Responsable de sus actos.
Las redes sociales amanecieron encendidas con fotografías y videos que
se hicieron virales.
-"Personas levitando en la esfera de Soto, insólito"
-“2 tipos flotando en el aire en la autopista increíble, no le creería
si no lo hubiese visto y grabado"
-"Extraño suceso en la autopista a la altura de la esfera de Soto.
Dos personas levitando".
-Esto supongo que eres tú y Oliver. -Le mostraba Kimberly los twitter
con las imágenes y videos de la gente.
Bernardo sonrió y agachó la cabeza.
-Es increíble lo que ha hecho la tecnología a la humanidad. Todo lo
captan al instante y con las redes sociales se viraliza a velocidades
inimaginables.
Kimberly no le quitaba la mirada. -Sí, somos nosotros, déjame que te
explique.
Nuevamente Bernardo contó de sus poderes y como los adquirió cuando era
un niño.
-¿Entonces, ahora serás un héroe justiciero como los de Marvel. Te harás
un traje?
Bernardo la vio y se sonrió. -No pretendo eso, pero si quiero hacer
justicia.
-¿Matando gente?
-Gente mala.
Kimberly se levantó, caminó y se detuvo.
-¿Mataste al diputado con tu semen? Yo te apoyo si quieres seguir
acabando con la escoria de este país.
-Oliver no está de acuerdo, que no soy Dios para decidir quien vive
y quien muere.
-Dios te dio ese poder, por algo lo hizo. Úsalo como sea y con quien sea
una mierda en este país. Yo te ayudo.
-No quiero involucrarte en eso.
-Yo quiero.
-Yo quiero que estés conmigo, amándonos, compartiendo.
-¿Y Oliver? ¿Vas a dejarlo?
-No, quiero que ambos estén conmigo.
-Eres egoísta, estás pensando en ti, ¿Oliver aceptó?
-No...pero tengo esperanzas que acepte, pero si no quiere, no puedo hacer
nada.
-Yo quiero estar contigo y no me importa compartirte con otra persona,
podríamos hasta vivir juntos y tener una relación los tres.
-Sería ideal, pero en este momento sería muy delicado, Oliver
no está preparado.
Kimberly lo vio a los ojos, pensó en los poderes de Bernardo, le
recorrió por el cuerpo un miedo y un escalofrío. -Tu leche no nos hace daño ni
a él ni a mi ¿Por qué?
-Los amo. Es lo que puedo decirte...
-Has entrado en mi mente y has borrado mis recuerdos. -Kimberly entró en
un extraño trance, veía a Bernardo pero ella no lo estaba mirando. -Manipulas
la mente pero ahora no puedes hacerlo. No puedes entrar, ahora ni en la mente
de Oliver, estamos conectados los 3.
Salió del trance soltando un gemido, igual ocurrió con Oliver que estaba
en su apartamento, supo que Bernardo y Kimberly estaban juntos. Pero al abrir
los ojos perdió comunicación telepática, Bernardo también que por primera vez
sintió miedo de sus poderes.
Kimberly volvió a decirle que a pesar de lo que sabía y el susto que le
producía saber que tenía poderes, lo apoyaría.
-Estoy contigo y soy capaz de hablar con Oliver para que se una a mí y
te ayudemos en tu lucha.
Bernardo abrazó a Kimberly y la besó mientras sus penes crecían.
Comenzaron a frotarse, la fricción los excitaba, se besaban, se
mordían los labios, se tomaban con fuerza.
Bernardo le toma las nalgas mientras frotaba su entrepierna contra la de
ella. Se besaban apasionadamente, sus penes lubricaban a punto de eyacular. Se
apoyaron contra la pared y Bernardo se movía de arriba a abajo restregando su
pene contra el pene de Kimberly.
Ella se tensó, él abrió los ojos. Sus bocas abiertas y jadeando
sintieron como el semen fluía entre su ropa interior. Ambos temblaban, ambos
gemían, ambos soltaron un largo suspiro hasta quedar inmóviles ahí, de pie.
Mientras se limpiaban, Bernardo le recordó la propuesta de trabajar
con él.
Kimberly le dijo que si pero que de momento no abandonaría la calle,
haría ambas cosas.
-De hecho hoy tengo que trabajar, hay un cliente que quiere verme.
-¿Un político, diputado?
Kimberly se quedó callada unos segundos y luego contestó. -Sí, pero
quiere sexo, solo eso.
-Quiere averiguar del diputado muerto, no vayas, no te presentes,
es una trampa.
-¿Y tú crees que no presentándome él no me va a buscar? Yo sabré que
hacer.
-La otra vez casi te matan, si no llego a ir...no voy a permitir que...
Kimberly lo vio y Bernardo no siguió hablando.
-Voy a ir y también voy a trabajar contigo, pero déjame hacer las cosas
a mi manera.
-Ok, ok, pero voy a estar pendiente.
Kimberly se pintó los labios viéndose al espejo.
-¿Me dejas en la Solano? Te confieso que luego de esa acabada no tengo
ganas de sexo y menos con ese baboso.
-No vayas yo te pago la sesión.
-Bernaaardooo, deja de meterte en mis asuntos.
-Está bien, vámonos, te llevo aunque no estoy de acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario