jueves, 12 de julio de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 34


La mamá de Orlando estaba acostada en su cama.

–Aaaaaay hijo, Orlaaando, ven por favor.

–¿Qué pasó mamá?

–Tráeme un cigarro.

–No vas a fumar ¿estás loca? Me tengo que ir al trabajo. Pronto comienzas el tratamiento y mejorarás.

–¿Mejoraré? Me van a inyectar veneno y moriré, sola, porque siempre estoy sola, tú te vas y yo me quedo aquí envenenada muriendo sin nadie que me ayude. No puedo ni moverme, estoy débil, hazme el desayuno.

–Mamá, te puedes levantar, no te hagas la dramática.

–Anda vete, en tu conciencia quedará cuando regreses y yo esté muerta con un mosquero.

–Chao mamá. -Le dio un beso en la frente. –Tengo que buscar a  alguien que se quede con ella y le haga compañía.

–Nos vemos en la noche, me llamas cualquier cosa.



Salió del edificio y antes de entrar al metro sonó su celular.

–<¿Qué pasó mamá?

–<Tráeme en la noche un dulce, un chocolate por favor, no, no, una dona de chocolate>

–<Esta bien mamá, ¿algo más?

–<No vengas tarde>



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Alonso se había levantado temprano pero Diego aún no se despertaba, le extrañó y fue a su habitación, encendió la luz y suavemente le quitó lás sábanas. Estaba desnudo.

El tío de Diego se quitó el bóxer y se puso cerca de su sobrino, casi en la cara, se agachó y le tocó la cabeza.

–Diego, Diego, levántate, es tarde.



Alonso ya tenía el pene erecto, Diego abrió los ojos y se asustó al ver a su tío, cerró los ojos por el reflejo de la luz.

–¿Qué haces?

–No sonó tu alarma y vine a despertarte.

–¿Qué haces desnudo?

–Duermo desnudo como tú, vine  a darte los buenos días. –Se arrodilló en la cama y le puso el pene cerca de su cara. –Vamos a recordar viejos tiempos sobrino, ¿te acuerdas cuándo entraba a tu cuarto y me lo mamabas? ¡Hazlo ahora, mámalo. – Le tomó la cabezá y le acercó el glande a sus labios, Diego abrió la boca y se lo introdujo.

–Vamos, que a ti te gusta, mueve esa lengua, ponlo duro.



Diego comenzó a mamar,  tomó el pene con su mano derecha, Alonso le acariciaba la cabeza. –¿Te acuerdas cuando lo disfrutabas en las noches, te tragabas la leche para no ensuciar nada, ¿te la quieres tragar toda ahora?

Diego respondió moviendo la cabeza. Alonso le haló el cabello y se descargó en la boca de su sobrino.

Alonso se apartó, de su pene caía una gota de semen. Se sonrió viendo a Diego.

–Sal del cuarto tío, déjame solo.

–¿No te gustó?

–Sal por favor.

Alonso se subió el bóxer y se acomodó el pene. –Sobrino, no quería que te sintieras mal, solo quería que tuvieras un buen amanecer.

–Gracias, ahora déjame solo.



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Arévalo estaba cuadrando a su equipo para ir a la calle a cubrir varias cosas.



–Ve a La Florida con tu compañero que hay un caso de suicidio, ustedes tres se van a Anzoátegui a prestar apoyo a la policía de allá por lo del triple crimen, estoy coordinando viáticos y pasajes, a más tardar en dos días se van, así que no inventen guevonadas estos días por que los quiero activos. Mañana están  de guardia Gutierrez y López.

–¿Ah y tú no vas a hacer nada?

–Vengo de cubrir varias guardias a la que faltaron varios de ustedes, me quedo en la oficina y pedí un día libre por asuntos propios.

–Eeeso, una jeva.

–Guevón.



–Arévalo te llegó un regalo en recepción, ven a buscarlo. -Le decía la secretaria.

–Epaaaaa, vamos a ver que le trajeron al jefeeee.

–Bueno, dejen la mariquera.



–Aaaay vale la jeva le mandó flores a ver a ver. –Uno de los policías buscó la tarjeta mientras que otros sotenían a Arévalo que estaba moletso.



–<<Para que tengas un bonito día>> Pedro.

–Aaaay chico el jefe tiene un noviecito vaaaaleeee, el culito le mandó flores ¿que tal?

–MAAARICOOO, MAAAARICOOO, MAAARICO –Todos comenzaron a gritar, Arévalo se soltó de los que le sujetaban y sacó el arma.

–Vuelven a gritar y los mando al páramo a todos.

Hubo un silencio, Arévalo se acercó al ramo y lo tiró al piso, la secretara gritó e intento recogerlo para recuperarlo. El policía salió de la morgue.



–A este carajito yo lo mato, yo lo mato. –Sonó su celular.

–<¡Aló! ¿Quién es?>

–<Hola chamo, es Diego el de… el del sauna…-bajó la voz.>

–<Ajá ¿qué pasó?>

–<Bueno, a ver si nos podíamos ver a hora, en mi casa, estoy solo>

–<No puedo pana, estoy resolviendo un mega peo con un carajito>

–<Ah ¿estás ocupado? Te llamo más tarde, voy a estar solo hasta mañana en la mañana>

–<Ok, chao>



Llamó al celular a Pedro.

–<Holaaaa, ¿cómo estás?>

–¿Te gustó el ramo?>

–<Si mucho, te estaba llamando para decirte eso que me  gustó y darte las gracias personalmente, ¿dónde coño estás?>

–<En la universidad, pero voy a  entrar a clases>

–<No papá, falta a esa clase y esperame afuera, ¿que universidad?>

–<La Católica>

–<Coño, ¿no puedes irte a una más lejana? Voy para allá, llego en un ratico>.



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Orlando mientras esperaba en la cola para comprar unas donuts para su mamá, al voltear en la fila ve a un hombre. Ambos al reconocerse se saludan y se abrazan. Cada uno pide lo que va a comer o llevar y deciden sentarse en una mesa para conversar un momento mientras comen el dulce.



–¿Cómo has estado? No te veía desde hace meses.

–Si vale, yo no te vi en el funeral de Vicente.

–No pude ir chamo, estuve complicado con el trabao y no pude viajar, pasé unos días después.

–Ah ok.

–¿Cómo te sientes?

–Raro…unos días bien, otros días extraño, con un vacio, conozco gente y me siento culpable.

–Es normal, ha pasado poco, casi un mes.

–Lo sé, es un proceso que debo pasar.

–¿Pero estás saliendo con alguien?

–No, no, conocí a una persona pero no puedo decir que estoy saliendo con él.

–Tú me gustas que jode chamín, lo he tenido callado por respeto a Vicente que es era mi pana, mi gran amigo, pero ya no está. Quiero acostarme contigo.

–¿Perdón, tú me estás hablando en serio?

–Si, totalmente, me gustas. Estabas vetado para mi, pero ya mi amigo no está, estoy en total libertad para echarte los perros.

–¿Echarme los perros o acostarte conmigo?

–Lo que llegue primero, ambas cosas quiero.



Orlando se comió el pedazo que quedaba de donut y se bebió el café, cogió la bolsa de las donuts de su mamá.

–Mira Paolo, que pena contigo pero esta conversación se termina aquí.

–¿Dije algo malo?

–Todo está mal chamo, Vicente era tu amigo.

–Si, pero lamentablemente murió eso no va a cambiar, la vida sigue, tienes derecho a rehacer tu vida. A menos que no te guste, no sea tu tipo.

–Exacto no me gustas ni eres mi tipo, chao Paolo.



Orlando se fue y Paolo se quedó en la mesa sentado sonriendo.



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Diego salió de la habitación ya bañado y vestido. Alonso estaba en su habitación.

Entró a la cocina y no había nada.

–¿TIOOOO HICISTE CAFÉ? -Abrió la puerta de la habitación y salió.

–No, estaba esperando que salieras, no sé como lo haces tú, no me gusta hacer un desastre.

–Bueno pero haces el café como te gusta, yo me lo tomo.

–Móntalo y yo veo, ¿Cómo estás? –Le pasó la mano por la espalda, a Diego le dio un escalofrío.

–Bien tío, con algo de sueño.

–¿Todo bien con lo que hicimos hace un rato?

–Tío yo te voy a pedir que eso que pasó, no se repita, eso es pasado, eso fue cuando era niño, yo no hago esas cosas.

–Pero mamaste muy bien y tragaste toda…

–Ya tío, vamos a dejarlo hasta aquí. -Diego vio a su tio a los ojos y él se limitó a acercarse a darle un beso en la mejilla muy cerca de los labios.

–Lo que tú digas sobrino, así será. Te quería pedir un favor, ¿tú crees que me puedas prestar un dinerito?, para poder moverme y hacer mis cosas.

–Pero te hago una transferecia, llego a la oficina y lo hago, yo tengo Banco Construcción.

–Ah yo también pero hazla de una vez, así tengo el dinero y salgo en un rato. –Diego vio a su tío con cara de fastidido pero abrió la laptop que tiene en la sala.

–Ya te doy la cuenta.



Buscó en su habitación su cuenta y sus datos y se lo entregó a Diego.

–Toma. –Le puso la mano en el hombro y apretó.

–Gracias sobrino, te lo devolveré.

–Tranquilo, no hay prisa, ¿cuánto necestitas?

–No sé, lo que tú puedas o determines.

–¿dos millones, tres, cinco?

–Yo creo que cinco millones, estará bien.



Lo agregó a su lista y transfirió. Alonso se fijó en el monto que tenía en la cuenta: 350 millones –Listo tío, ya tienes el dinero en la cuenta.

–Gracias sobrino, te prometo que te lo devuelvo.

–No hay problema, lo que sí que te voy a pedir es que recojas un poco el apartamento y laves los platos, de resto no te angusties. Me voy al trabjo, llego en la noche.



Diego se fue, Alonso se desnudó y activó en su celular la aplicación Grindr.



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Llegaba a la Universidad en la moto, en la entrada le dijeron que estacionara la moto en la zona de motos que estaba cerca, pero Arévalo no hizo caso y llegó con la moto hasta el área de acceso a las aulas. La dejó parada al lado de un jardín. Por ahí estaba Pedro.



–Epa, llegaste rápido.

Arévalo agarró por el brazo a Pedro y se lo llevó a una caseta rodeada de árboles, ahí no había nadie.

–Coño que agresivo! ¿No te gustaron las flores?

–¿Cómo coño se te ocurre enviarme unas flores donde trabajo?. Marico y hasta con una notita y pones tu nombre.

–Bueno la nota era para ti.

–Si pero la leyó uno de los guevones de la oficina delante de todos. ¿No pudiste mandarlas sin nota y me llamas?

–Bueno, no pensé que…

–No pensé, no pensé, coño marico me lanzaste pa´ la calle, me sacaste del clóset a patadas.

–Coño…disculpa, no era la intención al enviarte las flores, disculpa la cagué, quise tener un detalle.

–Pues fue un gran detalle, así un plastón de mierda de detalle marico, Cooooño, lo que me provoca es caerte a coñazos.

–Solo quería darte un regalo y decirte que quiero ser tu novio.

–¿NOVIO, NOVIO, QUE COÑO DE NOVIO? Se te fundió el cerebro, deja de estar estudiando tanto que eso te funde el cerebro.

–Coño te fuiste a un sauna y tiraste y mira, te mandé unas flores no joda.



Arévalo cerró el puño derecho y se mordió el labio, estaba molesto, movía el puño y veía a Pedro. Lo agarró por la nuca y le dio un beso en la boca, le metió la lengua lo más profundo que pudo, Pedro lo abrazó. Dejó de besarlo y con sus frentes pegadas se miraron.

–Wow…que beso.

–Si me gustaron las flores marico, me encantaron, pero me dio arrechera que se enteraran todos.

–¿Te quedaste con el ramo?

–Lo tiré al piso. Lo recogió la secretaria.

–Estoy enamorado de ti.

–Estoy saliendo con un viejo que conocí en el sauna, tiene plata y me lo voy a chulear, estoy enfocado en eso.

–Yo puedo ser tu amante, tu novio, no me importa con tal que estés conmigo.

–Marico sonaste a jeva sumisa que no le importa ser la otra, arrastrada por el hombre que la tiene oculta.

–Así seré si quieres, yo quiero estar contigo y yo sé que te gusto, sino no estuvieras aquí en la Universidad.

–Vámonos que voy a cogerte de una vez.

–Vámonos mi amor, me voy donde tú me digas.

–Ah vaaaaaaina, deja la mariquera, mira que me quiero coger un culo pelúo de hombre, si quiero a una jeva en mi bloque hay que jode que quieren meterse esta macana. Móntate en la moto.

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