sábado, 12 de enero de 2013

SEXORAMA 10. Descargando tensiones

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Me termine la copa que bebía en la barra de un bar y ya no aguantaba las ganas de orinar.
Estaba en uno de los urinarios, cuando veo que el atractivo tipo que estaba con su novia en la barra entra en uno de los cubículos que está frente de mi... El carajo dejo la puerta entreabierta para que lo pudiera ver, se sacó el pene y comenzó a  moverlo y manosearlo suavemente. No podía separar la mirada de aquel macho, que me miraba insinuante, sin darme tiempo a reaccionar me agarró de la camisa y casi de manera violenta me jala hacia el cubículo y me dice:
-Entra que apenas tengo tiempo.
Cerró la puerta se lanzó sobre mi, metiéndome la lengua hasta la garganta. Sus manos se fueron directamente a mi guevo que aún permanecía dormido, pero ya empezaba a responder. Mis dedos buscaron entre sus piernas y tocaron un pedazo de carne enorme y duro como una piedra. Cuando dejó de besarme, se agachó y comenzó a mamarme el guevo que crecía dentro de su boca. Me lo mamaba de una manera tan morbosa y con buena técnica que  su heterosexualidad quedó en entredicho.
Pasaba su lengua por el glande, para luego tragarse todo el pene de golpe, su cabeza golpeaba mi pelvis mientras que sus manos masajeaba mis bolas. Estuvo unos segundos succionando la punta, para volverse a meter completo mi pene, sentí como le daban pequeñas arcadas que las aguantaba con mucho placer, se lo sacaba de la boca lleno de saliva y me masturbaba haciendo que me estremeciera... cuando ya estaba a punto de acabar me miró a los ojos,y con cara de sucio y de morbo me dice:

- Lléname la boca de leche.

Terminó de decir la frase y los chorros cayeron en su boca y al mismo tiempo iba tragándosela. Se levantó del piso y me dió otro beso, sintiendo el sabor de mi semen en su lengua.

Me volteó y me empujo la espalda hacia abajo, escupió en mi culo y sin más me penetró. El dolor hizo que me echara hacia adelante y sin querer activé la palanaca de la poceta hacienda un escándalo. El ruido opacaba mis gemidos que continuaron al detenerse el mecanismo. Enfrascados como estábamos en la tirada, no nos importaba si entraba gente en el baño, entre esas cuatro paredes, el mundo pareció detenerse

-Muévete puta, ábreme ese culo- me decía con voz ronca y con arrechera, por segundos pensé que me golpearía. A punto de venirse me agarro de los hombros y terminó de penetrarme lo más profundo que pudo. Yo seguía gimiendo del dolor. Sacó su pene de mi culo y ambos destilabamos semen.

 Al quedarnos callados ya supimos que el baño no estaba solo, nos limpiamos y acomodamos. Al salir, los cuatro urinarios estaban ocupados, tres de ellos con unos tipos masturbándose, me imagino que al escuchar aquel forcejeo.
 El salió primero y yo me quedé…era probable que tuviera un segundo round.

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