Miércoles 11:06 am
“Yo me quería quedar más tiempo en Los Robleees” hizo un
gesto de llanto Federico. “Tranquilo bello pronto regresaremos” “Gracias por
ese regalote amor, pero el mayor regalo es estar contigo siempre” Federico le
plantó un beso.
6:00 pm
Joaquín y Veronica salían de la clínica de ver a los nuevos
papás y a María Joaquina. “Que bella es” dijo Veronica. Joaquín ya no es el
mismo de antes, ahora es retraído y tímido, Algunas noches tenía pesadillas con
lo que le sucedió en aquel parque. Ahora trabajaba en una pequeña agencia,
ganaba menos pero estaba más tranquilo. El dinero que le dieron de la
liquidación y el soborno de Lucía nunca lo pudo recuperar. Empezó de cero,
ahorrando lo que podía.
“Mi amor, ¿y si adoptamos un bebé? ¿te gustaría?” le dijo
Verónica. Joaquín ahora no tomaba decisiones sino que le decía ok a todo, la
que decidía era Verónica. “Claro bebe, claro que sí, vamos a montarnos en eso a
ver que tenemos que hacer” ambos sonrieron y se dieron un beso.
“Mi amor ¿y cuantos años de casados tienen Ernesto y Gisela?”
“Creo que 4 años”. “Se ven bellos juntos y ahora con la bebé, más. Desde que
Verónica conoció a Ernesto, le llamó la atención, cada vez que se ven hay un
cruce de miradas cómplices, que se desvanecen una vez que Gisela se acerca a
Ernesto.
“¿Vamos a mi habitación y pasamos la noche ahí?” yo hablo
con la dueña para que te deje quedar, ¿si?” le dijo a Joaquín. Desde que tuvo
el atraco, Joaquín no ha tenido sexo ni con hombres ni con su novia, ella ha
sido comprensiva en ese aspecto y lo está ayudando. Ni siquiera tiene
erecciones, está bloqueado.
Ya en la habitación, Joaquín se acuesta en la cama y Verónica
empieza a desvetirse frente a él a media luz, se queda solo con el sostén y la
parte de abajo, una lencería vinotinto de encaje. Joaquín al verla se emociona
pero su pene sigue dormido, ella se acerca, su piel ligeramente satinada y con
olor a melocotón, insita a Joaquín a recorrerla con su boca, baja por los
pechos bien formados y levantados, se detiene en un pezón y lo rodea con su
húmeda lengua hasta dejarlo duro como una piedra, hace lo mismo con el otro y
mientras baja, juega con sus dedos con ellos.
Llega a la entrepierna y un olor afrutado le hace abrir los
ojos, y frente a él, una vagina rosada, a simple vista intacta y totalmente
depilada. Se acerca a ella y con sus manos separa los labios y juega con los
pliegues moviendo su lengua hacia arriba y hacia abajo. De repente en su mente
llega un recuerdo: “Te vamos a matar por
ser tan puta, maricón de mierda”. Un corrientazo lo distrae por segundos de
su objetivo, pero sigue. Se interna más profundo con su lengua haciendo que
Verónica suelte gemidos de placer cada vez más intensos, logrando así el primer
orgasmo de la noche, derramando su flujo en la boca de Joaquín. “Wao amor que
rico estuvo eso, acuéstate que ahora quiero hacértelo yo” Por más técnicas que
usara ella no lograba una total erección en Joaquín, pero como pudo logró que
eyaculara, evitando que salpicara en su cara o boca. Ambos cayeron rendidos en la cama, la tensión era grande y fue un
reto llegar hasta donde llegaron solo con unas mamadas.
Sábado 2:00 pm
Federico y Ricardo llegaron a casa de Gisela, ya estaban ahí
Verónica y Joaquín.
Trajeron regalos para la niña y para la casa: vestiditos, el
asiento para el carro y unas botellas de vino y jamón Serrano para celebrar en
grande la llegada de María Joaquina. Una vez la bebé se quedó dormida después
de comer, se reunieron todos en la sala, Gisela trajo la radio para escuchar si
la niña se despertaba o hacía un ruido extraño.
Veronica se levantó, “Voy a la cocina a abrir la primera
botella” “Te acompaño para ayudarte” dijo Ernesto. “¿Cómo estas? ¿Te sientes
bien? ¿Qué tal con Joaquín? Cuídalo, que yo quiero mucho a ese guevón jejeje”
mientras le decía eso le acariciaba la mano. “Claro que sí, lo estoy cuidando
muy bien”. Bajó la mirada y notó que Ernesto estaba excitadísimo. “Así como
estás, no puedes salir allá afuera” “Así me tienes, prensado, ¿quieres
tocarlo?” “Tu esposa está allá afuera” Le agarró la mano y se la puso en el
pene, “Siéntelo” ella se lo apretó, él no aguantó y se vino en los interiores.
“¡Wao! Tienes esa mano caliente, mira lo que hiciste”.
Salieron de la cocina y el fue directo al baño a limpiarse
la culpa. “aquí está el vino y unas aceitunas” “Que fastidio que yo no puedo
tomar” dijo Gisela, que se resignó con un jugo de manzana. “Bueno menos mal que
yo no estoy trabajando, así que me puedo quedar con la niña siempre, de vez en
cuando me ayudará mi mamá pero tampoco quisiera dejársela para que la cuide, no
porque no pueda, sino que ya tiene bastante, mi papá jode mucho jajaja”
explicaba Gisela cuando Federico le preguntó como le iba los primeros días con
la bebé.
“Gisela yo con todo el gusto del mundo te la puedo cuidar
los fines de semana, claro previamente cuadramos. Pero no tengo problema, yo he
cuidado bebes y niños cuando estaba en España” Le comentó Verónica. Ernesto se
sonrió con picardía. ‘Ay vale, esta Verónica
no es más puta porque se levanta tarde, estos se traen algo y encima diciendo
lo de los chamos que cuidaba, que mojonera, solo cuidó a su sobrinito por dos
años y tenía cuatro años’. Pensaba Federico.
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