viernes, 22 de marzo de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 30


Lo que es igual no es trampa.

-Bernardo, te puedo explicar.
-Estás en un funeral besándote, ¿Dónde está el respeto? ¿No me decías que no querías compartirme con nadie? ¿Entonces qué es esto?

Oliver se había puesto rojo, miraba a Bernardo y bajaba la mirada. Kimberly estaba seria pero sabía que la actitud de Bernardo era una farsa. 

Oliver volvió a mirar a Bernardo bajó la mirada hacia la entrepierna de este y se dio cuenta que estaba excitado.
-Sí, está parado. Me dio mucho morbo verlos besándose.
-Bernardo por Dios es el funeral de tu papá.
-El que está muerto es él Oliver, aquí el que está vivo soy yo y a las pruebas me remito. -Señaló su pene que se marcaba en el pantalón, el glande se detallaba muy bien.
-Me alegra verlos así juntos, no me imaginé tan juntos pero es un gran avance.
Bernardo se acercó a ellos y le dio a cada uno un beso en la boca. Oliver se apartó luego del beso.
-¿Qué pasó?
-Yo te dije que no...que no puedo estar contigo.
-No puedes pero quieres, también estás con el güevo alerta.
-Bernardo hay una mujer y un hombre que nos están viendo de lejos.

Bernardo vio un burrito amarillo de los que dice piso húmedo.
-Entren al baño de caballeros...¡Entren!
Puso el burrito cerrando el paso hacia el baño y se acercó a la pareja.
-Hola chicos en unos minutos comienza la cremación, ¿Ustedes pueden comunicarlo a los demás mientras resuelvo un asunto?
-Si claro. Mira, pero tú...tú y ese tipo...la chica trans...son novios.
-Yo creo que no es problema tuyo pero como te gusta el morbo te lo digo, si, los tres tenemos una relación, el chico y la chica, es mujer, no le des más vueltas. Vayan a avisarle a la gente.

La pareja se alejó. -Yo sabía que esos tenían algo, que retorcidos. -Decía la mujer mientras el hombre se imaginaba la escena y le gustaba. Lubricó.

-¿Y este para qué nos metió en el baño?
-Ay Oliver ¿Tú qué crees? Lo viste, tenía el güevo parado.
-Me da morbo hacerlo aquí.
-Si mientras esperamos ¿por qué no te animas y me lo mamas?
Oliver se sorprendió con la propuesta mientras Kimberly se subía la falda y bajaba la pantaleta.
-Coño...pero tú andas equipada.
Kimberly acarició su pene y lo apretó en el glande dejando caer un hilo de líquido. -Mámalo.
Oliver se agachó y tomó el enorme pene, sacó su lengua y limpió el glande aquel líquido que caía en un hilo. Poco a poco se introdujo el pene en la boca y suavemente iba humedeciéndolo. Kimberly se quitó el vestido por la cabeza mientras Oliver la veía a los ojos.
-"¿Qué estoy haciendo? Esto es una locura"

Se abrió la puerta. Era Bernardo.
-Ah no, no, no. Yo los metí aquí para otra cosa. -Se desabrochó el pantalón y sacó su pene. -Ustedes dos me lo van a mamar ahora mismo, rapidito que tenemos que salir.

Ambos se acercaron y se agacharon, ambos tomaron el pene y comenzaron a mamarlo cada uno por un lado. Cuando sus bocas se encontraban se besaban. Bernardo les acariciaba la cabeza a ambos mientras disfrutaba la felación y se mordía el labio inferior.
-"Qué bolas yo haciendo esta vaina con mi novio y una trans que tiene un brazo allá abajo"
-"No niegues que te gusta esto que estamos haciendo y lo que me hiciste, te gusta y mucho, eres un sucio"
Oliver se sorprendió al darse cuenta que Kimberly entró en su mente y él también mientras que Bernardo se encontraba absorto de toda esa telepatía entre ambos.
-"Yo creo que Bernardo es la fibra óptica de nuestra comunicación y ni se entera"
-"Esto es una vaina loca pero me gusta, solo deseo que me acabe"

Bernardo le apretó el cabello a ambos. -Me vengo. -Colocaron sus bocas cerca del glande y comenzaron a recibir los chorros de semen que atajaban los dos para luego besarse.
-AAAAAH COÑO QUE DIVINOOOO SIGAN.
Terminó de eyacular y se quedó viendo como Oliver y Kimberly se besaban disfrutando el semen que aún estaba en sus bocas.

Se limpiaron y se acomodaron para salir del baño.
-Te gustó nené, sé que te gustó, yo sé que no quieres dejarme. Tú me amas y yo te amo.
-Vamos a salir. Tengo calor.
-Ay Bernardo yo voy a caminar por ahí, no me gustan estas cosas de cementerios, nos vemos en un rato.
-Tranquila. Ya que estés aquí me complace.

Oliver se fue con Bernardo y Kimberly comenzó a caminar por la calle entre los jardines de las tumbas. Iba pensando en lo que había pasado. Al fondo un hombre en cuclillas le ponía flores a una placa.Mientras caminaba se acercaba e iba viendo al hombre que le resultaba conocido.
Caminó por el jardín y ya estaba más cerca. El hombre se levanta y voltea. Kimberly lo saluda sin saber muy bien quién es.
-Hola.
-¡Kimberly! ¡Hola! ¡Qué sorpresa!

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