“¿Cómo está profesor? ¡Que de años sin saber de usted!” “Si
vale…desde el colegio…¡12 o 13 años!”
Gustavo Maldonado, 44 años, Licenciado en Educación Física,
fue por 6 años profesor de deportes en el colegio de Federico, hasta que tuvo
un problema con un alumno que lo acusó y puso su cargo a la orden. Divorciado,
tiene una hija de 10 años, que no ve desde hace 4 años pues se fue a EEUU con
su mamá a vivir. Es bisexual, pero desde que se divorció solo ha salido con
hombres. Tuvo cáncer de mama, pero ya está recuperado. Ahora da clases
particulares de tenis. Es alto, atlético, todavía mantiene el buen cuerpo que
tenía cuando estaba en la escuela. Ojos y cabellos castaños. Tuvo por casi un
año relaciones sexuales con Federico, casi siempre en el colegio, en los
recreos o cuando se escapaban. Es obsesivo y morboso en el sexo.
“Bueno profe, estoy apurado, tengo al chamo en el carro,
anote mi número” “¿Tienes hijos?” “¡Si si, luego le cuento!”. ‘Wao…el profesor que me cogía en el
colegio…que arrecho… ¿qué estará haciendo?’.
6:32 pm
Llegaron a casa, Rodo estaba durmiendo. Le preparó la cena a
Ignacio, “Cenas y te vas al cuarto a ver tele o jugar, pero no te acuestes
tarde. Mañana vamos a la playa tempranito”. “Mi amor, ya llegué” le susurró al
oído y le dió un beso en la boca pero Rodo no se movió, se fue a duchar y se
quedó bajo el agua caliente, pensando… ‘Ay
Neto…’.
8:06 pm
Fue a ver a Ignacio a su cuarto, se había quedado dormido
con el televisor y la luz prendida. Lo acomodó, le puso la sábana y le dió un
beso en la cabeza. “Duerme bien Nacho, te quiero”.
Domingo 8:00 am
Estaban llegando a la playa privada y se instalaron en un
toldo con tres sillas. “¿Quién quiere empanadas?” dijo Ricardo “yo, yo” dijeron
Ignacio y Federico. Bueno voy a traer dos para cada uno de lo que haya y jugos.
En un toldo que estaba a unos metros de ellos, había un grupo de cuatro tipos y
una mujer y hablaban entre ellos bajito pero Ricardo alcanzó a oir: “Estos dos
son maricos y el niño debe ser el sobrinito de uno de los dos o un pelón que
tuvieron rascaos jejeje” Ricardo ignoró el comentario haciendo un gesto con la
cara.
“Come despacio Ignacio y esperas para bañarte en la playa o
te bañas ahora y luego comes” Le dijo Ricardo. El niño desesperado se fue al
agua con Federico.
9:00 am
Comieron las empanadas, Ricardo fue a caminar, Ignacio
jugando en la arena con un niñito que conoció. Federico leía un libro. Ricardo
iba por la arena con un traje de baño de corte brasilero rojo que contrastaba
con su vello corporal negro y bajo el sol sus ojos estaban más claros que
nunca. Tanto hombres como mujeres no perdían de vista aquel monumento. LLegó al
malecón y un muchacho le hizo señas tocándose por encima del bermuda para que
lo acompañara a una parte solitaria de la playa. Ricardo lo ignoró por
completo. Siguió caminando y unos minutos después regresó al toldo.
2:35 pm
El grupo de jóvenes ya estaba bastante tomado y gritando
fuerte, la música también la tenían alta. “Miren a Ricky Martín y el novio con
su hijito, los maricones criando a otra marica”. Ricardo al escuchar eso se
levantó y se le fue encima al tipo cayéndole a golpes hasta que lo vió sangrar,
los apartaron entre uno del grupo y Federico.
“Mamaguevo ese, que se cree” “Rodo, que está el niño
aquí” “Tío, ese tipo dijo maricón
también” “Ya Nacho, te dije que esa palabra es mala, no vuelvas a repetirla”. “Rodo
vamos al toldo de allá, el otro extremo”. Se instalaron ahí y se fueron a bañar
los tres.
3:30 pm
“Ningún maricón me va a venir a caer a coñazos y se va a ir
liso” Lo apuntó con un arma y justo cuando disparó, lo empujaron y la bala rozó
el brazo de Ricardo. Todos en la playa reodearon a Ricardo, Federico se le
lanzó al hombre de la pistola; el tipo, con el arma todavía en la mano, queda
paralizado mientras Federico le toma el brazo y coloca el arma en la sien del
tipo accionando el gatillo con el dedo del hombre. Entre la confusión se fueron
de la playa a toda velocidad. La herida de Ricardo fué una tontería, una quemada
del impacto de la bala.
“¡Coño de la madre, maldita sea ese guevón!” “Rooodooo, el
niño” “¡Me sabe a mierda, no joda que arrechera!” “Lo agarraba y lo mataba a
coñazos” “¿Te duele la herida?” “No, eso fue una mariquera”.
6:40 pm
“¿Cómo te sientes mi amor? “Bien, ya estoy bien bello,
discúlpame los gritos, por fa llama a Ignacio”. “Ven aca chamín” “¿Estás bravo
conmigo papá?” ‘No vale, perdóname si te grité en el carro, estaba nervioso por
lo que pasó, pero mi rabia no era contigo, anda ve a tu cuarto, todo está
bien”. ‘Bueno…no es como pensaba que iba
a ser, pero esta bien, le pidió disculpa y lo abrazó...’ pensó Federico.
“Bello, cuando estábamos en pleno peo yo escuché obviamente
el disparo que me rozó, pero ahí mismo sonó otro, ¿verdad? o estoy loco?” “No
amor, sí hubo otro disparo”.
6:55 pm
‘¿Cómo hago para sacar
del medio a Federico?, ¿lo mando a secuestrar? No, otro secuestro no…’ Pensaba
Ernesto mientras tenía sexo anal con Sofía.
‘Matarlo menos, no, no sé, ya pensaré algo, pero Ricardo tiene que ser mío’. ‘¿Dónde
metí la pistola? Yo la tenía en la gaveta…no la saqué de ahí, tengo que
buscarla…¿será que no la saqué de la caja?’ Pensaba Sofía mientras
intentaba concentrarse y fingir.
7:01pm
“Cuando te disparó, yo me le fuí encima, entonces…entonces
le caí a golpes y…y se le fué otro tiro que pensé, que.. me había dado a mi,
pero me levanté de golpe y…entonces me toqué…y nada…estaba bien y… bueno…salí
corriendo a buscarte…” La palabra yo lo
maté la tenía grabada en la frente. “Ah…ok…verga…bueno, menos mal que no te
dieron un tiro…” Ricardo no quedó muy convencido pero lo dejó así.
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