lunes, 3 de septiembre de 2012

AMOR EN TINIEBLAS 4 Capítulo 5


Martes 6:05 am
“Rodo esta noche me quedo en casa de mamá para hacerle compañía, se siente sola, cualquier cosa me llamas allá, de todas maneras yo busco a Nacho al mediodía lo llevo a natación y luego lo pasas buscando por casa de mamá”. “Ok Bello, acuérdate que esta semana hacemos lo del banco” “Si recuérdamelo para informarle a mi asistente”.

6:36 pm
“Hasta mañana Nacho, cuida a papá y cena bien, cómete todo, hazle caso a papá, ¿ok?” “siii tíiio” “Chao Rodo, hablamos ahora cuando llegues”, “un besote” le susurró al oído.

Media hora después hablaban por teléfono. “Bueno amor, me llamas al celular cualquier cosa mira que mi mamá se escandaliza si llaman por teléfono, un besote”. Llama por el celular: “ En media hora salgo, déjame cuadrar aquí y me voy para allá”

8:05 pm
“Hola mi amor cuanto tiempo, wao como te extraño, te vi hace poco y ya te extraño horrible, dime que te vas a quedar a dormir”, “claro papá, para eso vine, para estar tú y yo solos, juntos”. Cenaron y fueron a la habitacíon, la cama estaba cubierta de pétalos rojos, varias decenas de velas impregnaban de luz y un agradable clima cálido a la habitación. Un aroma de fresa en el aire.

Frente a frente iban poco a poco despojándose de la ropa, ambos sin camisa, apretó su pecho musculoso, oscuro de tanto vello negro, humedecido por el calor de las velas se al pecho de él. Sus manos se deslizaron a la cadera y a la vez bajaron sus pantalones, sus penes chocaron entre sí logrando una erección inmediata. Bajó hasta su entrepierna y humedeció como otra veces lo había hecho aquel enorme pene grueso. Se levantó y cayeron en el manto de pétalos, fundiendo sus cuerpos, penetrando la profundidad de su amado, salpicando de sudor las sábanas, envolviendo el cuarto con sus gemidos. Desbordando con su fluído, su velludo pecho.

10:08 pm
Ya casi dormidos, suena el celular. “¿Es el tuyo o el mío?, “es el mío”.

“¿Aló? Hola Rodo como estás?
R: ¿Federico? ¿Dónde estás tú?
F: En casa de mi mamá…¿por qué? ¿Qué pasó?
R: ¿Estas con Vicente en casa de tu mamá?
F: ¿Qué, qué es eso, qué dices?
R: Estoy llamando al celular de Vicente y atiendes tú…estás con él…

Federico ve el celular y ve el otro que esta en la mesita. Son iguales.

F: ‘mierda’ Si, estoy con Vicente…vine a visitarlo, ya me voy a casa de mamá.
R: No Fede, tranquilo, puedes quedarte ahí revolcándote con mi hermano, mañana hablamos.

“¡Carajo! Miles de celulares, miles de ringtons y tenemos los mismos, Rodo me acaba de pillar feo, sabe que estoy contigo”. “Habla con él ya, dile que vas a cortar con él y que vamos a vivir juntos.”

Miércoles 8:33 pm
Ricardo dejó en la tarde a Ignacio con su abuela, ahora Federico y él estaban solos en el apartamento para hablar.

Ricardo: Federico desde que nos conocimos hasta ahora han pasado cosas, cosas buenas, muy buenas, malas, muy malas y fatales. Todo es tan extraño desde que estamos juntos, ha muerto gente cercana a nosotros.
Federico: ¿Me estás diciendo pavoso?
R: Deja la ridiculez y escúchame. Ambos hemos tirado por fuera no lo podemos negar, yo asumo mi peo, tire con Lucía, con Rebeca, con Ernesto y con otros tipos ahí y tu también has hecho lo mismo Federico y esta relación se ha convertido desde el principio en una farsa y entre cacho y cacho han muerto personas en extrañas circunstancias, que pensando en frío uno empieza a darle a la cabeza y a especular. Yo quiero que tú me expliques de que va todo esto. ¿Qué sabes tú de esas muertes, que pasó con Reinaldo?.
F: aaajhhh -un fuerte suspiro lanza Federico- wao, ok, presta atención porque lo que yo te diga en este momento va a ser la total y absoluta verdad por más cruda que sea…y no pienso repetirla más.

“Es cierto, cuando nos conocimos me gustaste mucho, me enamoré de ti como nunca lo había hecho, pero, ahora todo cambió. Sin tu saberlo he frecuentado a tu hermano varias veces, hemos salido con Ignacio, comido, cine, hemos compartido muchas cosas y no solo sexo como ya te dijo él, y ha sido bien poco. Pero me siento muy bien con él, la paso excelente, es algo totalmente distinto a lo que he vivido contigo, quiere a Ignacio, y él se siente bien con Vicente y eso me mata. En cambio tú no te interesa en lo más mínimo por el chamo, si, sales con él, pero no compartes, tú no sabes lo que a él le gusta, que come, que quiere ser cuando sea grande, que color le gusta, que le molesta, que cosas no le dejan dormir, los miedos que tiene, las burlas en el colegio por tener dos papás, eso no la sabes ¿verdad?. Vicente si y tiene menos tiempo compartiendo con él. No te voy a decir que estoy enamoradísimo de Vicente, pero lo amo, amo sus llamadas para saber de mí, de Nacho, amo como me hace el amor, amo sus historias, sus angustias, temores. Yo a ti, te quiero muchísimo, eres una parte muy importate en mi vida, pero ya no te amo.”

“Yo la verdad…tampoco te amo… ‘mierda si te amo, pero no puedo estar contigo’, a lo mejor nunca fue amor y no sé si lo que esté teniendo con Ernesto lo sea, el tiene muchos peos encima, es mi amigo, mi hermano, tiré con él y me movió todo, quiero intentarlo, no sé si funcione pero lo nuestro no está funcionando.”
“ Ok…entiendo…Bueno Rodo yo creo que lo mejor es que dejemos todo hasta aquí, que cada quién agarre su camino…yo me mudaré, recogeré en esta semana las cosas y me voy de aquí.”

- Bueno pero no tienes que irte así de buenas a primeras, quédate mientras consigues algo.
- Me mudo con Vicente, Rodo
- Vaya…que rápido, ¿no?
- Bueno creo que tu harás lo mismo con Ernesto, es obvio…
- Está con Sofía
- Ay por favor Ricardo, eso es un parapeto, el termina con ella y listo. Yo solo te voy a pedir algo. Por favor, cuida a Nacho, sé el papá que verdaderamente necesita. Otra cosa, ya que no voy a estar aquí, permíteme venir a verlo y salir con él, me voy a morir si no lo veo…ya se me va a ser difícil no verlo, acompañarlo a su cuarto y arroparlo….-a Federico se le iba la voz, con los ojos llenos de lágrimas, Ricardo lo abrazó-
- Claro que puedes venir para acá cuantas veces quieras tonto, esta es tu casa e Ignacio es como tu hijo, eso sí, no vengas con Vicente, no quiero verlo.
- Tranquilo…entiendo…bueno ahora quiero que estes ahí sentado y me escuches bien lo que te voy a contar, no me interrumpas, luego hablas tú. Sé que lo que te voy a contar no te va a gustar, e incluso me vas a odiar por el resto de tu vida, pero creo que necesito contarlo y quien mejor que tú, para saberlo.

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