viernes, 31 de agosto de 2012

AMOR EN TINIEBLAS 4 Capítulo 4


“¿Cómo está profesor? ¡Que de años sin saber de usted!” “Si vale…desde el colegio…¡12 o 13 años!”

Gustavo Maldonado, 44 años, Licenciado en Educación Física, fue por 6 años profesor de deportes en el colegio de Federico, hasta que tuvo un problema con un alumno que lo acusó y puso su cargo a la orden. Divorciado, tiene una hija de 10 años, que no ve desde hace 4 años pues se fue a EEUU con su mamá a vivir. Es bisexual, pero desde que se divorció solo ha salido con hombres. Tuvo cáncer de mama, pero ya está recuperado. Ahora da clases particulares de tenis. Es alto, atlético, todavía mantiene el buen cuerpo que tenía cuando estaba en la escuela. Ojos y cabellos castaños. Tuvo por casi un año relaciones sexuales con Federico, casi siempre en el colegio, en los recreos o cuando se escapaban. Es obsesivo y morboso en el sexo.

“Bueno profe, estoy apurado, tengo al chamo en el carro, anote mi número” “¿Tienes hijos?” “¡Si si, luego le cuento!”. ‘Wao…el profesor que me cogía en el colegio…que arrecho… ¿qué estará haciendo?’.

6:32 pm
Llegaron a casa, Rodo estaba durmiendo. Le preparó la cena a Ignacio, “Cenas y te vas al cuarto a ver tele o jugar, pero no te acuestes tarde. Mañana vamos a la playa tempranito”. “Mi amor, ya llegué” le susurró al oído y le dió un beso en la boca pero Rodo no se movió, se fue a duchar y se quedó bajo el agua caliente, pensando… ‘Ay Neto…’.

8:06 pm
Fue a ver a Ignacio a su cuarto, se había quedado dormido con el televisor y la luz prendida. Lo acomodó, le puso la sábana y le dió un beso en la cabeza. “Duerme bien Nacho, te quiero”.

Domingo 8:00 am
Estaban llegando a la playa privada y se instalaron en un toldo con tres sillas. “¿Quién quiere empanadas?” dijo Ricardo “yo, yo” dijeron Ignacio y Federico. Bueno voy a traer dos para cada uno de lo que haya y jugos. En un toldo que estaba a unos metros de ellos, había un grupo de cuatro tipos y una mujer y hablaban entre ellos bajito pero Ricardo alcanzó a oir: “Estos dos son maricos y el niño debe ser el sobrinito de uno de los dos o un pelón que tuvieron rascaos jejeje” Ricardo ignoró el comentario haciendo un gesto con la cara.

“Come despacio Ignacio y esperas para bañarte en la playa o te bañas ahora y luego comes” Le dijo Ricardo. El niño desesperado se fue al agua con Federico.

9:00 am
Comieron las empanadas, Ricardo fue a caminar, Ignacio jugando en la arena con un niñito que conoció. Federico leía un libro. Ricardo iba por la arena con un traje de baño de corte brasilero rojo que contrastaba con su vello corporal negro y bajo el sol sus ojos estaban más claros que nunca. Tanto hombres como mujeres no perdían de vista aquel monumento. LLegó al malecón y un muchacho le hizo señas tocándose por encima del bermuda para que lo acompañara a una parte solitaria de la playa. Ricardo lo ignoró por completo. Siguió caminando y unos minutos después regresó al toldo.

2:35 pm
El grupo de jóvenes ya estaba bastante tomado y gritando fuerte, la música también la tenían alta. “Miren a Ricky Martín y el novio con su hijito, los maricones criando a otra marica”. Ricardo al escuchar eso se levantó y se le fue encima al tipo cayéndole a golpes hasta que lo vió sangrar, los apartaron entre uno del grupo y Federico.

“Mamaguevo ese, que se cree” “Rodo, que está el niño aquí”  “Tío, ese tipo dijo maricón también” “Ya Nacho, te dije que esa palabra es mala, no vuelvas a repetirla”. “Rodo vamos al toldo de allá, el otro extremo”. Se instalaron ahí y se fueron a bañar los tres.

3:30 pm
“Ningún maricón me va a venir a caer a coñazos y se va a ir liso” Lo apuntó con un arma y justo cuando disparó, lo empujaron y la bala rozó el brazo de Ricardo. Todos en la playa reodearon a Ricardo, Federico se le lanzó al hombre de la pistola; el tipo, con el arma todavía en la mano, queda paralizado mientras Federico le toma el brazo y coloca el arma en la sien del tipo accionando el gatillo con el dedo del hombre. Entre la confusión se fueron de la playa a toda velocidad. La herida de Ricardo fué una tontería, una quemada del impacto de la bala.

“¡Coño de la madre, maldita sea ese guevón!” “Rooodooo, el niño” “¡Me sabe a mierda, no joda que arrechera!” “Lo agarraba y lo mataba a coñazos” “¿Te duele la herida?” “No, eso fue una mariquera”.

6:40 pm
“¿Cómo te sientes mi amor? “Bien, ya estoy bien bello, discúlpame los gritos, por fa llama a Ignacio”. “Ven aca chamín” “¿Estás bravo conmigo papá?” ‘No vale, perdóname si te grité en el carro, estaba nervioso por lo que pasó, pero mi rabia no era contigo, anda ve a tu cuarto, todo está bien”. ‘Bueno…no es como pensaba que iba a ser, pero esta bien, le pidió disculpa y lo abrazó...’ pensó Federico.

“Bello, cuando estábamos en pleno peo yo escuché obviamente el disparo que me rozó, pero ahí mismo sonó otro, ¿verdad? o estoy loco?” “No amor, sí hubo otro disparo”.

6:55 pm
‘¿Cómo hago para sacar del medio a Federico?, ¿lo mando a secuestrar? No, otro secuestro no…’ Pensaba Ernesto mientras tenía sexo anal con Sofía. ‘Matarlo menos, no, no sé, ya pensaré algo, pero Ricardo tiene que ser mío’. ‘¿Dónde metí la pistola? Yo la tenía en la gaveta…no la saqué de ahí, tengo que buscarla…¿será que no la saqué de la caja?’ Pensaba Sofía mientras intentaba concentrarse y fingir.

7:01pm
“Cuando te disparó, yo me le fuí encima, entonces…entonces le caí a golpes y…y se le fué otro tiro que pensé, que.. me había dado a mi, pero me levanté de golpe y…entonces me toqué…y nada…estaba bien y… bueno…salí corriendo a buscarte…” La palabra yo lo maté la tenía grabada en la frente. “Ah…ok…verga…bueno, menos mal que no te dieron un tiro…” Ricardo no quedó muy convencido pero lo dejó así.

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