–Ya, ya, no te tomo más fotos,
no me vas a pagar esta vaina y mi cámara se jode con cada disparo.
–Ay chico, tengo que aprovechar
que tengo un novio fotógrafo.
–¿Perdón? -Nelson arrugó
la cara mientras guardaba su cámara y veía a Pedro. ¿Novios? Marico, tiramos,
fue rico, me gustas pero wait, no
somos novios.
Pedro se puso rojo de la
pena y no sabía que decir, pero habló. –Bueno, es un decir, yo pensé…que era lo
que querías luego de confesar que te gusto y yo…bueno, disculpa.
–Marico es que tú tiras
con un carajo y ya quieres empatarte con él y vivir juntos, bájale cuatro pana.
Además estás empatado con el malandro ese, el policía.
–No es malandro, hoy voy
a hablar con él para terminar.
–Verga Pedro, o sea yo no
sé si quiero empatarme con un tipo, yo volví a….-se detuvo, iba a contarle que
se había acostado ese mismo día con su ex pero no dijo nada.
–Volviste ¿a?... ¿qué
volviste a hacer?.
–Nada, nada..estaba
pensando, el caso es que yo no me veo con un tipo empatado.
Pedro se le acercó y le
dio un beso en la boca metiéndole la lengua, Nelson le puso la mano en la nuca
y respondió el beso.
–Yo sé que te gusto y
quieres conmigo.
–Anda vete, tengo cosas
que hacer, las fotos te las doy en 15 días.
–Cuando quieras mi amor,
yo sé que vamos a ser novios.
–Vete de aquí marico,
déjame solo.
Pedro llamó a Arévalo
para verse, quedaron en un café.
–Te llamé porque necesito
hablar y ser sincero contigo y quiero
que tú lo seas también.
–Plomo, suelta el yoyo
que me tengo que ir.
–¿Por qué contigo todo
tiene que ser apurado?
-Coño marico, deja de
hablar tanta paja y suelta lo que tengas que decir.
–Quiero terminar contigo.
–¿Terminar? ¿terminar
que? Nunca fuimos novios, éramos “amantes” como dijiste tú, yo estoy con el
viejo Diego.
–Bueno chico, el caso es
que ya no quiero nada contigo, estoy saliendo con Nelson.
–¿Nelson? ¿El amigo de
Orlando? ¿Ese no estaba con una jeva?
–No te hagas el guevón
que te lo cogiste.
–Ah si, si, ya, ¿Estás
saliendo con él, son novios?
–Estamos saliendo pero
creo que vamos a eso.
–Ya, te cogió y ya es el
hombre de tu vida, marico tu culo es un altar, no te pueden coger porque ya
sientes que te tienes que casar.
Pedro lo empujó y volvió
a ponerse rojo.
–¿Sabes que mi papá está
saliendo con la ex de Nelson?
–Tu papá es un duro, lo
amo.
–Marico le está montando
cachos a mi mamá.
–Normal marico tu mamá
debe ser aburrida en la cama, un bistec.
–Estás hablando de mi mamá,
deja la falta de respeto.
–Pero es así marico, tu
papá no se tira a otra si tu mamá fuera
una puta en la cama.
–Yo mejor me voy antes de
que te caiga a coñazos.
–Deja la guevonada, te
tengo que contar una vaina, siéntate.
Le contó lo que pasó con
Orlando y Diego y luego lo que ocurrió en el hotel con él. Pedro estaba
impactado.
–¡Qué bolas! Yo lo mato.
–Eso es lo que voy a
hacer a Diego y al tío los voy a joder.
–Te recuerdo que Diego es
el hijo del viejo que te coges.
–Gran vaina.
–¿Te ibas a coger a
Orlando?
–Si, sabes que yo quiero
montarlo.
–Yo quiero hacer el amor
con Orlando.
–Marico tú eres una
Susanita pero puta, una vaina loca.
Pedro volvió a empujar a
Arévalo y se rieron, se tomaron el café y pidieron otro.
–Pronto me gradúo, espero
que vayas a mi acto.
–¿Cuándo es?
–Tres meses.
–Claro que voy, voy con
mi viejito. -Arévalo se le quedó viendo a Pedro a los ojos. –¿Tiramos por
última vez?
–Sí, ¿ahora?.
–Si.
–¿Dónde vamos?
–Al baño de aquí.
–Coño pero siempre me
coges en sitios incómodos y apuradito, me tratas como puta.
–Lo eres, anda ve al baño.
Pedro se adelantó y entró
al baño que es para una persona. Empujó el pestillo del pomo y esperó que
llegara el policía, que al llegar movió el pomo y tocó despacio la puerta.
Pedro abrió.
Arévalo se desabrochó el
pantalón y ya su enorme pene estaba erecto. –Mámalo.
–No, cógeme de una vez,
puede venir alguien.
–Que puta eres, mámalo
coño
Pedro se agachó hasta
quedar por debajo del nivel del pene y poder introducirlo completo en su boca.
Mientras miraba al policía a los ojos, sentía que se ahogaba y sus ojos
inundados. Lo sacó de su boca haciendo un sonido de ahogo mientras hilos de
saliva estaban entre su boca y el pene.
–Voltéate
Pedro se volteó bajándose
el pantalón y abriendo sus nalgas. Arévalo soltó saliva sobre el culo del chico
para luego apoyar su pene entre las nalgas y comenzar a empujar. Comenzó a
penetrarlo poco a poco. El pomo se movió, intentaron abrir pero no insistieron.
–Mierda, no hagas ruido.
–Su pene iba entrando, lo cerrado del ano lo excitaba, el pene estaba en
extremo duro, iba por la mitad pero decidió penetrarlo de una vez empujando al
chico contra la pared. Le tapó la boca.
–Tócame las bolas para
acabarte adentro. –Con el dolor que sentía, llevó su mano hacia los testículos
del policía, las apretó y con las mismas Arévalo le apretó los hombros al chico
mientras descargaba el semen dentro de él.
Se apoyó a Pedro mientras
pasaba el orgasmo, con los ojos cerrados seguía moviéndose cuando sentía que
salía más semen.
–¿Cómo vamos a salir? Hay
gente afuera. –Susurraba Pedro.
–Apago la luz y sales,
luego salgo yo.
Pedro abrió la puerta y
salió, Arévalo hizo lo mismo detrás de él.
–Estábamos orinando a la
vez para salir de eso jeje, el baño está limpio.
Pedro se fue del local y
esperó al policía afuera en la calle.
–Que pena, debe pensar
que tiramos ahí adentro.
–¿Cuál es el peo? Ya
estamos fuera.
–¿Me das la cola a mi
casa? Me duele el culo coño.
–Así te acuerdas de esta
paloma. Chamo tengo que irme al trabajo.
-Anda vale, llévame, es
rápido.
–Vente pues, rápido.
Dejó al chico en el
edificio y se fue de una vez. Pedro llegó al apartamento, su mamá estaba
cocinando.
–Hola mami ¿cómo estás?
–Bien mi amor, ¿qué tal
la universidad?
–No tuve clases hoy pero
aproveché para tomarme unas fotos con Nelson.
–¿Fotos?
–Si, mías.
-¿Desnudo?
–No mamááá, mira ¿mi papá
está?.
–No mi amor, está en el
trabajo todavía y me dijo que llegaría tarde en la noche, estaba complicado en
la oficina.
–Mamá, mi papá no está
complicado en la oficina, él va a salir temprano del trabajo y se va a ver con
su amante.
La mamá de Pedro dejó de
picar el ají y cerró los ojos.
–Disculpa que te lo haya
dicho mamá pero descubrí a mi papá con una mujer entrando a un hotel y yo sé
quien es la mujer.
–Silvia, es la mujer mi
amor, la novia de tu amigo.
Pedro se quedó petrificado
al escuchar a su madre decirlo con una tranquilidad que lo desconcertaba.
-No me veas así lo sé, tienen
poco tiempo, pero tu papá tiene amantes desde hace tiempo. Llegamos a un
acuerdo.
–¿Pero que me estás contando?
¿Un acuerdo? ¿Le permites que tenga amantes? ¿Y tú? ¿Tu dignidad?
–Quedamos en que cada
quien pueda tener a alguien fuera del matrimonio pero yo no quiero, amo a tu
padre. Decidimos no divorciarnos por ti, te tuvimos para salvar el matrimonio
pero no lo salvó, se empeoró, ojo, te
amamos, te deseábamos, queríamos tenerte, no pienses otra cosa, pero seguiremos
juntos bajo esas reglas aprobadas por ambos.
–¿Y tú pretendes que yo
me quede tranquilo luego de saber esto? Soy producto de una ruptura, soy el
salvador de la relación que no pudo ser tampoco. Qué bolas tienen ustedes.
Prefiero que se divorcien a estar en esta sinvergüenzura.
–No quiero dejar a tu
padre, lo amo.
–Él no te ama, no te
humilles así mamá. Por eso me dijo que no te había dicho nada y que no hablaría
contigo…no me quería decir que fue un acuerdo
–Hijo exacto, fue hablado
y ambos estamos de acuerdo, por eso no te dijo nada, me imagino para evitar
esto de hoy.
–No quiero saber más, me
voy a mi cuarto.
Pedro se fue a su
habitación, lanzó la puerta y se tiró en su cama. Se puso a llorar, buscó su
celular y le marcó a Arévalo
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