Las trampas del destino
–Tú estás loco carajito, aquí no podemos estar.
Calixto se reía, mientras halaba a Nestor para entrar a uno de los
laboratorios de la universidad que estaban inhabilitados.
Entraron y de una vez se agachó bajándole el cierre del pantalón y
torpemente sacando el pene del hombre.
–Coño carajito si lo mamas rico, wao…como el rector nos encuentre aquí
me botan y a ti te van a expulsar, aaah sigue, sigue.
–Tranquilo profe, aquí no viene nadie. -Calixto seguía con el sexo oral,
introducía todo el pene en su boca y lo sacaba completo mientras lo masturbaba.
Nestor acariciaba la mejilla del muchacho mientras lo veía. Estaba
disfrutando aquella locura.
–Ya me vengo, ya me vengo.
–Dale, me la quiero tragar. –Volvió a metérselo en la boca y recibió
todo el semen del hombre.
Calixto es un muchacho de 22 años, estudia Ingeniería, es del interior
del país pero se vino a estudiar a la capital. Vive con una tía, hermana de su
mamá, la mayor de los hermanos. Tiene una relación con Nestor, su profesor de
Geometría descripitiva, un hombre maduro de 55 años, casado con 2 hijos.
Llevan año y medio juntos. Viven su romance en secreto.
–Sal tú primero, si te ven no van a sospechar, eres profesor.
–Me estás poniendo en una situación comprometida Calixto, esto no se
debe hacer.
–Si a ti te gusta esto, anda, sal, yo salgo luego.
Nestor se fue, caminando por el largo pasillo y algo nervioso rezando
que no pasara nadie.
Calixto se quedó en el laboratorio y decidió masturbarse antes de
salir, se sentó en el piso con las piernas dobladas y los pantalones en los
tobillos.
Comenzó a masturbarse lo más rápido que podía, de repente
escucha un ruido, se detiene y sigue.
Frente a él sobre el mesón pasó una enorme rata y Calixto se asustó tanto
que se levantó del piso como pudo resbalándose, al poner la mano en el
mesón que tenía detrás tumbó varios frascos, tubos de ensayos y pipetas que
comenzaron a caer el piso.
Otra rata apareció y con los pantalones abajo salió del laboratorio
cayendo al piso.
–Wao Calixto tienes unas nalgas bonitas, ja, ja, ja
2 compañeras de clases del muchacho que en ese momento pasaban.
–A ver, que tal por delante.
–¡Ya Claudia! ¡Váyanse!
–Ya nos vamos ¿y tú que hacías en ese laboratorio si está cerrado?
Calixto se subió como pudo el pantalón y se levantó.
–Ah ya, nada…vi que estaba abierto y me metí a buscar algo.
–Mmmm pero rompiste algo, se escuchó que se rompían cosas.
–¿Se escuchó mucho?
–Bueno, nos acercamos, la profesora Beatriz nos dijo que saliéramos a
ver.
–No digan nada por fa, por fa.
–¿Estabas con alguien allá adentro verdad? ¡Qué fuerte!
–¿Quién es la chama? ¿la conocemos? –Dijo la otra amiga.
–Nooo, no era una chama.
–¡Ah un chamo! Yo sabía que eras gay.
–Ay Claudia deja la guevonada, estaba solo buscando unas vainas.
–¿Vas a entrar a esta clase?
–Yo no veo esa materia acuérdate, voy a la biblioteca, nos vemos
ahora. -Calixto se alejó de ellas.
–¿Tú crees que sea gay?
–Yo creo que si, no tiene novia y no lo he visto con ninguna chama así
cariñoso y no piropea como sus amigos que son una ladilla.
–Ay marica pero eso no te dice nada.
–Que pendeja eres, ¿no ves que tiene gestos así medio raros.
–Jajaja que mala eres, Calixto es él más pana de todos en clases.
–No te quito razón yo lo quiero mucho, pero eso no le quita que sea
gay, y además no me importa, eso es rollo de él pero que salga de clóset.
–Vamos que la vieja esa debe estar pensando que nos jubilamos.
Como casi todas las tardes Nestor y Calixto se iban a un café bien
lejos de su lugar de trabajo y residencia para estar tranquilos y conversar con
una merienda.
–¿Tú te siente bien conmigo? -Preguntó Nestor luego de tomar un sorbo
de café.
–Claro mi viejito ¿por qué lo preguntas?
–Ya tenemos año y medio juntos y sabes que no te puedo ofrecer mucho,
estoy casado y con hijos. ¿Vas a aguantar más tiempo así? Apenas tienes 21 años
y yo me estoy poniendo viejo.
–Yo te dije que me gusta estar contigo y asumí que eras casado y me
monté en ese barco, acepto quien eres y disfruto los momentos juntos.
–Quisiera vivir contigo, pasar mas de 2 días juntos por lo menos.
–No se puede mi viejito, estás casado. Pero ya hemos pasado la noche
juntos mi amor, no te hagas un rollo con eso.
–Tengo miedo que me dejes por uno de tu edad y que te ofrezca cosas
que yo no pueda darte.
–Me diste un carro, usado, pero me lo diste y me das amor, compañía,
cariño, apoyo, ¿qué mas quiero?
–Yo quiero una vida contigo.
–Divórciate.
Se hizo el silencio por varios minutos, ambos tomaron su celular.
–Discúlpame, no debí decir eso.
–Tranquilo nené, tienes razón, soy un cobarde.
–No he dicho eso.
–Lo piensas y no te quito razón, pero de momento no se puede hacer
nada. Hablemos de otra cosa, lleva el carro al taller y luego me dices el
monto, no me gusta que estés sin carro.
–Mañana antes de clases lo llevo. Ahora más tarde me veo con un amigo
para tomarnos algo.
–¿Qué amigo? ¿Gustavo?.
–No, no, otro amigo.
–Aja ¿pero que amigo es ese?
–¡Ay mi viejito!, un amigo, no lo conoces, se llama Diego.
–¿Tiene tu edad?
–Siiiiii, tiene mi edaaad. A mi no me gustan los carajitos ya te lo he
dicho, siempre me he rodeado de gente mayor que yo.
Nestor lo acercó al metro y se fue a su casa. Calixto tomó el celular
y entró al Grindr.
Revisó si estaba conectada la persona.
–<Hola, ya estoy cerca del sitio>
–<Yo casi, espérame> –Diego iba con retraso
pero se encontrarían en pocos minutos
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