Llegando al límite.
Carmelo estaba a punto de realizar lo que más le gusta, pero
el grito de los vecinos lo sacó de su trance momentáneo.
–¡Ahí está el asesino! -Gritó una de las personas y a la
vez todos corrieron a la calle. Carmelo se subió el pantalón y tomó el arma.
–Se acercan y comienzo a disparar, quédense donde están y
nadie resultará herido.
La calle estaba oscura y la gente no podía distinguir el
rostro de Carmelo. Mientras seguía apuntándolos iba caminando en retroceso
hacia su carro que estaba cerca del motorizado y los vecinos.
Al estar cerca del carro, la luz de un poste iluminó por
completo su cuerpo, sobre todo su cara.
–¿Carmelo? -Una vecina lo reconoció. –Carmelo, lo conozco,
es él, es él. -Carmelo apuntó y le disparó a la mujer y enseguida entró al
auto, lo encendió y se fue a toda velocidad.
Entre los gritos de la gente y auxiliando a la mujer herida
nadie se fijó en el carro ni cuando Carmelo se fue. La bala pasó por el cuello
de la mujer lo que hizo que se desangrara en minutos. No hubo chance de nada.
–Carla dijo el nombre del tipo, ¿alguien se acuerda?
–¿Te vas a poner a pensar
en eso? Tenemos una vecina muerta.
–Y un asesino prófugo.
–¿Pero en que estás pensando?
Comenzó una discusión entre 3 de los vecinos mientras otros
se llevaban el cuerpo de la mujer a la acera. Entre la discusión escucharon
unos gritos que venían del otro lado de la calle, era la mujer que tuvo el
accidente.
Se acercaron para ayudarla.
–Un hombre, un hombre, me violó. -La mujer estaba
semidesnuda.
–Aquí hay unos guantes.
–NO LOS AGARRES, pueden ser del tipo este, hay que llamar a
la policía.
Carmelo manejaba sin rumbo, el cuerpo le temblaba y tenía
taquicardia
Llegó al edificio. Al estacionar se fijó que a su lado
estaba el arma que le quitó al motorizado, la guardó en la guantera.
Subió a su apartamento. Abrió la puerta y se fue directo al
cuarto de sus padres. Los vió ahí, acostados, inmóviles y se colocó entre
ellos. Los cuerpos estaban cubiertos de polvo pero eso no le molestó y sacó su
celular. Revisó su correo.
<<Todo listo doctor, ya tiene los boletos para su
viaje al congreso en Tinajero. Le envié el recibo de su pago. Buenas
tardes.>>
Se levantó y le dio un beso a su madre y a su padre, salió
del cuarto y se fue a hacer una llamada.
–<Hola belleza, ¿cómo estas?>
–<Hola Carmelo, estoy con mi esposo, no puedo hablar
mucho>
–<Tranquila solo te llamo para decirte que en 5 días nos
vamos a Tinajero, tengo un congreso sobre Medicina Forense, ve pensando que le
vas a decir al gay de tu marido para escaparte,
te queiro a mi lado.
Bertha sintió como su entrepierna se humedecía. Cada vez que
hablaba o veía a Carmelo sucedía lo mismo.
–<Ok, iré contigo>
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