, mi mamá no me dijo nunca, yo tampoco pregunté mucho, mis tios me criaron y son mis papás, mi mamá tampoco supo más del tipo, tenía plata.
Diego lamía el glande mientras escuchaba a su novio. -¿Y tú mamá es ama de casa o trabajó?
-Antes si trabajaba, bueno a veces lo hace, es costurera, cose, hace vestidos para bodas, cortejos, toda esa paja.
- Ah que bien, yo tuve una noviecita costurera hace añales, pero yo me fui del país. –El hombre mordía suavemente el pene y luego bajaba a los testículos para metérselos en la boca.
-Ah mira, que casualidad. Marico mamas guevo divino cuando te aplicas, me vas a hacer acabar.
Sonó el celular de Arévalo. –Coño, mi hermano, esto si es una sorpresa. --¿Qué pasó bicho?.
Mientras el hermano de Arévalo le contaba, Diego seguía mamando y tenía a punto al policía para eyacular. El hermano lo llamó a para avisarle que su mamá se había puesto muy mal y estaba llamándolo para verlo. –AAAAAAAAAH AAAAAAAH coñooo.
--Bueno chamo pero no se ha muerto, no te pongas así, pero ve pa casa de tu mamá chola que preguntó por ti—
-Maaaarico, me sacaste esa leche bien sacada. Me tengo que ir, mi mamá se puso mal y preguntó por mi.
-¿No te quedas conmigo?
-No sé papi, yo te aviso, pero creo que si. Voy veo que es lo que es y me lanzo para acá.
-¿Quieres que te acompañe?
-No papi, tranquilo, yo resuelvo rápido.
-Si necesitas plata no dudes en decirme.


Aeévalo se vistió rápido y se fue en su moto llegando en 20 minutos a casa de su madre.
-¿Cómo está la vieja?
-Mal Arévalo, mal
-¿Cómo que mal si la semana pasada vine y estaba perfecta.
-Estaba guapeando, lleva semanas sintiéndose muy mal.
Arévalo se estaba poniendo de mal humor y comenzó a patear y tumbar cosas preguntando porqué no le habían dicho nada.  Su tía le comentó que su madre no quería que le dijeran para no preocuparlo.
-Coño igual  estoy preocupando ahora carajo!.
-Entra a su cuarto y habla con ella, es probable que de hoy no pase.
-No me jodas tía no me digas esa vaina!

-Mami…coño ¿qué pasó viejita, como no me dices nada? -La mamá le tomó la mano y entre la tos que la tenía agotada le dijo que no se preocupara por ella, que pronto estaría mejor en otro sitio, más tranquila y descansando, a Arévalo se le aguaron los ojos.
-Vieja tú no te vas a morir.
-Cállate y déjame hablar, tengo algo importante que decirte. Tu padre.
-No me jodas que es eso, hoy hablé del tipo ese, mamá no me digas que apareció.
-No, pero lo vi hace unas semanas. Tu padre sigue teniendo…dinero…búscalo…debí decirte esto hace…-tosió.
-Ya mamá deja de tanta paja y habla ya.
-Busca…a tu padre, tiene dinero…y te puede ayudar.
-No joda, ya ni debe acordarse ni de ti para que sepa que existo. Capaz y me mete preso.
-Cállate. yo tengo…el nombre…y donde…trabaja, mi amor búscalo…tu vida tiene que mejorar…yo quiero que lo hagas, cúmpleme eso…es tu padre y tienes derecho a lo suyo.
-Mamá ya no te esfuerces, descansa.
-Me voy a morir coño, déjame hablar…yo me voy pero tú te quedas, aquí están los datos. -La mujer se dio medio vuelta para sacar un papel de la mesita de noche pero Arévalo se adelantó y abrió la gaveta preguntándole que papel era.
-¿Por qué no te llevaste esta vaina pa la tumba? A mi que me importa conocer a mi padre.
-Te estoy diciendo…que tiene dinero… ¿Tú no me escuchas? Lee…el papel…por favor.

Arévalo abrió el papel, había una foto, un nombre y una dirección. Abrió los ojos, tuvo un retorcijón y evacuó en el interior poniéndose pálido.

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