Y SI ME ENAMORO. Capítulo 61

–¿Y tú que haces con mi papá?

Hugo se pasaba la mano por la cara. –Pedro yo te puedo explicar.

–¿Explicar? Creo que está bien claro papá.

–Pedro, esto…tiene poco tiempo…tu papá y yo nos vimos…

–Ya Silvia, o sea tú lo conoces, sabías que era mi papá así y todo no te importó.

–¿Qué vaina es esta? –Se acercaba Nelson impresionado cuando vio a Silvia salir del carro. -¿Tú.. estás saliendo con el papá de Pedro?

–Dios mio que vergüenza -Silvia hablaba en voz baja agachando la cabeza.

–¿Será que podemos hablar en otro sitio fuera de aquí? –Dijo Hugo

De repente a Nelson al ver a ambos juntos se enfureció y se le fue encima a Hugo dándole un golpe y empujándolo. Hugo lo tomó de la franela halándolo hacia él, Silvia gritaba y Pedro intentaba separarlos. Llegaron dos vigilantes del hotel, separaron a los tres hombres mientras que la chica entró al carro sintiendo vergüenza por la situación.

Hugo se quedó hablando con Pedro mientras los vigilantes los invitaban a salir del hotel. Nelson se acercó a la ventanilla de Silvia y comenzó a insultarla. –¡Puta! ¡Te estás chuleando al viejo este, perra! –Hugo corrió hacia el carro a sacar al chico de ahí y comenzaron a forcejear.

–¡YAAAA COÑOOOO! –Gritó Pedro que estaba nervioso y pensaba en su mamá.

Silvia sorprendentemente se montó en el carro de Nelson para irse con él, Pedro se fue con su papá.

–Hijo, ¿no vas a decir nada? Di algo. Coño, te apoyé con el tema de tu sexualidad con tu mamá, haz lo mismo conmigo.

–¡Qué bolas tienes tú! ¿cómo vas a comparar mi orientación sexual con los cachos? ¡Estás engañando a mi mamá! 

–Tienes razón, disculpa, pero es que no quiero que…le cuentes a mamá, deja que yo hable.

–¿Le vas a contar que estabas con Silvia? ¡Con Silvia! Mi mamá conoce a Silvia, papá. ¡Qué bolas! Estás tirando con Silvia.

Hugo frenó el carro y giró a la derecha para estacionarse e ir a una panadería donde podían sentarse a conversar.

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–No entiendo cuál es tu arrechera, tú y yo no estamos juntos y además tú eres gay.

–Estás saliendo con el papá de mi mejor amigo.

–Querrás decir tu novio, estaban en el hotel, no creo que jugar bingo, te arrechaste más tú que Pedro ¿qué te pasa?

–Porque fuiste mi novia y me…

–Ajá ¿eso te da derecho a insultarme? No eres nada mío.

–Estás saliendo con un señor casado que te dobla la edad. CASADO.

–Eso es problema mío.

–¿Le contaste a tus padres que te tiras a un viejo casado?

–Imbécil.

–Tienes que dejar al señor Hugo, eso no puede seguir, vas a romper un matrimonio.

–Te escucho hablar y sigo sin entender tu rabia, tú tan liberal, tan pro trios, relaciones abiertas y te pones así, ¿estas celoso? ¿Sigues enamorado de mi?

–No es lo mismo, porque la mamá de Pedro no sabe de los cachos, que bolas y tú conoces a la mamá. No te reconozco chama. En cuanto a lo otro…no…yo no siento…

Silvia se le lanzó encima y le dio un beso en la boca a Nelson que lo respondió, tomándola por el cuello.

Se separaron. –Todavía te gusto, lo sé. -Apoyó su mano en la entrepierna de Nelson que estaba abultada.

–¿Desde cuándo te acuestas con el señor Hugo?

–Hoy era la primera vez que íbamos a tener sexo…tenemos tres semanas saliendo.

–Era el momento de pillarte para que no ocurriera ¿te gusta el tipo? –Le hablaba Nelson a escasos centímetros de la boca de Silvia.

–Si, me gusta, amable, caballero, respetuoso, galán.

–¿Tiene el guevo como el mio? ¿Más grande? ¿besa bien?

–No voy a contestarte nada de eso. Solo te voy a decir que tú besas bien y me gusta como me hacías el amor.

–¿Quieres que lo hagamos ahora?

Silvia le miraba los labios a Nelson que lo tenía muy pegado a ella y lo besó.

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–¿Desde cuándo te acuestas con ella? ¿Tienen tiempo? ¿Meses, semanas?

–Apenas tres semanas, hoy iba a hacer el primer día que íbamos a tener sexo. Nos vimos en la calle y conversamos, la invité a almorzar y bueno las cosas se dieron…

–¿Y mi mamá? ¿ya no la amas?

–La amo como el primer día.

–¿Y entonces? ¿Qué haces con esta caraja?

–Es distinto….¿cómo te explico? Es una bocanada de oxígeno, aire fresco en medio de la rutina…un escape, pero eso no quiere decir que me vaya a divorciar o no ame a tu mamá.

–Que bonita manera de amar papá ¿y si mi mamá se entera? O cuando se entere porque me dijiste que hablarías con ella.

–Si…pero prefiero no contarle hijo, es generar otro problema y no quiero que lo que tengo con tu mamá desde hace más de 20 años se rompa por una aventura incipiente.

–Se lo dices tú o se lo digo yo.

–Hijo esto es un asunto mío y de tu madre, deja que yo resuelva.

–Es mi madre, y me duele, hablas con ella o hablo yo y seguro que será peor si yo lo hago.

–Déjame aclarar mis ideas y me siento a hablar con ella por favor Pedro, no hagas una estupidez.

–La estupidez la hiciste tú. –Sonó el celular de Pedro. Era Arévalo.

–<Hola bicho ¿dónde estás? ¿cuándo te veo?>

–<Hola, bien, estoy resolviendo un asunto familiar te llamo luego>

–<¿Pero nos vamos a ver?>

–<Si Arévalo, vamos a vernos y terminar con esto>

–<Chamo no seas radical, mi pana, podemos seguir con nuestros encuentros pum pum unas tiraditas ricas y listo, no te me pongas intenso chamín>

–<No quiero ser amante de nadie, eso es muy feo> Pedro miraba a su papá. <Te llamo luego>

–<Ya, va, ya va, marico, fuiste tú que me dijo que no te importaba ser amante con tal de estar conmigo ¿y entonces? Coño chamín no me lances pa la calle así>

–<Chao Arévalo, te llamo después>

–¿Tu novio?

–Si…bueno…no…no sé…

–Tiene a otro tipo y te tiene de comodín.

–Estamos hablando de ti. ¿Vas a hablar con mi mamá?

–Lo haré en su momento.

–Te doy una semana.

Nelson regresaba con Silvia al hotel donde se habían encontrado.

–¿Y vamos a hacerlo en este hotel, donde tiraste con Pedro?

–Cama es cama.

–Pagó en taquilla y le dieron la misma cabaña donde estuvo con Pedro. Se rió.

–¿Qué pasó?

–Esta cabaña es donde estuve con Pedro.

–Que horrible…voy a hacer el amor con mi ex que es gay que acaba de estar con un hombre.

–Sabes que te excita, estás deseosa de estar conmigo.

–No pienso dejar a Hugo.

–Yo no pienso dejar a Pedro.