Sebastián Salió del apartamento y llamó a Darwin para verse y celebrar
lo del nuevo carro, lo pasó buscando y se fueron a tomar unas cervezas con
otros dos amigos de Sebastián.
Cuando Darwin y Sebastián se quedaron solos luego de un par de horas
con los amigos, comenzaron a hablar acerca de Gonzalo.
–Tenemos que mudarnos de ese apartamento, yo creo que es hora de
irnos, Gonzalo está medio loco.
–Pero es que ahí no pagamos alquiler, donde vayamos tendremos que
pagar y mucho.
–Bueno, tú ganas bastante dinero ahora, yo ajustaré mi presupuesto y
lo pagamos entre los dos.
–Si, estoy ganando burda de plata pero quiero ahorrar pa’ comprarme un
carro.
–Coño marico pero hay que salir de ese apartamento.
–Vamos a darle largas hasta que consigamos algo económico, él no nos va
a hacer daño.
–Estás muy seguro. -Se quedó pensando. –Tienes razón el carajo está
enamorado de ti.
–Palabra cierta. -Gonzalo llamaba por el celular a Darwin.
–<¿Dónde estás?>
–<Con Sebastián tomándonos algo, celebrando>
–<No bebas mucho que después llegas borracho y no me gusta
eso>
–<Tranquilo Gonzalo, ya>
–<¿Y dónde están celebrando?>
–<En el León, nos vamos más tarde, luego trabajo>
–<Ok>
–<Ok>
Gonzalo cortó la llamada y fue a ducharse para salir.
–¿Vas a trabajar ahora?
–Si, y con unas birras encima me pongo quesúo y me dan ganas de tirar
más y así si me toca un viejo lo soporto más jajajaja.
–Coñoemadre jejejeje, ten cuidado Darwin.
–Tranquilo.
–¿Cuándo me das culo?
–Con ese novio que tienes no me acerco a ti ni de vaina.
–Ya lo dejamos definitivamente.
–Mmmmm, eso dijiste la otra vez.
–Ahora sí.
Sebastián dejó a Darwin en la avenida donde se pone a esperar a sus
clientes y él siguió de largo al apartamento.
Un carro se acercaba a la esquina donde estaba Darwin parado. Al estar
a la altura del muchacho, bajó la ventana.
–¿Cuánto?
Darwin se agachó. –Mamada 6, completo 10, si quieres un extra 15 o 20
depende.
–Verga, carito, móntate, que me han dicho que eres bueno.
Mientras Darwin se montaba, un vehículo estacionado unos metros atrás
encendía sus luces y salía del puesto.
–Hueles a caña, ¿estabas bebiendo?
–Si, con unos panas.
–Te voy a coger rascao, uf que rico.
–Me pongo bien perra cuando estoy rascao.
–Me va a tocar pagar el extra.
–Vas a pagar lo que yo te diga. -Darwin se agachó para sacarle del
pantalón y mamarle el pene mientras iban al hotel.
Llegaron.
–Entras tú y luego subo yo, toma, paga la habitación mientras yo
recojo aquí, me mandas un mensaje.
Darwin pidió la habitación, al entrar le escribió. Cuando el hombre
salió del carro, sacó un morral y cerró el carro con el seguro. Entró al hotel.
Un hombre vestido de negro se acercó al vehículo, se agachó y sacó del
suéter una navaja. La clavó en el caucho trasero e hizo lo mismo en los otros 3
cauchos y entró.
Llegó a la recepción y le entregó un dinero al hombre para que le
diera una habitación al lado de los que entraron antes que él. Cuando le pidió
su cédula, sacó 3 billetes más para que obviara ese trámite.
–Ponte a mamar a ver si es verdad que lo haces bien.
–Dame los 5mil primero. -Le dio la paca de dinero y le bajó el
interior. Un pene grueso y largo aún en reposo junto con unos pequeños
testículos libre de vellos igual que el pene, toda la zona había sido afeitada.
Darwin tomó en sus manos el pene flácido, echó hacia atrás el prepucio
y descubrió un glande rosado y húmedo. Acarició todo el pene que ya comenzaba a
levantarse y se lo introdujo en la boca, succionándolo y moviendo la lengua por
todo el pene.
–Coño papá, que rico lo haces. -Ya con el pene erecto, Darwin se movía
sacando y metiendo rápidamente el pene de su boca mientras lo masturbaba.
El hombre se sentó en el borde de la cama y Darwin en el piso para
seguir mamando.
–Móntate, encima de mí que quiero comerte el culo.
Mientras Darwin continuaba mamando, el hombre tenía en su cara el culo
del muchacho. Le abrió las nalgas y comenzó a disfrutar dándole un beso negro y
a restregar su barba en aquella zona.
El hombre de negro le dio un dinero a la mucama para que le avisara
cundo Darwin saliera de la habitación o el que saliera. También que le prestara
la llave para abrir el cuarto.
–¿Pero usted quiere entrar ahí para qué? –Sacó el dinero y se lo puso
en la mano.
–Eso no es problema suyo.
–¿Pero va a matar a ese hombre?
–Es probable, se acuesta con mi novio.
–Ay Dios bendito, yo no quiero saber nada. –La mujer iba a irse y el
hombre la detuvo por el brazo apretando con fuerza.
–Usted no se va, deme la llave y yo al salir le daré más dinero. ¿Le
quedó claro?
–Si, si, si…señor.
El hombre estaba de pie junto con Darwin que tenía una pierna puesta
sobre la peinadora y frente al espejo. Lo penetraba mientras le abría la nalga
para ver como entraba su pene en el culo del joven. Darwin veía por el espejo
como sus testículos y su pene se movían con el vaivén del hombre. Volteó hacia
un lado y por el otro espejo tenía la visual de cómo lo estaban penetrando.
Aquel pene entraba y salía fácilmente del culo de Darwin que ya estaba
dilatado.
Le bajó la pierna y lo volteó empujándolo a la cama.
–Sube las piernas. -Le dijo mientras lo masturbaba para poner el pene
duro de nuevo. Volvió a penetrarlo. Le llevó las piernas hacia atrás levantando
el culo y el poniéndose sobre Darwin. El muchacho podía ver como aquel tipo lo
penetraba. Estaba excitadísimo.
El culo del muchacho estaba totalmente abierto. –Si tuviera otro guevo
te lo meto, tienes ese culo abierto. Voltéate.
Darwin se puso boca abajo y el hombre se acostó sobre él. Sin abrirle
las nalgas dejó que el pene entrara solo por entre ellas y se deslizara por el
dilatado culo. Lo tomó con fuerza de la cabeza y empezó a mover su pelvis hacia
arriba y hacia abajo. Darwin hacía lo mismo, levantaba su cadera y se movía.
–¿Dónde quieres la leche?, ¿Dónde quieres la leche?
Sacó el pene y retiró el condón, derramó el semen sobre las nalgas del
muchacho que se escurría hacia adentro y aprovechó para restregarle el líquido
y meterle unos cuantos dedos por el culo.
Luego de estar tumbados unos minutos en la cama, Darwin se levantó
para limpiarse y de una vez irse.
–Yo me voy dame el dinero.
–Coño ya va.
–No mi pana, necesito seguir trabajando.
Sacó dos pacas de dinero y se los dio. –Te voy a llamar pronto para
hacer un trio con un pana, para cogerte los dos.
–Si va, los trios es más caro.
–Tranquilo.
Darwin salió de la habitación. Vio a la mucama que se sonrió y con las
mismas se levantó de la silla y le tocó la puerta al hombe de negro.
–Salió un muchacho, joven.
–Gracias.
Sacó la llave del bolsillo y abrió con cuidado la puerta. El tipo se
estaba duchando. El hombre de negro se quitó el suéter y la camisa y sacó el
cuchillo.
Entró al baño. El hombre estaba de espalda, Con una mano le aprisionó
la cabeza tapándole la boca y con la otra mano lo apuñalaba. 8 cuchilladas le
dio hasta que el hombre quedó inmóvil. El agua caliente seguía corriendo
mientras por el desagüe corría la sangre que brotaba del cuerpo inerte.
Se quitó el pantalón y los zapatos y tomó la toalla, se lavó los
brazos y se secó al igual que los zapatos. Se puso el pantalón del hombre que
ahora estaba muerto y se puso su camisa y suéter nuevamente. Tomó las
pertenencias del hombre, limpió por donde había tocado y salió de la habitación
limpiando el pomo también.
–Listo señora, cuando pasen las horas reglamentarias que vengan a
tocarle, ahora no haga nada.
–¿Lo mató?
–No, Jehová se encargó de él a través de mi. Era un hombre pecador que
no cumplió los mandamientos.
–Ay señor usted me da miedo.
–No le tengas miedo a los que sirven a Jehová, tenle miedo a los que
no lo aman ni respetan. Vaya en paz hermana. –Le dio un beso en la frente y
salió del hotel rumbo a su vehículo.
Darwin tenía apenas minutos que había llegado al apartamento, no quiso
trabajar más por ese día, se preparaba un sanduche cuando escuchó que abrían la
reja del apartamento, salió de la cocina.
–¿Gonzalo? ¿qué haces en la calle a esta hora?
–Llevando la palabra de Jehová a la gente y a los que no la siguen
apartarlos de aquí.
–Ah ok, pero es como tarde para ti.
–¿Estás bien? ¿cómo te fue? ¿Te hicieron algo?
–Todo bien. Mira, me pagaron te voy a dar un dinero para colaborar con
la casa y arregles las cosas que están pendientes de arreglar. –Le puso el
dinero en la mano y Gonzalo lo botó al piso.
–Ese dinero es mal habido, viene del pecado Darwin. No lo quiero
–Vivo de eso, así que tómalo.
–No m debes nada muchacho, solo verte bien y sano me reconforta. –le
pasó la mano por la mejilla y le dio un beso.
–¿Tú estás bien? Tú no das besos.
–Ve a descansar Darwin, dulces sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario