Andrés y Amadeo
Amadeo y Aníbal llegaron al apartamento de este. No
había terminado de cerrar la puerta cuando abrazó a Amadeo y comenzó a besarlo
quitándole la franela. Mientras Amadeo le desabrochaba el pantalón.
Aníbal lo empujó por la cabeza para que se
agachara y comenzara con el sexo oral. Amadeo comenzó a lamerle el glande para
luego introducir por completo el pene en su boca mientras le jalaba los
testículos.
–¡Dale, sigue, sigue!–Amadeo disfrutaba
lo que hacía, Aníbal le daba cachetadas–Eres bien puta–Le decía–.
Levantó por el brazo a Amadeo y se lo llevó a la
habitación y lo lanzó a la cama.
–Quítate la ropa.
–Quítamela tú.–Aníbal se acercó y le dio una
cachetada y le dijo que se quitara él la ropa. A Amadeo le excitaba lo salvaje
de su ex–.
Terminaron de desnudarse y Aníbal buscó un condón,
mientras lo abría Amadeo se acercó para volver a mamar el pene, se retiró y su
ex se colocó el condón y utilizó un poco de lubricante.
–Voltéate y ponte en el borde de la cama. Amadeo
hizo lo que le dijo y este comenzó a restregar su pene entre las nalgas
mientras le daba nalgadas. Luego comenzó a penetrarlo lentamente, Amadeo estaba
tenso hasta que Aníbal lo jaló del cabello para que se relajara.
Una vez que lo tenía totalmente penetrado comenzó
a moverse, cada vez con más fuerza, más y más fuerte al punto que la cama iba
rodándose. Amadeo se aferraba a las sábanas aguantando mientras Aníbal seguía
con las nalgadas y gritando groserías. Se detuvo. Volteó al muchacho y le
levantó las piernas para luego flexionarlas y echarlas a los lados para volver
a penetrarlo.
En esa posición Amadeo tenía chance de
masturbarse, Aníbal al darse cuenta le da una cachetada. –No te masturbes que
quiero seguir, te esperas a que me venga– Seguía empujando con fuerza mientras
la cara del muchacho expresaba dolor y placer, con los ojos bien abiertos y la frente brillante por el
sudor. Unas sacudidas más y Aníbal retiró su pene, se quitó el condón y comenzó
a masturbarse –Mastúrbate, acabemos a la vez– Seguían ambos mientras Aníbal le
metía los dedos en el culo a Amadeo.
Se vino primero Aníbal. Tres largos chorros
atravesaron el cuerpo del muchacho. Tres líneas de semen desde el abdomen hasta
el pelo. Se estremecía con cada expulsada. Amadeo se vino igual de abundante
que su amante. Aníbal seguía con sus dedos en el culo del muchacho moviéndolos
en círculo mientras se corría. Se fue directo al baño a ducharse.
–Si te quieres duchar ya sabes donde están las
cosas–Amadeo sólo se limpió con unas
toallas húmedas el semen que tenía en el cuerpo, pene y culo. Cuando salió del
baño ya Aníbal estaba durmiendo. Él hizo lo mismo, se metió entre las sábanas y
abrazó a su ex.
A las 5:30 de la mañana Amadeo se despierta y muy
sigilosamente se levanta de la cama y comienza a vestirse, Aníbal dormía
profundamente. Tomó el pantalón de su ex y revisó la billetera, sacó tres
billetes de 10.000, volvió a dejar la billetera donde estaba y fue a la mesita de
noche, la abrió –Bingo–consigió dos fajos de billetes, tomó uno y se llevó 10
billetes de 5.000 del fajo. Se los metió en el bolsillo y salió del cuarto.
Buscó en la cocina algo para comer e irse. Tomó las llaves y abrió la reja, cerró con
cuidado y salió. Al llegar a planta baja le dijo al vigilante que le abriera la
puerta y le preguntó si por ahí pasaban taxis. Le dijo que bajara cuatro
cuadras donde había una línea de taxi.
Tomó un taxí rumbo al este. Se fue a desayunar y a
pensar si iba o no a la Universidad, en eso suena su teléfono. Era Andrés.
<<Hola, tengo un par de horas libres
ahorita, ¿vas a la Universidad?>>
<<Hola, bueno de hecho no se si vaya, estoy
desayunando aquí en el este, vente, estoy en el Lunch.
30 minutos después llegaba Andrés, Amadeo se
acercó para ayudarlo a llegar y lo abrazó.
–¿Cómo estás? Ven, siéntate aquí.
–Gracias, te noto como contento…y
hueles a...sexo.
Amadeo se quedó paralizado y olió su camisa y
luego sus manos, todavía tenían impregnadas el olor del lubricante.
–¿A sexo? Ja, ja, ja no chico, vengo de mi casa
–¿Tan temprano y desayunando en la calle…tú amaneciste con alguien y te fuiste sin bañarte.
–Bueno sí,
estuve con alguien ¿cuál es el peo? No me tienes que reclamar nada.
–No, mi intención no fue esa je, je, je no somos
nada, simplemente te comenté lo que percibía. Caiste en las redes de tu ex de
nuevo ¿cierto?
Amadeo se quedó callado, su silencio lo delató.
–Tranquilo nene, es tu vida, puedes hacer lo que
quieras no tienes que sentirte mal por eso, somos amigos, más nada.
–No, bueno, es que no volví con él, tiramos y ya…el quería y me lo pidió.
–Por eso ayer no nos vimos…
–Disculpa que no te avisé, debí…
–Ya, déjalo así, ahora estamos juntos y vamos a
desayunar.
–Te pido el desayuno, yo invito.
Andrés y Amadeo caminaron un rato por los alrededores.
Andrés tenía que regresar a trabajar.
–¿Nos volveremos a ver?
–Yo no puedo verte pero no tengo problema en
encontrarnos de nuevo.
–Ok, te llamo, me agrada estar contigo y hablar.
–A mi también y me caes bien, por eso te digo de
nuevo que resuelvas tus problemas con tu ex y cierra ese ciclo.
–Te voy a confesar algo…
–Dos horas hablando y ahora me vas a confesar algo
justo cuando me voy.
–Es que…él me propuso tener sexo
con él y me daba dinero para mis gastos.
–Su prostituto particular, vaya, bueno Amadeo, me
tengo que ir, nos encontraremos cuando el destino confabule a nuestro favor…cuando
salgas de eso ya sabes donde ubicarme.
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