jueves, 21 de marzo de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 29


Acomodando su vida.

Bernardo desayunaba en una de las mesas de una panadería cerca de su casa. Revisaba en su tablet las noticias del twitter.
=Identificado el autor del carro bomba en la Asamblea=
--El presunto asesino se llama Bernardo, un hombre de unos 40 años y al parecer tiene "poderes" que adquirió en su infancia luego que un rayo cayera sobre él—

Bernardo apagó la tablet y se bebió lo que le quedaba de café en el vaso. Se levantó para irse, al voltear cinco mesas de cuatro sillas cada una estaban ocupadas por personas vestidas de negro que al verlo de pie también se levantaron a la vez.
-¿Dónde crees que vas? Hoy es el día de pagar por tus crímenes.
Cada rostro que veía era de una de las personas que había asesinado. Bernardo dio tres pasos hacia atrás y se concentró para inmovilizarlos, no pudo, mientras, las personas de negro sacaron cada una un arma y comenzaron a disparar.

Bernardo se despertó bañado en sudor y con taquicardia, su habitación estaba oscura pero ya era de día. Se levantó secándose la frente con la mano caminando desnudo hacia el baño. Encendió la radio.
=El espantoso crimen en la urbanización Bello Campo donde fallecieron más de diez personas, entre diputados y ministros del gobierno, hace pensar en una escalada de venganza contra los afectos al gobierno. Hasta esta hora las autoridades no descartan cualquier móvil, aunque lo ocurrido no los aleja del asombro del colectivo=

Bernardo estaba en la ducha, mientras le caía el agua se masturbaba. Con los ojos cerrados se imaginaba a Oliver y a Kimberly desnudos besándose. Se daba con fuerza y rapidez, su cuerpo tenso, con la mano izquierda apoyada en la pared, gruñía.
De pronto, se detiene. Chorros de semen caían al suelo mezclándose con el agua caliente. Uno, dos, tres, cuatro lenguas blancas salían del pene. Bernardo temblaba, se estremecía y sacudía su miembro.
Terminó de ducharse y salió. Comenzó a vestirse.

Familiares, amigos y conocidos del papá de Bernardo lo acompañaban en el funeral y cremación. A su lado estaban Oliver y Kimberly.
La gente miraba a la chica y comentaban en voz baja.
-Es un hombre, mira la quijada y es de espalda ancha.
-Coño pero es bella, un mujerón.
-Ay chico ¿Tú como que eres marico?.
-No pajúa, pero está buena, mete el paro.
-¿Y es novia de Bernardo?
-No sé lo tiene tomado del brazo pero eso no quiere decir nada. ¿Será gay Bernardo?
-Seguro, no se le conoce mujer.

-Voy a administración a buscar unos documentos, ya vengo.
-¿Te acompaño?
-No nené...quédate con Kimberly.

-Hasta que por fin podemos hablar. Me gustaría en otra situación.
-¿Te parece bonito lo que hiciste la otra vez? Dejarnos botados en la calle? te fuiste.
-No iba a quedarme a presenciar otro asesinato, además Bernardo al verte se puso celoso, creo que él ya escogió con quien quedarse.
-¿Tú eres idiota? Bernardo te ama. Yo le dije que me apartaría para no molestarlos pero él nos quiere a su lado.
-Te vio besarte con ese tipo y se molestó. Yo le dije que estabas trabajando, que eras puta.
Kimberly se rio. -Ahora que lo pienso no sé que te vio para enamorarse de ti.
-Disculpa.
-Tranquilo, sí, soy puta pero ese día estaba borracha y el tipo fue muy generoso.
Oliver bajó la mirada. -Estaba buenísimo ese tipo.
Kimberly volvió a sonreir. -Muy bueno pero solo eso. Un tipo con mucho dinero por negocios con el gobierno pero tiene aserrín en la cabeza.
-¿Te cogió? -Luego de preguntar eso se ruborizó.
-Para que veas, ese tipo todo grandote, lleno de músculos es pasivo. Aquí entre nos, tiene un pipisito. 
Ambos se rieron, tanto que tuvieron que alejarse de la gente.

-Disculpa lo malo Kimberly. Me enteré de tu existencia y me dio rabia, primero porque pensaba que eras una mujer
-Soy una mujer. -Kimberly lo interrumpió.
-Coño pero tienes un güevo entre las piernas.
-¿Y eso me define como hombre? Hay mujeres que se ponen un pene amarrado con una correa y se cogen a sus parejas hombres o mujeres, ¿eso las hace machos? Creo que eres bien corto en materia de diversidad sexual.
-Creo que debo pedirte disculpas de nuevo.
-Déjalo así, estoy cansada de aclarar las cosas y explicar, estoy aburrida de eso.
-¿Sabes algo?, me he imaginado a Bernardo y a ti en la cama tirando y no me viene a la mente la imagen, me cuesta comprender eso.
-Puedo hacer que esa imagen te venga a la mente, tú y yo. No te cobro. Servicio especial.
-Soy pasivo.
-Mejor, te advierto que el güevo que tengo entre las piernas es enorme.
-¿Vamos a montarle cachos a Bernardo?
-¿Cachos? ¿Quieres ver feliz a Bernardo? Vivamos con él.
-Yo no sé si pueda seguir con él.
Hubo un silencio de varios segundos y Kimberly le puso la mano en el hombro a Oliver.
-Yo no juzgo, pero es muy fuerte, muy fuerte el poder que tiene Bernardo en sus manos. Solo espero que no se le escape, pero lo apoyo, yo también quisiera desaparecer a unos cuantos.
-¿Más? Ya te desapareció a unos diez. Yo no puedo lidiar con eso.
-Me vas a dejar la vía libre con Bernardo. -Comenzaron a caminar hacia la parte de atrás donde nadie los veía.
-Coño no es la idea...yo amo a Bernardo pero ¿sabes cuántos muertos tiene sobre su espalda?.
-Muchos, pero no seas otra carga para él, vamos a aligerarle el peso.

Bernardo salía con una carpeta de la oficina, buscaba a Oliver y a Kimberly, en el camino la gente se le acercaba a darle el pésame. Gente que apenas llegaba, conversó unos minutos y siguió buscándolos.
Dobla a la derecha donde están los baños y ve al final del pasillo a un par de personas besándose. Se acerca más y los ve. Tose.

-Bernardo...yo...estábamos...mierda.
-Estaban besándose. Los vi no hay que darle vueltas. ¿Me pueden explicar?

Kimberly baja la mirada sonriendo y limpiándose la boca con sus dedos.

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